Cuba y Nicaragua, dos caras de las sanciones de EU contra gobiernos en América
Foto: Rob Oo / Wikimedia Commons.

En Cuba hay un youtuber que se ha hecho un nombre por enseñar cómo usando monedas digitales, sus compatriotas pueden burlar el embargo estadounidense y así, comprar en línea. 

Se llama Erich García, o BacheCubano, como lo conocen en la plataforma, y por medio de las tarjetas de regalo compradas con criptomonedas, tiene, por ejemplo, Netflix en casa. “Aquí no hay PayPal, ni Visa, ni Mastercard. Estas compañías y plataformas no pueden aceptar (clientes) cubanos porque estarían violando las leyes estadounidenses”, explicó a La-Lista, en una entrevista de marzo de este año. 

García encontró esta solución a lo que hace 59 años, el entonces presidente de Estados Unidos John F. Kennedy presentó al mundo como una solución para acabar con el régimen de Fidel Castro, pero que para algunos, ha terminado siendo parte del problema: el embargo cubano.

El ‘programa de sanciones más completo’

La Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de EU (OFAC, por sus siglas en inglés), encargada de las sanciones económicas, define el embargo como el “programa de sanciones más completo” que administra.

El embargo comercial de EU a la isla consta de una serie de “prohibiciones y sanciones al comercio, las inversiones, comunicaciones, el transporte y el financiamiento, incluyendo la persecución de los activos cubanos e intercambios con terceros países“, como define el Jefe del Departamento de Historia de la Universidad de La Habana, Sergio Guerra.

El embargo total se decretó en 1962 pero sus efectos no siempre han sido los mismos. A partir de 1989 fue cuando empezaron a agravarse con la caída de la Unión Soviética y los países socialistas, de los que recibía apoyo financiero y económico. Con la administración Trump, volvió la mano dura. Por ejemplo, se restringieron los vuelos comerciales, las visitas de estadounidenses a la isla, se prohibieron los cruceros y se limitaron los envíos de remesas

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El embargo ha vuelto a estar en la mira a raíz de las protestas que tuvieron lugar en diferentes ciudades de la isla desde el 11 de julio y que ahora, el gobierno de Miguel Díaz-Canel está juzgando. Mientras los partidarios a la revolución le atribuyen toda la responsabilidad de la crisis humanitaria que vive la isla, detractores a la dictadura castrista señalan la mala gestión del régimen.

Las movilizaciones, inéditas desde 1994, generaron un momentum para la oposición al embargo, que se arrastra desde hace años en la comunidad internacional. Desde 1992, la Asamblea General de la ONU aprueba cada año una resolución en su contra (la última, de 23 de junio, con 184 votos de 193 a favor de que se acabe). 

Al voto contrario de los países, se sumaron voces influyentes de EU, como artistas y académicos; la de un senador del Partido Republicano, Jerry Moran, y de legisladores demócratas, como Alexandria Ocasio-Cortez, que pidieron al presidente de ese país, Joe Biden, que levantara el embargo.

Sanciones a un pueblo

La respuesta del presidente de Estados Unidos fue con más mano dura. El 22 de julio, el Departamento del Tesoro de ese país anunció que impondrían sanciones contra el ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, Álvaro López-Miera, y contra una unidad militar de élite conocida popularmente como “avispas negras” o “boinas negras”, por su papel en la represión contra los manifestantes.

La medida consiste en bloquear todas las propiedades e intereses a los sancionados, lo cual, incluye, por ejemplo, la prohibición de venderles bienes o prestarles servicios por parte de personas o compañías estadounidenses o que estén en EU.

Lo único que hacen es dar argumentos al discurso gubernamental para su perpetua idea de que el gobierno de EU los asfixia y para justificar la existencia de un solo partido, la represión y la falta de libertad”, opina el periodista independiente cubano residente en la isla Abraham Jiménez, quien considera que las medidas no tienen “ninguna incidencia”.

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El joven de 32 años reconoce que el embargo es parte de las causas de la crisis humanitaria que vive la isla. Pero critica las sanciones de EU, primero, por interferir en los asuntos internos de Cuba, y segundo, porque los únicos perjudicados son los cubanos. “Vivimos en un fuego cruzado: por un lado EU, con medidas que afectan al pueblo, y por otro, el régimen”, concluye.

Expertos reconocen que las sanciones internacionales implican una injerencia en los asuntos internos de otros estados, pero imponerlas es decisión soberana de cada país. “EU prohíbe a sus ciudadanos participar en actividades con otras jurisdicciones que pueden ser problemáticas, como regímenes dictatoriales”, explica el exdirector de la OFAC John Smith. 

Smith no ve tan claro que el embargo sea parte del problema, ni que la respuesta de la administración Biden haya sido equivocada. “Las acciones del gobierno de Cuba, al reprimir a sus propios ciudadanos cuando intentaban protestar por sus condiciones, hace más difícil para un presidente, como Biden, levantarlas porque se vería como un premio al gobierno cubano”, considera.

Sanciones a funcionarios

Como apuntaba Jiménez, otra crítica que se hace al embargo cubano es que se trata de una sanción a todo un pueblo. Por eso, en la isla lo llaman bloqueo. En eso se diferencia de las sanciones que EU ha impuesto a Nicaragua, otro país del continente que recientemente ha estado en la mira del Departamento del Tesoro estadounidense.

El sábado 24 de julio el régimen de Daniel Ortega detuvo al séptimo precandidato presidencial, Noel Vidaurre, acusado de traición a la patria. En total, la ola de detenciones que empezó el 2 de junio ya lleva más de 20 arrestados, entre precandidatos y opositores, a cuatro meses de las elecciones generales de noviembre.

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38 Aniversario de Revolución Sandinista. Foto: Presidencia de Nicaragua.

A raíz de las detenciones, la OFAC señaló a cuatro funcionarios cercanos a Daniel Ortega como destinatarios de nuevas sanciones, incluida la hija del presidente, Camila Antonia Ortega. Al igual que con las nuevas sanciones contra Cuba, se bloquean todas las propiedades e intereses de los sancionados en EU.

Hasta el momento, estas medidas tienen efectos limitados porque su propósito es estigmatizar el comportamiento de los altos funcionarios. “Estas sanciones sí tienen legitimidad porque se dirigen a personas que han estado envueltas en actos que son, a todas luces, violaciones a su Constitución”, explica el profesor Relaciones Internacionales en la Universidad Holy Names Arturo López Levy, en el estado de California. 

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En este caso, la injerencia en los asuntos internos del país no está mal vista por sus detractores. “Invocar la soberanía es una excusa del régimen de Ortega para seguir aplicando una política de represión”, considera el excomandante sandinista Luis Carrión, que tuvo que exiliarse a raíz de la ola represiva en el país.

“El gobierno de Ortega firmó un acuerdo hace años con un empresario chino para entregarle una concesión para construcción del canal interoceánico. Eso era una cesión de soberanía, así que (Ortega) no tiene autoridad para defenderla”, añade el exguerrillero. 

El senado de EU está tramitando un proyecto de ley para, entre otros objetivos, aumentar las sanciones a actores clave del régimen nicaragüense y asegurar que se celebren elecciones justas en noviembre. Se conoce como la ley RENACER, por sus siglas en inglés. “EU en este momento esta golpeando a un régimen dictatorial y, en esa medida, es un apoyo para la lucha del pueblo nicaragüense“, concluye Carrión.

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