‘Fuchi caca’ a los médicos particulares

¿Cómo es posible que quienes trabajan en el sector de salud privado no hayan recibido la vacuna contra el Covid? Ellas, ellos, con sus oficios y profesiones brindan servicios de salud diversos a millones de mexicanos. Ellos llenan vacíos que el Estado mexicano no ha podido cubrir. Pensar que todos sus pacientes o usuarios son millonarios, es no entender que millones de ellos pagan esos servicios con sacrificio por la urgencia de sus circunstancias.

Ah, pero eso sí, los hermosos caminos de la corrupción han permitido que funcionarios públicos, influyentes, poderosos o amigos del poder sí se hayan vacunado. Qué chistoso. Qué cruel.

Piense en los doctores de las farmacias que hay en las esquinas donde se venden medicamentos de bajo costo. Esos médicos particulares son la única opción para millones de mexicanos que quieren ser atendidos. Ah, pues ellos no podrán ser vacunados, a pesar de que todos los días reciben pacientes con síntomas de Covid-19.

No se pueden vacunar, porque ese es el capricho presidencial del momento: “Que nos esperen, hasta que nos toque a todos”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Pero el deber no espera y ahí están, ahí siguen los médicos y el personal de salud privado: arriesgando su vida y su salud para atender diario a sus pacientes. Y los riesgos no solo los corren ellos, sino los familiares de ese personal del sector salud privado que podrían ser contagiados.

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¿Qué sentirá una dentista, un oftalmólogo, un neumólogo, una laboratorista al no ser considerado como personal prioritario para ser vacunado en medio de tantos contagios? Me lo puedo imaginar.

Desamparados esos miles de especialistas privados y sus millones de pacientes.

Esta “estrategia” de vacunación la toma el gobierno que ha sido duramente criticado por la Organización Mundial de la Salud, que dijo clarito que si México hubiera tenido un mejor desempeño al gestionar la pandemia de Covid-19 se habrían evitado en 2020 alrededor de 190 mil muertes por todas las causas, incluidas las provocadas por otras afecciones a las que se les dejó de dar atención.

Para ser franco esto indigna: Hasta principios de semana se aplicaron 11 millones 395 mil 12 dosis de vacunas en México. Pero se han recibido 16 millones 900 mil 850 vacunas. ¿Dónde están las 5 millones 505 mil 724 restantes? ¿Guardaditas se ven más bonitas? ¿Y si las aplicamos a quienes con sus oficios y profesiones del sector privado salvan vidas? Repito, francamente esto indigna.