El Arca de Gwyneth: navegando hacia el bienestar, pero sin llegar nunca

“Si quieres hacerte rico, funda una religión”. Esta fue la opinión experta del fundador de la Cienciología, L Ron Hubbard, quien en 1967 compró el primero de lo que se convertiría en una flota de cruceros. Según varios relatos de los informantes, los devotos de toda la vida fueron iniciados en los secretos más íntimos de la Cienciología a bordo de uno de estos buques, después de haber pasado años por varios niveles y luego partiendo con pagos incrementales por cientos de miles de dólares. Aquí fue donde, entre otras locuras de armas tomar, nos enteramos de Xenu, el dictador de la Confederación Galáctica, que hace 75 mil millones de años exilió a varios individuos a la Tierra en naves especiales que extrañamente se parecían exactamente a los DC10, luego los encarceló en montañas antes de volarlos con bombas de hidrógeno y lavarles el cerebro con una enorme película en 3D. Mi teoría siempre ha sido que te dijeron estas cosas en el mar para reforzar la noción de que ahora estabas muy metido en mar adentro como para bajar del barco, tanto literal como metafóricamente.

Entonces: no es una sorpresa habernos enterado esta semana que la vendedora de huevos turbocapitalista Gwyneth Paltrow se ha metido en el negocio de los cruceros. Enfréntelo, nunca ha habido un mejor momento, con la posible excepción de 13 minutos después del final de la Peste Negra.

Resulta que Gwyneth había anunciado un crucero como parte de su marca Goop hace más de un año, pero se vio obligada a hacer una pausa con la llegada de La gran desavenencia. Pero, obviamente, no había forma de que una pandemia mortal hundiera por mucho tiempo la última gran idea de Gwyneth. De hecho, ni siquiera nos imaginamos las posibilidades que tendría un iceberg contra uno de los cruceros de Goop.

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De todos modos, la madam se ha asociado con Celebrity Cruises y se convertirá en la nueva “asesora de bienestar” de la marca. “Estaré detrás de escena, trabajando en algunos proyectos especiales”, explicó Gwyneth con el aire de alguien que preferiría morir antes que mezclarse al frente de la casa con cualquier persona aburrida que realmente participe en estas cosas. “Mi equipo @goop está haciendo la selección de programas y kits de acondicionamiento físico para sumar a la experiencia de wellness de Celebrity [sic]”.

Ah, ahí lo tienes: wellness. “Bienestar” es parte de una clase de palabras unificadas por el hecho de que solo los aburridos más recalcitrantes de la Tierra saben lo que significan. Ver también “neoliberalismo“. La propia Celebrity Cruises agrega que los kits de acondicionamiento físico mejorarán el “cuidado personal y el bienestar colectivo”, y se espera que el papel de Gwyneth se centre en la “programación de bienestar” y en algo llamado “Iniciativa Mujeres en Wellness“.

Junto con las cumbres de salud de 1,000 libras esterlinas por día de Goop, todo señala un movimiento hacia formas más organizadas de religión del wellness de Gwyneth. “Ella no necesariamente está descubriendo cosas nuevas”, dijo una vez con reverencia la exdirectora de contenidos de Goop, “pero está trayendo cosas antiguas a las tendencias actuales”. La esperanza de vida en general en la antigüedad era de aproximadamente 32 años, pero, bueno, en este caso será lo que sea que flote en tu crucero.

Ciertamente, Paltrow ha descrito a menudo la creación de Goop como “una vocación”. Sin embargo, sin desear parecer Joan de Snark (el personaje con un supuesto blog en el programa de comedia 30 Rock), uno debe preguntarse en qué tipo de compañía la coloca gran parte de su actividad a pesar de que es posible que odie admitirlo. Hace unos años, el sitio de negocios Quartz produjo un artículo fascinante que revelaba cómo se vendían grandes cantidades de exactamente los mismos productos en Goop de Gwyneth Paltrow y en Infowars de Alex Jones, solo que con envases diferentes. (Para refrescar tu chakra de la memoria, Jones es el teórico de la conspiración y la extrema derecha que cree que el tiroteo en la escuela de Sandy Hook fue un engaño, entre otras cosas grotescas.) Un suplemento llamado Bacopa se comercializa en Goop como parte de un paquete llamado Why Am I So Effing Tired (Por qué estoy tan j*****mente cansada), y promete “un nuevo equilibrio en tu sistema de impuestos excesivos”. En Infowars, Bacopa aparece en las píldoras Brain Force (Fuerza Cerebral) de Jones, impulsadas sobre la premisa de que “Los principales científicos e investigadores están de acuerdo: estamos bajo ataque de armas tóxicas en el suministro de alimentos y agua que nos vuelven gordos, enfermos y estúpidos”.

No son palabras que Gwyneth usaría y, sin embargo, la manera en que se esconden debajo de la superficie de un imperio de más de 250 millones, inevitablemente implica que el camino hacia la felicidad es a través del consumismo intenso. También es un viaje muy repetido: compras el huevo de la vagina para un problema, y te da dolor de espalda, por lo que compras el FasciaBlaster, que te produce hematomas, por lo que compras el árnica montana homeopático. Y así sucesivamente, tomando el rumbo eterno hacia el wellness, pero sin llegar nunca a tu destino. Es posible que veas pasar tu vida en esta iglesia como una cascada de no soluciones de alto precio, cada compra surge de los problemas causados ​​por la anterior. ¿Cómo termina? Supongo que para entonces eres una anciana y te tragas un caballo. Y acabas muerta, claro.

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No hace falta decir que a Paltrow no le faltan creyentes. Ya sea que Gwyneth impulse la charlatanería posterior al Covid o recomiende algo llamado “vibración de todo el cuerpo” como tratamiento para la esclerosis múltiple, hay algo poderosamente religioso en la marca que ha creado a su propia imagen.

Supongo que podría llamar a este tipo de venta minorista de lujo posiblemente explotadora como una venta de indulgencias, aunque escuché que la iglesia católica registró esa marca a principios de la Edad Media. Aun así, está cada vez más claro que Paltrow está bastante feliz de aceptar la reforma ocasional por mandato de la DEA , ya que nunca ha afectado el resultado final. Te queda la sensación de que el único pecado imperdonable para un empleado sería convertirse en denunciante y sugerir que cualquier parte de ello era una obvia carga de tonterías. Ciertamente no lo probaría en el mar. En el campo de las leyes contra la blasfemia, Goop está muy por detrás de Somalia y se ubica apenas por encima de Irán.

*Marina Hyde es columnista de The Guardian.