Respiración para salir de la ansiedad

Para soltar estados mentales de autoagresión y violencia, abrir la jaula de la cárcel mental y despegarte de emociones que drenan y llenan de ansiedad, la respiración es la clave.

Llegamos a este mundo con una inhalación y nos vamos con una exhalación, así de simple y de milagroso. No hay más que respiración en la danza de la vida y de la muerte. Todo depende de esto y es algo que podemos concientizar, manejar y usar a nuestro favor.

La ansiedad tiene un eco en el cuerpo, en los órganos, tejidos, células y fluidos. Es tan inteligente que se mueve rápida y subrepticia, se instala y no quiere salir. Cuando la identificamos y queremos empezar el proceso de limpieza, nos damos cuenta que está en cada parte de nuestro ser, como una mancha de suciedad de esas imposibles de limpiar.

Es un puente movedizo en el que sabemos que si logramos cruzar al otro lado vamos a ver algo diferente, más liviano y precioso. Como digo siempre: ¡vamos a sentir la gloria!

La buena noticia es que respirar es una gran estrategia no solo para combatir la ansiedad sino también para mirarla con perspectiva y ecuanimidad. De verdad entenderla, saber de dónde viene, qué la alimenta, para qué me sirve y cómo al usar mis dos orificios nasales, al respirar y suspirar voy abriendo espacios de conciencia suprema.

Aquí te comparto el ritual que nos tocó hoy de mi nuevo libro Enciende tu Corazón, 77 rituales, para ejercer una acción concreta y contundente, salir de la ansiedad y quitarse los grilletes que nos mantienen llenos de dolor y sufrimiento innecesario.

Ritual 48: Respira y suspira

1. Intenta identificar cómo se mueve tu respiración sin tocar la nariz.
2. Síguela y siente el aire.
3. Observa: ¿por cuál de los dos orificios entra más aire y sale más aire? ¿Cuál está más activo, el izquierdo o el derecho?
4. Observa los flujos y movimientos internos. Fíjate si cambian tus emociones.
5. Haz un respiro y un suspiro, largos y pausados.
6. Vuelve a tu centro sembrando paciencia y capacidad de resistencia.

Repite estas afirmaciones mientras haces tu ritual:

● Respiro y soy parte del todo.
● Mi respiración es agradecimiento.
● Mi respiración es la llave para vivir en el presente.

¿Para qué sirve y cuándo usarlo?

Convierte tu respiración en un ritual que se acomode a diferentes momentos del día. Un buen suspiro despeja la mente y conecta con el corazón. Te recomiendo intentar hacer consciente por dónde entra el aire: tus orificios nasales. ¿Sientes que entra más por el izquierdo o por el derecho?

Ambos orificios están relacionados con canales sutiles de energía (nadis) que para los yoguis transportan la energía divina que vive dentro nuestro. Ida, Pingala, Sushumna, luna, sol: integración de todos los opuestos. En tu orificio izquierdo está Ida o la luna, en el orificio derecho Pingala o el sol, en el medio, al respirar por ambos orificios está Sushumna, que sube hasta la coronilla despertando tu energía vital y espiritual.

Al comenzar esta práctica vas a identificar cuál de ellos está más activo, más presente, de qué manera esto cambia con el transcurso del día y con los fluidos de tus emociones. Respirar nos contacta con las emociones, balancea estados hormonales, reintegra la paz y despeja el caos. Calma los sentimientos irracionales y los pensamientos negativos. Es un gran ritual que se puede incorporar en todo momento pero sobre todo en situaciones difíciles de controlar con la mente.

Yo transformo el mundo y beneficio a otros con el poder de mi respiración.