¿Qué es la paz para ti?

Otra vez los conflictos y el caos. Nuevamente los emergentes de la violencia y la rabia se muestran en toda su extensión tocando fibras íntimas en los seres humanos. Algunos se conmueven, otros viven indiferentemente lo que llega en las noticias, cada uno elige qué ver y oír, hasta dónde involucrarse emocionalmente con lo que ocurre.

Es importante, eso sí, ser muy claros en algo: esta locura que vemos ahora en Ucrania, el juego de la geopolítica y sus derivados, es una pieza más de algo que construimos juntos.

Puede ser que me preguntes qué tienes que ver tú con esto que sucede en centroeuropa, asumir que el caos lo creamos entre todos no es una píldora fácil de tragar. Más bien otros u otros hacen y deshacen sin que tú o yo tengamos nada que ver jugando a ser inocentes de vista gorda y palabra fácil para no asumir que estamos interconectados a niveles profundos y que somos artífices de absolutamente todas las condiciones que nos rodean.

Por callar cuando hay que decir las verdades, por no meterse cuando vemos injusticias, por ser un buen ciudadano que acepta cabizbajo mandatos sin sentido del gobierno de turno, por no buscar otras fuentes de información, abrir la cabeza a otras ideas y posturas o preguntar sin miedos suceden muchas de estas cosas.

Somos unos cómplices vestidos de buena gente ejerciendo niveles insoportables de autoagresión y violencia con nosotros mismos, un campo de batalla con misiles y bombas sin darnos respiro para encontrar un espacio de paz.

La guerra es ante todo interior, yo contra yo, yo contra ti, tú contra mí y así sucesivamente. 

Ahora es momento de salir de ese lugar de sufrimiento robótico, porque al integrar esto me abro a una nueva narrativa llena de mindfulness e inteligencia emocional, comprendo con desapego lo que sucede y puedo establecer líneas claras y precisas de acción hacia un cambio absoluto de perspectiva en donde lo que pasa tiene todo que ver conmigo y, al mismo tiempo, lo puedo observar con profunda compasión y respeto.

Te doy la solución:

Este lenguaje de la violencia tiene un nivel vibracional muy bajo, rastrero, drena y fulmina la energía vital.

El discurso de la alegría, la comprensión, la paz, la compasión y todos estos sentimientos preciosos elevan y dan una liviandad en el alma, una vitalidad asombrosa en el cuerpo, una capacidad mental lúcida y expanden el corazón.

No es una metáfora, es vibración.

Por eso, en el momento que asumimos nuestra responsabilidad es urgente tomar acción y volver a la pregunta del título de esta columna: ¿qué es la paz para ti?

¿Alguna vez te lo has preguntado así, de esta manera?

Quiero que dejes la pregunta abierta y compartirte esta guía maravillosa de 30 días para cultivar la paz interior que ha diseñado el sistema de mindfulness Yomu. Haz clic en este link y te la envían para que cada una de estas prácticas ilumine tu vida y la de la gente que te rodea.

Sin una pizca de duda te puedo asegurar que la activación de estas herramientas son soluciones contundentes a las luchas interiores, a las peleas ancestrales contra tu amor propio, a los pensamientos llenos de plástico y a las ideas limitantes que te enjaulan cuando estás a punto de volar.

Cultivar la paz es urgente. Comienza ya y verás como las guerras exteriores también se calman, se disuelven y desaparecen.