¿Puedes dejar de quejarte?
Espacio mindfulness

Es escritora –cuatro libros publicados y dos en camino–, periodista, cantautora –más de 160 canciones–, experta en respiración, yoga y meditación. Dirige el Yomu Institute, es mamá de tres hijos y pionera en el arte de materializar ideas innovadoras. Es la creadora y fundadora del sistema Enciende tu corazón para inspirar la alegría en el despertar de la conciencia. Instagram: @cynthiazakofficial

¿Puedes dejar de quejarte?
Foto: Pixabay

Frenar la queja se siente urgente.

Vamos contrarreloj con el ritmo de los cambios planetarios si mantenemos el hábito repetido de protestar por todo, quejarnos por nimiedades, abrir conversaciones basadas en este modelo de no estar contento con nada ni nadie.

Quejarnos nos retrasa en la evolución, frena el vuelo creativo y nos drena de la posibilidad de sentir emociones elevadas.

Quejarnos consume el sistema inmunológico y enferma nuestras células, porque con cada pensamiento y palabra negativa bajan nuestras defensas y el impacto en el agua de nuestro cuerpo hace que se estanque y no fluya.

¿Se dieron cuenta que la queja es prima hermana de la victimización?

Les encanta ir de la mano, cuando una aparece en la escena la otra inmediatamente quiere tener protagonismo, entonces nos convertimos en esta cosa gris que transita entre el malhumor, el desencanto, la tragedia griega elevada a su enésima potencia, unos quejosos insoportables.

Aburridos de nosotros mismos vamos siempre al mismo campo de batalla: el del malestar por cualquier cosa en un discurso corrosivo que no lleva a nada.

Creemos que al ser quejosos los demás nos ponen más atención o se sienten empáticos con lo que nos pasa, sin darnos cuenta que esa repetición de palabras huecas hacen que los otros también se contagien o nos cierren las puertas.

¿Qué queremos? ¿Un mundo de quejas? ¿O un espacio interesante en donde puedan ocurrir cosas innovadoras?

Aquí está la clave

En tiempos de caos necesitamos apelar a la calma y a la certeza de que este momento que nos toca vivir es perfecto para nuestra evolución. 

Para eso hay que soltar quejas y victimización, abandonar la idea de que otro u otros son responsables de las que cosas que me suceden. 

No hay accidentes ni enfermedades, ni circunstancias favorables o desfavorables que no hayamos creado nosotros mismos. 

Esta nueva manera de pensar exige un cambio total de narrativa y comprensión de la vida y el mundo.

Salte de la queja y abandona la victimización porque eres el artífice de tu propia vida y cualquier circunstancia que estés viviendo la has creado tú mismo. Así como la has gestado también la puedes modificar, transformar y ascender a otro nivel vibracional.

Solo tú puedes hacerlo, pero en la experiencia colectiva subimos la vibración y ya no nos vemos en el mundo quejoso sino en el espacio luminoso de tu poder personal, de tu corazón encendido.

Por eso autobendecirte es urgente, trascendental y debes activarlo ya. Te recomiendo practicar la autobendición por la mañana y por la noche, registra lo que sucede en ambos momentos del día.

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