La costumbre de Morena: violar la ley

La obsesión presidencial por permanecer en una boleta electoral ha volcado a los legisladores y a los servidores públicos del partido en el poder,en una serie de irregularidades y violaciones a la ley. El claro ejemplo fue la gira este fin de semana en Sonora y Coahuila para promocionar la revocación de mandato. Un ejercicio, por cierto, que han pervertido desde Palacio Nacional.

Los excesos de la Cuarta Transformación no tienen límites. Un avión de la Guardia Nacional fue utilizado para trasladar a los promotores de la revocación de mandato y en plena veda electoral. No bastando este hecho, el secretario de Gobernación, el presidente de Morena y el comandante de la Guardia Nacional utilizaron recursos públicos para promover al presidente de la República y para amenazar al Instituto Nacional Electoral (INE).

Los índices delictivos están en sus máximos históricos, según datos del Secretariado Ejecutivo, el gobierno del presidente López Obrador lleva más de 113 mil asesinatos, en promedio, mueren de forma violenta casi 3 mil mexicanos al mes. Aunado a ello, la crisis económica no cesa y sigue el desabasto de medicamentos, pero eso no le importa a Morena ni a sus aliados, lo que les importa es que el primer mandatario concentre el poder y destruya a las instituciones.

Estos servidores públicos violaron, entre otros, el artículo 35 y 134 de la Constitución y 33 de la Ley de Revocación de Mandato. Pero las violaciones a la ley no acaban ahí, conforme al Código Penal Federal y la Ley General en Materia de Delitos Electorales, están cometiendo peculado electoral y están haciendo un uso ilícito de sus atribuciones al desviar recursos públicos para promover, ilegalmente, el voto para la revocación de mandato.

La actuación de los funcionarios del gobierno es lamentable. Ver al secretario de Gobernación con un discurso para destruir a las instituciones y ver al titular de la Guardia Nacional con su uniforme de cargo participando en un evento partidista demuestran el debilitamiento del Estado democrático de Derecho.

Y es más lamentable ver al presidente de la República exculpando al siguiente lunes, desde el micrófono de la mañanera, a los servidores públicos de su gobierno, diciendo que ellos no fueron a hacer actos de proselitismo, cuando el propio secretario de Gobernación afirmó en sus discursos que asistió a estos eventos a promocionar la imagen presidencial y, peor aún, con la venia del titular del Ejecutivo federal.

Las imágenes y los discursos de este fin de semana dejan claro que en la Cuarta Transformación son mucho peores de lo que se esperaba. Estamos ante una regresión democrática, donde los servidores públicos son porristas del régimen y no atienden lo realmente importante para los mexicanos.

Llevan tres años de gobierno y en Morena tienen la costumbre de violar la Constitución y la ley a su conveniencia.