Rebasados por la derecha

Lo que inició con ilusión se ha convertido en estrés para el Barcelona. El mes de julio fue ilusionante para la hinchada culé por los acuerdos que los directivos cerraron para sanear las finanzas del club, y por los sucesivos fichajes que pudieron realizarse con el dinero ingresado; pero agosto ha mostrado la verdadera profundidad de los problemas que atraviesa el cuadro catalán: la nómina es tan alta que ni siquiera el dinero ingresado permite inscribir a todos los nuevos fichajes (Koundé aún no puede ser dado de alta ante La Liga). Hay jugadores, como Braithwaite o Umtiti, cuyos salarios son una losa para el club y se han dado el lujo de rechazar propuestas de otros equipos para dejar el Barcelona. Y lo peor: hace falta urgentemente un lateral derecho.

El empate a cero contra el Rayo Vallecano en la jornada inaugural de la Liga 2022-2023 desnudó las falencias del proyecto de Xavi, que usó al central Araújo como lateral diestro (un experimento que al parecer solo funcionó contra el Real Madrid la temporada pasada) en la primera parte, y en la segunda, intentó con Sergi Roberto, un mediocampista natural cuyas capacidades distan mucho de las de un lateral de élite. El sacrificado es Sergiño Dest, único lateral diestro puro del equipo y que aterrizó en el Camp Nou hace dos temporadas después de rechazar una oferta del Bayern Munich. Xavi no está convencido de las capacidades del estadounidense y lo ha relegado a tal punto que el área técnica ya está escuchando ofertas para que abandone el club.

Cuando todo estaba apalabrado y parecía que César Azpilicueta sería el nuevo dueño del lateral diestro azulgrana, la operación se torció porque el área técnica dio prioridad al fichaje de Koundé, y el tiempo y el dinero se agotaron, así que Azpilicueta renovó con el club londinense. Ahora, los candidatos son el belga Thomas Meunier, del Borussia Dortmund, con bastante recorrido en la élite; el español Héctor Bellerín, con pasado azulgrana y a punto de desvincularse del Arsenal; el argentino Juan Foyth, del Villarreal, que destaca por su lectura del juego y salida de balón; el habilidoso brasileño Vanderson, del AS Mónaco; y el jovencísimo francés Malo Gusto, del Olympique Lyon, que con su imponente físico y técnica es el de mayor proyección.

La gran traba es el dinero y la decisión está entre invertir una fuerte suma por un buen lateral que consolide el proyecto o comprar un parche barato, de esos que tanto ha engullido y escupido el club desde la primera salida de Dani Alves, en 2016.

Xavi pidió fichajes para desplegar su idea futbolística, la directiva lo escuchó y le concedió casi todos sus pedidos, y a la fecha, entre palancas financieras y jugadores mediocres que se aferran a su contrato para cobrar y no jugar, el proyecto no carbura. Aún faltan piezas, y a saber si el entrenador podrá encajarlas para que funcionen y sean vistosas.

Por ahora, sigue nublado en Barcelona.