¿Una Alcalde para presidenta del INE?

No es ningún atrevimiento suponer que Bertha María Alcalde probablemente sea quien ocupe el cargo de Consejera Presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE) en sustitución de Lorenzo Córdova, uno de los puestos más importantes de la función pública en México y también uno de los más acechados desde la fuerza política en el poder (Morena) y por el mismo Andrés Manuel López Obrador.

Tras ver detenida en la Suprema Corte hasta su revisión, discusión y resolución la reforma electoral denominada ‘plan b’ que él mismo impulsó, López Obrador decidió lanzar varios torpedos por debajo del agua hacia el Instituto a modo de candidatos para ocupar vacantes claves y hacer ajustes de fondo en un organismo que, pese a haber ejecutado unas elecciones federales ejemplares e históricas en 2018 – en las que él fue el gran triunfador de aquellos comicios legítimos-, hoy lo tacha de “conservador”, “fraudulento” y le recrimina estar conformado por una “élite dorada”.

En el pulso político, Alcalde Luján es considerada la favorita de AMLO para ocupar la silla que deja Córdova Vianello, sin embargo, su proceso para ocupar el cargo ya se ha visto cuestionado tras realizar un examen de conocimientos casi impecable, lo que levantó suspicacias sobre la viabilidad y legalidad de la calificación en un país donde la corrupción adopta cualquier forma. Obtuvo 74 aciertos en una prueba de 80 reactivos, lo que le valió la nota más alta entre 508 aspirantes, superando incluso a destacados juristas en materia electoral sin tener ninguna experiencia previa en el ámbito, como ella misma reconoció en la posterior entrevista que tuvo ante el comité encargado de evaluar a las candidatas a ocupar las consejerías del INE- en este momento conformada exclusivamente por una quinteta de mujeres. Sobre su bagaje en la materia, expresó:

“No puedo asegurar que cuento con una sólida formación jurídica en distintos campos del derecho, pero sí en algunos relacionados estrechamente con el derecho electoral, como lo son el derecho constitucional, derechos humanos, administrativo, administrativo sancionador, en general, en gobernanza en el servicio público…”

Poco prudente sería si para un vuelo trasatlántico en el que se pronostican fuertes tormentas una aerolínea asignara a un piloto que si bien ha hecho vuelos de corta y mediana distancia en aeronaves más pequeñas y con instrumentos menos complejos, se le diera la responsabilidad de pilotear por primera vez un Boeing 787 por encima de un océano lleno de turbulencias durante 12 horas, cuando su experiencia no ha sido suficiente para cumplir adecuadamente con esta misión.

Por más ‘honesta’ que pueda ser él o la aeronauta, la experiencia y los conocimientos en puestos de responsabilidad son clave, pese a lo que pueda creer y decir el presidente de México. Y el de la mujer que llegue a ser la consejera presidenta del INE, tal como mandató el Tribunal Electoral por un tema de paridad, sin duda lo es.

Otro ejemplo que viene al caso para ejemplificar la importancia de que alguien con un conocimiento profundo en la materia electoral ocupe la presidencia del INE de cara a las elecciones federales del 2024, que serán las más grandes y complejas en la historia de México, es el que se da si consideramos que nadie en su sano juicio negaría que no es lo mismo ejercer como presidente municipal de una población pequeña (digamos, Macuspana, Tabasco) que tener la responsabilidad de dirigir los destinos de un país de 130 millones de habitantes.

Poco responsable sería -en el hipotético y ficticio caso- que un alcalde llegara a ocupar la silla presidencial en automático pese a su deseo personal o el de sus huestes, ya que seguramente colapsarían la seguridad, la economía y los problemas de un país lleno de complejidades como este que habitamos, se volverían exponenciales. Todo se trastornaría hasta hacerlo inviable, al quedar supeditado a los designios de alguien que desconoce áreas estratégicas, técnicas, y que además -seguramente- carecería de conocimientos puntuales para visualizar soluciones efectivas a problemas complejos, tal y como los que hoy en día existen en una nación donde los hechos rebasan a diario la inmensa y no menos lamentable capacidad de normalizar la tragedia de los mexicanos. Una realidad de la que no escapa el Instituto Nacional Electoral en estos tiempos.

Si analizamos a detalle el perfil de Bertha Alcalde, encontraremos varios puntos en contra de su legítima aspiración a ocupar un cargo que en estos días y con la experiencia que tiene, parece quedarle holgada, sin mencionar otros problemas que tiene su candidatura.

En este sentido, la periodista Maite Azuela, integrante del comité evaluador en representación del INAI, señaló el “conflicto de interés” que presenta Luján como aspirante al máximo puesto del INE, y es que la egresada en Derecho por la UNAM es hermana de Luisa María Alcalde, actual secretaria de Trabajo, e hija de Bertha Luján, expresidenta del Consejo nacional del partido.

Ante esto, Azuela expresó que el perfil de 4 de los 5 aspirantes “no son idóneos, en razón de que no cumplen con los estándares de autonomía e independencia que requiere el cargo”, debido a su cercanía con Morena o con personajes del gobierno, destacando que “era relevante la integración de perfiles que, además de cumplir con autonomía e imparcialidad, tuvieran un perfil académico y de investigación amplia sobre derecho electoral, algo que no se refleja en la lista final”. Cabe señalar que tal postura le valió a Azuela ser atacada en redes por cientos de bots, como suele ocurrir cuando algún tema incomoda en Palacio Nacional.

En su entrevista, Alcalde mencionó que está interesada en el cargo, que de obtenerlo lo ocuparía desde el 4 de abril hasta el 3 de abril de 2032, para “trabajar a favor de la democracia por estar vinculada con el bienestar de la población”. Además de que considera que puede ser “factor de consenso y de construcción en estos momentos de debate público en torno al INE”, algo que indiscutiblemente desde que se conoció su elevada nota en el examen de su postulación hasta el día de hoy, ha sido todo lo contrario, pues ha imperado la crispación y cierta tensión en torno a su nombre, que se ha visto palomeado por Obrador, quien ha demostrado abiertamente su simpatía por la postulación de Luján en varias ocasiones. Y es que difícilmente Bertha Alcalde sería una aglutinador del Instituto Nacional Electoral no solo por el evidente conflicto de interés que tiñe su candidatura, sino por el claro desconocimiento de la estructura, funcionamiento y herramientas clave dentro del organismo que ha mostrado durante su entrevista.

Para muestra dos botones: Bertha María Alcalde expuso ante el comité evaluador que buscaría aprovechar las tecnologías y la realización de simulacros en la capacitación de los funcionarios de casillas, dos aspectos en los que el INE ha realizado una de sus tareas más eficientes y comprometidas de cara a la sociedad.

Como sabemos, sobre la tecnología en la capacitación de funcionariado en mesas directivas de casilla, en la Estrategia de Capacitación y Asistencia Electoral 2022-2023, aplicable a las elecciones de Coahuila y Estado de México y aprobada por el Consejo General del INE desde el 26 de septiembre de 2022, existe una línea que propone el uso de tecnologías que ayuda a reducir la impresión de papel y capacitación virtual, lo que demuestra que Alcalde desconoce estos procesos tecnológicos que ya se implementan en los procesos electorales, por lo que las propuestas de la aspirante a consejera presidente son huecas, pues carecen de innovación y relevancia.

Asimismo, dentro de los anexos al acuerdo por el que se aprobó dicha estrategia electoral (ECAE), se incluye un formato de verificación de simulacros y prácticas, por tanto, no solo se hacen simulacros de ejercicios de clasificación de votos y llenado de actas, sino que también se evalúa cómo se realizaron. De nueva cuenta, Alcalde desconoce la capacitación que se otorga al funcionariado de las mesas directivas de casilla, aunque sostenga que ella fue insaculada para ello hace varios años, lo que pone de manifiesto el poco contacto con el organismo y ante una de sus figuras más reconocidas por la sociedad mexicana durante las elecciones. Si esto se desconoce de entrada, difícilmente en un escenario realista se podría mejorar algún aspecto de la misma.

Los ejemplos de incapacidad y compadrazgo en el gobierno y la función pública mexicana brotan como aguas negras de las cloacas de la política mexicana. No hace falta autoengañarnos al respecto ni dar ‘votos de confianza’ innecesarios y por demás peligrosos por más que nos digan misa todas las mañanas, sobre todo cuando la viabilidad de la institución encargada de salvaguardar la incipiente democracia mexicana está en juego.

Como ciudadanos, queda exigir a las distintas fuerzas políticas de la oposición en el Congreso mexicano que demuestren que no están arrodilladas o entregadas de antemano al poder del Presidente, y presionen para que quienes sean los futuros consejeros electorales en reemplazo de Ciro Murayama, Margarita Favela, José Roberto Ruiz y Lorenzo Córdova – quien más animadversión genera en López Obrador- sean perfiles que se ajusten a la importancia pública de esos cargos, pese a que la evidencia más reciente en las cámaras parece indicar que el destino del INE y de la democracia en México corre el riesgo de sufrir un retroceso histórico que la pondría al borde del abismo.