Will Smith cayó bajo al abofetear a Chris Rock. En su intento de justificarlo, cayó todavía más bajo
Will Smith le da una bofetada a Chris Rock en el escenario de los Oscar, ve el video completo

Will Smith ha hablado. Chris Rock ha hablado. La Academia ha hablado. Incluso el Departamento de Policía de Los Ángeles ha hablado. Pero la persona a la que realmente quiero escuchar ha permanecido en silencio.

¿Qué piensa Jada Pinkett Smith de que su esposo le dio una bofetada al presentador de los Oscar? Qué fue lo que hizo que Smith pasara de reírse del chiste de Rock sobre su aspecto de “GI Jane” a, menos de 10 segundos después, subir al escenario, darle una bofetada, regresar a su asiento y gritar al escenario: “No menciones el nombre de mi esposa con tu maldita boca“. Después del cual, en caso de que alguien que lo estuviera viendo todavía pensara que se trataba de una especie de sketch ensayado, volvió a gritar lo mismo, y el doble de fuerte.

El chiste de Rock fue personal. Inmediatamente después de que lo dijera, Pinkett Smith se mostró impasible. La actriz ha hablado anteriormente sobre tener alopecia, y sobre cómo al principio luchó para afrontar su pérdida de cabello. ¿La acción de Smith fue un intento de defender su honor? E incluso si fuera cierto, ¿por qué sintió la necesidad de recurrir a la violencia?

Algunas personas han expresado su preocupación por los daños causados por la visión de un hombre afroamericano que recurre a la violencia. Esto me preocupa menos. Smith es tan popular que, a los ojos de muchas personas, casi se ha convertido en alguien sin raza. Y nunca me ha gustado mucho la noción de los modelos a seguir.

En el mejor de los casos, no es más que un cliché sin sentido (la idea de que, si ponemos a una persona afroamericana en un pedestal, todos los niños se sentirán inspirados, sin importar los obstáculos que les ponga un sistema manipulado en su contra). En el peor de los casos, se trata de una vara para golpear a todos los afroamericanos (“¡Oh, no! ¡Mira lo que hizo! Ahora todos los niños afroamericanos a los que inspiró se convertirán en delincuentes”). En cualquier caso, convierte a cada persona afroamericana destacada en un embajador permanente de su raza.

Rock ya había atacado anteriormente a Smith y a Pinkett Smith mientras presentaba los Oscar. En 2016, ceremonia a la que Pinkett Smith se negó a asistir por la falta de diversidad entre los nominados, Rock comentó: “Que Jada boicotee los Oscar es como si yo boicoteara los pantis de Rihanna. ¡No estaba invitado!” Y prosiguió: “Jada está enojada porque su hombre Will no fue nominado por Concussion. Lo entiendo… Tampoco es justo que a Will le pagaran 20 millones de dólares por Wild Wild West“. Esta última fue una película destrozada por la crítica que Smith protagonizó y que él mismo ha calificado como su peor trabajo.

Independientemente de cuál sea la historia, el arrebato cargado de improperios de Smith, en un programa transmitido a millones de hogares en todo el mundo, muestra una total falta de control por su parte. Asimismo, contrasta totalmente con la imagen familiar que él y su esposa han conservado cuidadosamente durante años.

La pareja se conoció durante la época de Smith en El príncipe del rap en Bel-Air en los años 90, una serie que le hizo ganarse el cariño de toda una generación. Sus hijos, Willow y Jaden, se convirtieron desde entonces en actores y músicos, continuando la dinastía Smith y asistiendo a la ceremonia de los Oscar con ellos. Cuando Pinkett Smith tuvo un amorío con el cantante August Alsina, utilizó la confesión de su “enredo” como un tema de discusión en su programa de entrevistas, Red Table Talk, con Smith presente.

En el escenario de los Oscar, esta operación de protección de imagen se vino abajo. Esta era la noche más importante de la carrera de Smith, la noche en la que debería haber disfrutado de los aplausos tras ganar el Oscar por su brillante interpretación de Richard Williams, el padre de las superestrellas del tenis Venus y Serena. Su discurso debería haber sido una aceptación de ese honor, y un homenaje a esa extraordinaria familia, delante de ambas hermanas, que estaban presentes en el público. Pero ocurrió media hora después de la bofetada, así que lo único que estaba pensando el público era: “Dios mío, ¿por qué hizo eso?” Y, en un callejón sin salida, Smith inmediatamente intentó justificar sus acciones diciendo: “Richard Williams era un feroz defensor de su familia”. Continuó hablando de que tenía que “proteger a la gente”, incluyendo, dijo, a las actrices con las que trabajó en el set.

“Qué exhibición tan egoísta. “Proteger” no significa “abofetear a alguien en su nombre”. Este intento de otorgarle a la violencia una moral falsa se encuentra en el centro de muchos delitos. Las morgues están llenas de víctimas de este tipo de “protección”.

Smith continuó diciendo: “Parezco el padre loco, tal como decían de Richard”. Smith ha demostrado que no es Richard Williams -un hombre que se enfrentó a extraordinarios abusos, burlas y violencia mientras entrenaba a sus hijas- y que nunca respondió de la misma manera. Evocar su nombre para justificar sus propias acciones fue el más bajo de los golpes de Smith. La victoria de Smith debería haber sido una oportunidad para destacar el ímpetu sobrehumano y la autoconfianza de Williams, pero en su lugar se convirtió en una historia sobre la incapacidad de un hombre de controlar sus emociones.

Me entristece que, en la cúspide de su carrera, Smith haya destrozado su propia reputación. Me entristece aún más que, en su propio momento de gloria, eligiera manchar también a la familia Williams.
Joseph Harker es el editor principal de diversidad y desarrollo de The Guardian. Es exredactor y editor del periódico semanal Black Briton.

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