En pleno confinamiento y pandemia, el home office también mata
Foto: Pixabay.

“En la primera ola de la pandemia, la mayor cantidad de contagios y defunciones que tuvimos fue de los distribuidores, que están en contacto directo con mucha gente en tiendas y misceláneas por ejemplo. Pero en la segunda ola, fue de aquellos empleados administrativos o funcionarios que estuvieron desde marzo en home office”, me cuenta un director de una compañía líder en la comercialización de productos lácteos frescos en México. 

Durante el inicio del confinamiento, en el primer pico de contagios entre mayo y junio, la empresa tuvo 750 contagios sobre todo de los prevenistas que recorren hasta 60 tiendas al día levantando pedidos y de repartidores que cubren entre 30 y 40 tiendas también al día. “Cambiamos nuestra estrategia, aumentamos la protección con cubrebocas y caretas y más alcohol y mucha capacitación”, agrega, “pero lo que nos sorprendió es que mientras nos enfocamos en quienes están en la calle descubrimos que los que estaban a resguardo en sus casas comenzaron a enfermarse”. 

Una cosa era una pandemia, un distanciamiento social que iba a durar tres o cuatro meses y algo muy distinto han sido casi 12 meses. 

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“El home office no es la solución perfecta para mantener la salud del personal, de los colaboradores ni tampoco para mantener la salud psicoemocional de la gente”, me explica Mónica Flores, presidenta de ManpowerGroup para Latinoamérica. 

“En diciembre la gente comenzó a relajarse, a decidir tomarse un respiro fuera de casa o una cena navideña aunque sea con alguien más de la familia. El círculo de seguridad se abrió y comenzaron los contagios”, agrega. 

En la multinacional de productos lácteos tuvieron en toda la pandemia un total de 943 contagios de los cuales 193 estaban en su casa, supuestamente aislados y sin contacto con personas que pudieran contagiarlos. “Enviamos a su casa a unos 329 empleados muchos de los cuales presentaban alguna comorbilidad previa como diabetes o hipertensión”, agrega el directivo. 

Al terminar enero, la empresa reportó a su casa matriz que el total de fallecidos a ese mes era de 23 personas de las cuales 11 estaban en home office. 

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¿Cómo controlar el confinamiento laboral? 

Desde que muchas empresas (fundamentalmente internacionales) enviaron a sus empleados a home office se han aplicado distintos métodos de ‘vigilancia laboral’: 

  1. Monitoreo digital. Mediante un sistema de intranet se puede saber cuánto tiempo estuvo un empleado conectado a su computadora y cuanto tiempo efectivo estuvo conectado a trabajo de oficina o con miembros del equipo. 
  1. Llamadas aleatorias. Cada día se hace un set de personas a las que se les llamará desde el área de comunicación. Para confirmar que todo el grupo familiar está junto (y que no haya riesgos de entrada y salida de virus de la casa) se hacen llamadas grupales incluso como una manera de distracción: cursos, charlas motivacionales y juegos.  En algunos casos de empleados con comorbilidades se aprovechan estas llamadas para dar consejos específicos y se le da a todo el entorno del empleado la información necesaria para que sepan que su papá o su mamá son más vulnerables y hay que cuidarlo. 
  1. Touch points con psicólogos. Con un set de preguntas, los profesionales pueden sacarle ‘los pecados’ a los empleados y que confiesen si salieron de vacaciones o si estuvieron en contacto con personas que puedan haberlos contagiado. 
  2. Rastreo de contagios. Si un empleado avisa que se contagió de covid, la empresa comienza a rastrear a todos los contactos con los que estuvo en los días previos para llamarlos y pedirles aislamiento. Un ‘tracking’ que permite reducir la expansión del virus, sobre todo de aquellos empleados que ya tienen un formato híbrido de trabajo (días de oficina con pocos compañeros combinado con home office) 
  3. Pruebas permanentes. También de manera aleatoria se envía a la casa de los empleados a un laboratorio de análisis clínicos que haga muestras y entregue los resultados de antígenos o de PCR. 

“Diciembre fue un descontrol: los empleados ya no podían seguir el ritmo de trabajo ni el encierro. La mayor cantidad de contagios (81) la tuvimos en la segunda semana de enero. Después de aplicar medidas explícitas y capacitación, logramos bajar la tercera semana de enero a 21”, agrega el funcionario de la empresa láctea. Esta multinacional con presencia en un centenar de países tuvo en México a la mayor cantidad de contagios y muertes de todo el mundo. 

Según Mónica Flores, a estas alturas del largo confinamiento, en las encuestas que hacen entre sus clientes, 8 de cada 10 personas afirmaron que ‘sienten que están siempre conectados’ y el nivel más alto de estrés lo tenemos en México. “De hecho, 25% de los infartos son provocados por exceso de trabajo, aún en home office”, agrega la ejecutiva.

El “Quédate en casa” es un consejo que se puede sostener unos meses, pero no casi un año. En el caso de las mujeres, incluso la carga es superior ya que tomaron -en el 80% de los casos- la responsabilidad plena de la educación a distancia de sus hijos y si tenían apoyo de personal de ayuda en el hogar, muchos decidieron evitar contactos y con ello bajar el contagio (pero aumentar las cargas personales de tareas domésticas). 

En una encuesta de Manpower, 82% de las mujeres en modo home office declaró que la pandemia tuvo un efecto disruptivo, pero desde el punto de vista negativo en su carrera profesional. 

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