Fitch coloca en negativa calificación del AICM por falta de mantenimiento y reducción de vuelos
La revisión de la perspectiva a negativa refleja las crecientes preocupaciones de Fitch sobre la capacidad del proyecto.
La revisión de la perspectiva a negativa refleja las crecientes preocupaciones de Fitch sobre la capacidad del proyecto.
Fitch Ratings ajustó a “negativa” desde “estable” la calificación crediticia del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), ante las preocupaciones sobre su capacidad para abordar sus importantes necesidades de mantenimiento y la congestión de pasajeros, sin afectar sus finanzas.
En un comunicado, la calificadora dio a conocer que pese a que mantuvo la calificación del AICM en ‘BBB-’, explicó que la situación se agravó y provocó un deterioro acelerado de la condición física de las instalaciones hasta el punto en que los clientes y empleados podrían resultar heridos, a lo que se suma la disminución de vuelos por iniciativa del gobierno federal.
“En agosto de 2023, una parte del techo de las instalaciones se desprendió, la Terminal 1 se inundó debido a que el sistema pluvial se llenó en exceso y varios drenajes quedaron comprometidos. La lluvia fue más intensa de lo habitual, pero los daños sufridos por la infraestructura revelan su mal estado y la urgente necesidad de un mantenimiento adecuado”, agregaron las autoridades.
Y destacaron que la revisión de la perspectiva a negativa refleja las crecientes preocupaciones de Fitch sobre la capacidad del proyecto para abordar sus importantes necesidades de mantenimiento y la importante congestión de pasajeros sin afectar las finanzas del aeropuerto.
Asimismo, Fitch Ratings refirió que la reciente reducción de vuelos por parte del gobierno de México podría disminuir la generación de ingresos de la terminal aérea, ya que, por segunda vez, el número de operaciones máximas permitidas pasó de 52 a 43 por hora, aproximadamente un 30% menos que los niveles de 2022.
En este sentido, expuso que si bien el AICM prácticamente no se vio afectado luego del primer corte de operaciones ocurrido en 2022, gracias a las estrategias que implementaron las aerolíneas para mantener el volumen de pasajeros en ese momento, no está claro hasta qué punto podrán gestionar un segundo recorte ni cómo lo harán
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