China vigilará importaciones de Japón tras verter agua contaminada a Fukushima
China vigilará estrictamente los alimentos importados de Japón, especialmente los productos acuáticos como los mariscos.
China vigilará estrictamente los alimentos importados de Japón, especialmente los productos acuáticos como los mariscos.
La Administración General de Aduanas de China prometió un “alto grado de vigilancia” sobre las importaciones de alimentos procedentes de Japón ante el plan de Tokio de procesar y verter al mar el agua contaminada de la central nuclear de Fukushima, iniciativa fuertemente criticada por Pekín.
El plan “ha generado preocupación entre los consumidores chinos sobre la seguridad de los alimentos importados desde Japón”, indicó Aduanas en un comunicado publicado en su página web, en el que aseguró que “asumirá la responsabilidad absoluta para con los consumidores chinos” a este respecto, algo para lo que “tomará todas las medidas necesarias con arreglo al desarrollo de la situación”.
Un portavoz de la citada Administración recordó que, desde 2011, China mantiene una prohibición de importar comida desde una decena de las 47 prefecturas que componen la nación insular, entre ellas la de Fukushima, y vigilará “de forma estricta” toda la documentación de las importaciones, es decir, de los alimentos llegados desde otras partes de Japón, especialmente en el caso de productos acuáticos como el marisco.
Si bien múltiples países han retirado muchas de sus restricciones en los últimos años, China solo lo hizo en 2018 en el caso del arroz importado desde la prefectura japonesa de Niigata.
Esta misma semana, el Ministerio chino de Asuntos Exteriores reclamó a Tokio que desista de su iniciativa, acusando al país vecino de “actuar de forma completamente arbitraria” a la hora de “forzar un plan que ha levantado múltiples preocupaciones en la comunidad internacional”.
Mientras tanto, el director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Mariano Grossi, defendió la “fiabilidad” del plan al considerar que el proceso ideado por Japón “cumple los estándares internacionales de seguridad” y tendrá “un impacto radiológico insignificante” tanto para la salud humana como para el medio ambiente.
Con información de EFE.