¿Qué dice El rey del cash sobre Alejandro Esquer, secretario de AMLO?

Alejandro Esquer, actual secretario particular de Andrés Manuel López Obrador, es señalado en “El rey del cash” como quien administraba los miles de pesos que, según la periodista Elena Chávez, le entregaban en efectivo y sin comprobante para apuntalar las campañas de Andrés Manuel López Obrador.

El libro comienza con el capítulo titulado “El rey del cash” en el que la autora afirma que las campañas de AMLO se financiaron, en parte, con recursos que “sacaban de las arcas del Distrito Federal, principalmente de los impuestos de los habitantes de la urbe, de distintas secretarías, de la Asamblea Legislativa y de órganos descentralizados como el Metro y la Red de Transporte de Pasajaros (RTP)”.

¿Cuál era entonces el papel de Alejandro Esquer según la periodista Elena Chávez, quien fue pareja de César Yáñez, antiguo colaborador de López Obrador?

En el libro, apunta que “después de erigirse como candidato presidencial del PRD para las elecciones de 2006, López Obrador tuvo en sus manos un cheque por 300 millones de pesos que el Instituto Federal Electoral (IFE) le entregó al partido como prerrogativa. ¿Qué se hizo con ese dinero? Los perredistas que lideraban el partido calculan que el gasto en la elección presidencial de 2006 fue de alrededor de 140 millones de pesos. ¿Qué pasó con el resto, 160 millones de pesos? Solo lo saben AMLO, su secretario particular, el ingeniero sonorense Alejandro Esquer, y Gabriel García Hernández” (hoy senador de Morena).

Cárdenas acusa un “saqueo descarado” del gobierno del DF (ahora CDMX), cuando éste era encabezado por Marcelo Ebrard y el secretario de Finanzas era Mario Delgado, hoy dirigente de Morena.

“Todos esos recursos millonarios los administraba de forma magistral Alejandro Esquer, a quien propios y extraños teman tanto como a López Obrador, por la influencia y el poder que tiene en decisiones importantes, pero sobre todo por la confianza que le profesa el primer mandatario”, se expone en “El rey del cash”.

“Pero… tal vez la manutención de López Obrador y su familia no sea tan relevante como haber mantenido el movimiento que lo llevó a la silla presidencial a costa de recargarle todos los gastos principalmente a la ciudad de México. Desde los colaboradores más cercanos al jefe de gobierno hasta el servidor con menos jerarquía eran obligados a entregar, según su posición en el organigrama, la mensualidad que solicitaba Alejandro Esquer. Eso significaba que los funcionarios debían sacar de sus áreas de trabajo recursos para tener contento al tabasqueño. Si él pedía, por ejemplo, un auto para moverse, solo debía decirlo, y el responsable de dárselo sería quien se preocupara por pagarlo”, describe la autora.

Chávez señala que “recurrieron a estrategias nada honestas: creaban anónimas fantasma solicitando a la gente de confianza que consiguieran documentos profesionales de familiares o amistades, o de plano generaban programas ficticios, como en su día ocurrió con las becas escolares para alumnos inexistentes“.

Agrega que “cuando los funcionarios eran requeridos por Alejandro Esquer a las oficinas de la calle de San Luis Potosí, en la colonia Roma de la capital -domicilio de la casa de campaña del candidato presidencial-, se quedaban helados cuando les mostraba la capacidad de su estructura y cuánto efectivo debían entregar. Casi todos se veían obligados a pedirles a sus subalternos con mayor sueldo entre 10 y 20% para apoyar al tabasqueño a sabiendas de que de no hacerlo perderían su trabajo”.

Elena Chávez asegura que la Ciudad de México fue “brutalmente saqueada para que sin necesidad de trabajar López Obrador viajara por el país y construyera un movimiento de izquierda en el cual creían genuinamente muchos de los que aportaron a la causa”.

Uno de los que apoyaban “la causa”, según la autora, fue Mario Delgado, exsecretario de Finanzas de la Ciudad de México, quien “asistía con frecuencia a la casona de San Luis Potosí no con sobres o bolsas, sino con maletas en las que llevaba la mensualidad”.

“Fue así como López Obrador se convirtió en el ‘rey del cash’. Nunca, jamás, va a encontrar un video o algún recibo firmado por él, porque entre las reglas acordadas con su grupo selecto, entre los que figuraba César Yáñez, estaba la de entregar mensualmente los recursos a Alejandro Esquer, pero solo en efectivo. Y si alguno de los benefactores, que fueron muchos, cometía el error de ser grabado, como ocurrió con René Bejarano y Carlos Ímaz, la consigna era la ya citada: ‘Si te descubren, te echas la culpa y te quedas callado'”, se narra en “El rey del cash”.

Sobre Alejandro Esquer, el libro apunta que durante un tiempo le encargó a Gabriel García Hernández (hoy senador de Morena) administrar los recursos que le entregaba para la cuenta de Honestidad Valiente A.C.

“Algunas veces, pocas, lo llegué a ver (a Gabriel) en la casona de San Luis Potosí, donde iba a recibir órdenes de Esquer y también a informarle sobre el manejo de los dineros”, recuerda Elena Chávez.

“Después descubrí que esa asociación civil no estaba cimentada en la beneficencia de los mexicanos, sino en las recaudaciones y aportaciones de funcionarios, empresarios, líderes de partidos y de todos los que estaban obligados a aportar en el ‘pase de charola'”, anota.

Chávez describe que “al estilo de los cárteles de la droga, todo era en cash que caía en las manos de Alejandro Esquer y su ayudante, Gabriel García Hernández, quien varios años más tarde se volvería jefe de los delegados de Bienestar”.

Casi al final del libro, la autora vuelve al caso de Alejandro Esquer -quien actualmente es secretario particular de AMLO- para apuntar que “su declaración patrimonial es tan inverosímil que debería decirles a los mexicanos de dónde sacó para comprar terrenitos, departamentos y casas cuando su jefe era candidato presidencial”.

“Aun cuando menciona (Esquer) cantidades irrisorias, no checa, pues al igual que César, su sueldo era de 50 mil pesos mensuales. Su sueldo anual, ya en este gobierno, es de 1 millón 537 mil 962 pesos, más 37 mil 302 pesos de otros ingresos y fondos de inversión”, expone.

Ente las propiedades de Esquer se apuntan en su declaración patrimonial las siguientes: casa de 246 metros cuadrados, con costo de 513 mil 761 pesos; departamento de 99 metros cuadrados; tres terrenos y otra casa de 800 metros cuadrados, adquirida en agosto de 2003 por 100 mil pesos al contado. “¿Qué tal?”, pregunta Elena Chávez.

Sobre el libro, el presidente Andrés Manuel López Obrador comentó este martes que carece de pruebas y lo calificó como un acto de “deshonestidad intelectual”.

“Se han escrito como 10 (libros) ya, y van a escribirse como 10 o 20. Nada más que yo tengo un escudo protector que es mi honestidad. No tiene caso ir respondiendo, si no hay ninguna prueba, es un acto de libertad, aún sin pruebas y deshonestidad intelectual”, dijo el presidente en su conferencia mañanera.