200 mil personas, 185 mil celulares… así se hizo ‘el Censo más oportuno de la historia’

Una inversión cercana a los 12 mil millones de pesos, más de 200 mil personas involucradas y más de 185 mil celulares adquiridos y preparados para uso exclusivo y con información encriptada, son factores del esfuerzo titánico que representó realizar el Censo de Población y Vivienda 2020, en medio de la pandemia por Covid-19 y que, a diferencia de otros países, como Argentina y Brasil, no se canceló a pesar de la crisis sanitaria.

El Censo, cuyos resultados se comienzan a liberar este lunes 25, se llevó a cabo del 2 al 27 de marzo; es decir, justo cuando se decretó la emergencia sanitaria global. El proceso resintió el impacto de un retraso de cinco meses en temas como el registro de actividades secundarias como la verificación de viviendas deshabitadas, codificación de variables, validación de información para integración de bases de datos, entre otras.

Pero es justo la concreción en este contexto de pandemia lo que convierte el ejercicio en “el censo más oportuno de la historia de México”, de acuerdo con Édgar Vielma, director General de Estadísticas Sociodemográficas del INEGI, el matemático que estuvo a cargo de su planeación, coordinación y ejecución general en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

En entrevista con La-Lista, Vielma señala las tres principales características que diferencian a este Censo de los anteriores:

Por primera vez “no se llegó a ciegas” con la población a encuestar. Se sabía con precisión el tamaño de la población considerado gracias a una nueva metodología que incluye imágenes satelitales, modelos matemáticos y probabilísticos con los que antes no se contaba y que permitieron el armado de una nueva cartografía por confirmar.

“En ese sentido, se fortaleció la captación de la población y contribuyó a mejorar preguntas fundamentales en un censo. Por ejemplo, en el caso de la medición laboral, se visibiliza de mejor manera el trabajo de la mujer y eso se verá a partir de los resultados que presentamos este lunes. Gracias a esto hay actividades que por primera vez se recuperan (o se amplían datos) en temas como ocupación laboral, discapacidad, afrodescendencia, movilidad y migración”.

Si bien la tecnología ya era protagonista del Censo 2010, este, el de 2020, “es el primer Censo en la historia de México 100% tecnológico”, explica Vielma. Era un riesgo y se tomó.

Un Censo 100% tecnológico y con total movilidad

Por primera vez también se abrió la posibilidad de que, si no se concretaba el registro físico a través de los encuestadores, los habitantes del país también podían registrarse vía telefónica o a través de internet. Aunque esto fue pensado por comodidad para los encuestados que así lo preferían, también fue muy útil en el contexto de pandemia.

“Cuando alguien afirma que no importa si no participa en el Censo no sabe lo que dice, porque eso significa que te vas a dar o a privar de un derecho durante una década. Los bomberos, los policías, los hospitales, las escuelas. Todo tiene que ver con el Censo”.

Otro avance fue que los dispositivos utilizados por los encuestadores ya estaban programados para su utilización con las preguntas programadas y eso permitió disminuir el porcentaje de error o falta de información por olvido u omisión. “Por lo tanto es uno de los censos con una mejor calidad en la cobertura de variables y en las respuestas de las variables”, enfatiza Vielma.

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Esta también se convirtió en la primera ocasión en que el Censo poblacional se realizó con dispositivos móviles en su totalidad y con uso exclusivo para ello, previamente “preparados” para que no sucediera lo contrario. “Obtuvimos el mejor precio del mercado”, dice el funcionario, señalando que se invirtieron unos 330 millones de pesos en lugar de los más de 1,000 millones que se habían considerado inicialmente. “Muy por debajo de lo esperado. Más barato, más eficiente y más oportuno”, afirmó.

“A diferencia de otros países, donde pusieron a la gente con sus propios celulares a captar información, lo cual es gravísimo, porque nada garantiza que tu celular no esté infectado y se ponga en riesgo la información por usarlo para otros fines, nosotros nos arriesgamos.

Los 185 mil celulares fueron comprados y preparados en su acceso para que sólo se utilizaran para los que fueron adquiridos. “Eso también evita que una tercera persona tenga acceso al aparato y sea rastreable por nosotros. Si alguien más lo tenía sin autorización era  perfectamente ubicable”, explica Vielma, quien subraya que características como ésta permitieron sacar el Censo 2020 en un año tan difícil para la sociedad en general. 

El único censo en medio de la tragedia mundial

Édgar Vielma, también maestro en Economía y especialista en modelos de información gubernamental, cuenta que recibió varias sugerencias de “expertos” (no menciona quiénes, pero sí que eran tanto “internos como externos”), que se hiciera en papel, como se había acostumbrado en los últimos 125 años, o que de plano se cancelara como sucedió en otros países.

“¡Si lo hubiéramos hecho en papel… Bueno, a la fecha no existiría! Porque esos cuestionarios estarían ahora en cuarentena; con tres o cuatro personas capturando porque no hubiéramos podido tener a los ejércitos de capturistas que tradicionalmente ostentaba el INEGI, por la sana distancia. ¡Imagina eso! Creo que se tomó la mejor decisión“, subraya Vielma.

E insiste, aunque algunos no lo tengan claro, en su consideración: “El censo salva tu vida. Muchos dirán qué exagerado. Pero muchas decisiones, de protección civil e implementación de políticas públicas descansan en esta información. Cuando alguien afirma que no importa si no participa en el Censo no sabe lo que dice, porque eso significa que te vas a dar o a privar de un derecho durante una década. Los bomberos, los policías, los hospitales, las escuelas. Todo tiene que ver con el Censo”.

Vielma recuerda algunas de las frases que recibió cuando se empecinó en concretar el Censo 2020:

“¡Deténlo por favor, porque va a ser un tema muy grave!”

“Afortunadamente (soy) un matemático y (tengo) muchos años estudiando los fenómenos de temas epidemiológicos. Cuando escuché eso y me llegó el primer reporte de la epidemia en el mundo atravesaba, recordé mucho de eso.

“Cuando hay una pandemia, uno sabe que no durará cinco meses como se decía por ahí, inclusive ‘los expertos’. Yo pensaba: va durar años, tres, cuatro, hasta diez, dependiendo de la magnitud del comportamiento del virus. Para mediados de marzo, ya tenía asesores insistiendo: ‘Detenga el censo’”.

La única respuesta, recuerda Vielma, fue: “No señor”. Por dos razones: una porque no tienes idea de que estamos apenas en la puntita de la curva que va crecer. Cuando no hay muertos. Y la sugerencia era levantarlo 5 meses después. “¡No señor. En ese momento va a estar lo peor y yo tengo las estadísticas vitales”. Y resulta que sí, a mediados de junio y hasta agosto fue lo peor a lo largo de todo el 2020. Es decir:

“Los expertos me sugerían: levántalo en el peor momento de muerte que va ha haber en nuestro país (en el contexto de pandemia)”. 

Édgar Vielma, repite sin dudar, “se tomó la mejor decisión”. Los resultados obtenidos se conocerán este lunes por la mañana y él confía en que sea uno de los principales insumos para la planificación adecuada contra el coronavirus en el país.

“Si de por sí ya vemos que es difícil la vacunación. Imaginemos no tener Censo. ¿Sería más fácil saber dónde está la población adulta mayor? ¿Qué características tiene? ¿En qué contexto y espacios geográficos? Si uno escucha a las voces que no tienen conocimiento… Ahorita sería un desastre (no contar con esta información).

“Por el contrario, México se posiciona como el primer país en el mundo en hacerlo en este contexto de pandemia (a nivel de calle y visitas, además de poder hacerlo vía digital). Y después podría ser una crisis social o una crisis de corte ambiental. Siempre hay que prepararse y tomar las mejores decisiones”, concluye Vielma, también integrante del Programa Mundial de Censos de Población y Vivienda de Naciones Unidas.

Los resultados del Censo 2020 comenzarán a presentarse a partir del lunes 25 de enero.