Anzuelo, línea y plomada: los narcos ponen a prueba su creatividad en altamar
Foto: Ian Taylor/Unsplash.com

Por Katie Jones, InSight Crime

Rubén Navarrete, capitán de la Marina mexicana residente en el estado de Michoacán, occidente del país, declaró a Noticieros Televisa que el único límite para quienes se dedican al tráfico marítimo es su imaginación. Y una seguidilla de decomisos recientes indica que los traficantes hacen uso de una inventiva cada vez mayor con escondites arriba y abajo de cubierta.

InSight Crime analiza algunas de las formas más populares y creativas en que se han ocultado narcóticos a bordo de barcos a lo largo de los años y cómo este método no deja de evolucionar.

Este artículo se publicó originalmente en InSight Crime. Consulta aquí el original.

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1. Ancla

En algunos casos, se han depositado narcóticos en el compartimiento del ancla, al que pocas personas tienen acceso. En 2019, los medios compartieron cómo se hallaron cerca de 15 kilos de cocaína ocultos en el compartimiento del ancla de un barco, cuando se encontraba atracado en Puerto Caldera, República Dominicana.

Por otro lado, se han usado las anclas para facilitar la entrega de drogas cuando el barco llega a su destino. En 2017, las autoridades españolas anunciaron el decomiso de más de una tonelada de cocaína de un barco de bandera venezolana en altamar. El ministerio del interior español detalló que los agentes habían observado unos 40 paquetes sospechosos a bordo, que estaban unidos con sogas y atados a dos anclas.

Según los informes, eso era para que los miembros de la tripulación pudieran arrojar las cargas ilícitas al mar en el menor tiempo posible para evitar ser detectados. Las autoridades observaron cómo dos miembros de la tripulación trataron de hacer esto antes de ser atrapados junto con otras cuatro personas que había a bordo.

El uso del ancla en narcotráfico se explica por pragmatismo, pues muchas veces atrae a traficantes que planean entregas marítimas inmediatas.

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2. Contenedores

Una de las formas más comunes como los traficantes han intentado pasar la droga al exterior ha sido ocultando las sustancias ilícitas entre los suministros de a bordo, muchas veces ubicados en el depósito principal del barco o casco. La técnica de ‘gancho ciego’ ha sido usada para enviar cocaína al otro lado del Atlántico, lo que significa que los traficantes con regularidad intentan ocultar la droga en los contenedores que ya pasaron las inspecciones efectuadas por los agentes aduaneros.

Como lo informó InSight Crime en 2020, los cargamentos de chatarra han planteado un problema mayúsculo para las autoridades en este aspecto, pues los escáneres son incapaces de detectar cantidades más pequeñas de narcóticos cuando están ocultas en grandes volúmenes de chatarra. De la misma forma, las autoridades han encontrado más difícil el despliegue de perros antinarcóticos para detectar drogas en esos casos, pues los animales pueden lastimarse en el desarrollo de esa tarea.

De otro lado, por lo general se trafican sustancias ilícitas entre productos comestibles. En octubre de 2020, la Guardia Civil Española anunció que había incautado más de una tonelada de cocaína en altamar. Se dice que las autoridades hallaron la droga entre sacos de maíz en un barco que viajaba entre Brasil y la provincia española de Cádiz.

Y a finales de 2019, las autoridades en Italia descubrieron cerca de 1,3 toneladas de cocaína en un contenedor refrigerado que transportaba banano, llegado de Suramérica. Este siguió a un decomiso récord en el puerto de Livorno a comienzos de ese año, donde se encontró oculta casi media tonelada de cocaína en un contenedor que al parecer traía café desde Honduras. Dado el uso generalizado de esta técnica, la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD) ha trabajado con la Organización Mundial de Aduanas (OMA) para llevar a cabo un programa de control de contenedores a nivel mundial, en un intento por combatir estos métodos de tráfico.

3. Cabina del capitán

En el pasado se han decomisado narcóticos del interior de los efectos personales del capitán. Esos intentos rara vez se conocen, pues para que funcionen requieren una corrupción importante en la persona del capitán o la tripulación.

El año pasado, las fuerzas navales de Uruguay incautaron cinco kilos de cocaína del camarote de proa de un barco de bandera china, que había llegado a Montevideo desde Brasil, según información de medios de comunicaciónSubrayado reveló cómo el capitán mismo denunció la carga ilícita en cuanto la descubrió. De otro lado, en 2018, las autoridades de Paraguay detuvieron a un capitán de barco, luego de que fuera acusado de traficar narcóticos entre sus posesiones personales en la cabina, según informó Última Hora, citando a la Fiscalía General. Se informó que los funcionarios decomisaron más de 150 kilos de cocaína en el Puerto de Asunción, justo cuando los narcóticos estaban a punto de ser transportados a Europa a nombre de un ‘reconocido narco’, que al parecer trabajaba para una organización criminal paraguaya.

4. Chimenea

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Otro potencial escondite para los traficantes que buscan exportar productos ilícitos se ha observado cera de la chimenea de determinados barcos. Esto es increíblemente raro, pero se ha visto. Los archivos de El Tiempo indican que hace más de dos décadas, en 1996, las autoridades hallaron cocaína escondida en barcos pertenecientes a las fuerzas armadas peruanas. Luego de una serie de decomisos relacionados, se descubrieron poco menos de 30 kilos de cocaína en un compartimiento cerca de la chimenea de un bargo de propiedad de la marina, anclado a tres millas del puerto de Callao, en Lima. Días después, descubrieron otros 25 kilos de la droga en la bodega del mismo barco.

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Este escondite se ha usado rara vez si se consideran los decomisos registrados, tal vez debido a las dificultades de los traficantes para acercarse a la chimenea de un buque sin ser detectados, y a la limitada cantidad de sustancias ilícitas que determinado grupo podra extraer allí.

5. Conductos de ventilación

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Los traficantes han estado ocultando drogas en conductos de ventilación a lo largo de los cascos de los barcos, cuando no ha sido posible el tráfico bajo la cubierta.

En 2019, InSight Crime informó que una red traficante liderada por colombianos había estado enviando cocaína a Europa desde los puertos peruanos de Pisco y Chimbote, principalmente mediante el empleo de buzos para que soldaran paquetes sellados de drogas en los conductos de ventilación ubicados en los cascos de los buques cargueros. Se dice que traficaban hasta 600 kilos por barco, sin conocimiento de la tripulación.

En septiembre de ese año, las autoridades españolas decomisaron un poco más de 50 kilos de cocaína escondido en la parte sumergida de un buque mercante, luego de que llegara a la isla de Gran Canaria procedente de Brasil, según informó EFE. Según el medio informativo, los funcionarios detallaron cómo se había hallado parte de la carga ilícita dentro de un conducto de ventilación manipulado bajo la cubierta.

Y unos meses después, en diciembre de 2019, la policía de Ecuador reveló cómo unos buzos habían descubierto más de 300 kilos de cocaína camuflados en los conductos de ventilación inferiores de una nave. Según las autoridades, la cocaína fue decomisada antes de que pudieran traficarla a México y República Dominicana. Cuando se ocultan las drogas bajo la cubierta, los conductos de ventilación de un barco son quizás uno de los lugares preferidos como escondites de los traficantes, aun cuando por lo general se requieran buzos para facilitar esto.

6. Entradas de agua

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Bajo la cubierta, los actores criminales han usado las entradas de agua para ocultar drogas y facilitar las operaciones de tráfico. Aunque este escondite es menos común que los favoritos tradicionales, sofisticadas redes han trabajado con buzos para almacenar paquetes de sustancias ilícitas dentro de esas válvulas.

A finales de agosto de 2020, los medios informativos compartieron cómo las autoridades en Chile habían detenido a un grupo de 15 sospechosos (que incluía personas de nacionalidades chilena, peruana y venezolana) después de que supuestamente hubieran trabajado para transportar narcóticos desde Perú a la región norte del país, Antofagasta, y la zona oeste de su capital, Santiago. La organización supuestamente había estado ocultando drogas en las entradas de agua de un buque mercante de bandera peruana.

Se dice que las entradas de agua del barco se usaban para que un buzo que hacía parte de la red ilícita pudiera extraer los paquetes de drogas ocultos cuando el barco pasara por la ciudad portuaria de Mejillones, al norte de Chile. Informaciones de medios locales insinuaron que el buzo había llegado hasta el barco usando un boto con motor eléctrico que hacía poco ruido, para evitar ser detectado. Al desmantelar el grupo, las autoridades presuntamente decomisaron 1,700 millones de pesos (más de 2.3 millones) en drogas, entre ellas más de 20 kilos de cocaína, más de 180 kilos de marihuana, y cantidades menores de ketamina, LSD y MDMA. Este método es más complejo que el simple ocultamiento de las drogas en un contenedor localizado en el casco del barco en cuanto requiere de alguien confiable al otro lado que se sumerja para recuperar los paquetes clandestinos, siempre evitando a las autoridades marítimas.

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7. El casco

Un método cada vez más popular entre los traficantes ha sido esconder los narcóticos bajo cubierta, dentro o adherido al casco sellado del barco. En muchas ocasiones, los grupos criminales han empleado a buzos para facilitar dichas operaciones.

En 2019, InSight Crime compartió cómo está aumentando el uso de los cascos de las naves para facilitar el narcotráfico, en especial por parte de traficantes que aprovechan el desembarque de buques provenientes de Ecuador y Perú. Los grupos criminales se han dado cuenta de cómo adherir los cargamentos de drogas a los cascos de las naves hace casi imposible detectar las sustancias mediante procedimientos de inspección estándares.

Sin embargo, los agentes han estado luchando contra esos ingeniosos recursos. En 2018, la Marina de Chile detalló cómo las autoridades detuvieron a varios integrantes de una banda que trabajaba para introducir narcóticos en los cascos de barcos procedentes de Colombia a ese país. Las autoridades incautaron más de 350 kilos de marihuana tipo ‘creepy’, después de que un barco que originalmente había desembarcado procedente de Taiwán llegó al puerto de San Antonio en Chile, luego de una escala en Colombia. En el puerto, la policía marítima interceptó tres buzos colombianos cuando intentaban paar siete paquetes de la droga desde el casco de la nave hasta un barco pesquero manejado por dos chilenos. En noviembre de 2020, Noticiarios Televisa entrevistó a un buzo naval con residencia en Lázaro Cárdenas, en el estado mexicano de Michoacán, quien aseguró que esos métodos han estado poniendo en riesgo a las autoridades, con buzos buscando sustancias ilícitas en aguas plagadas de cocodrilos, en algunos casos.

8. Tanque de combustible

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Aunque es posible que estemos más acostumbrados a ver drogas ocultas en tanques de combustibles de automotores, los traficantes han replicado la táctica en los barcos.

En abril de 2020, el Guardián de Trinidad y Tobago informó que la guardia costera del país interceptó un barco que llevaba cerca de US$160 millones en cocaína. Fuentes consultadas por este medio revelaron que los agentes descubrieron 400 kilos de la droga en los tanques de combustible del barco, y añadió que habían tenido que realizar una ‘inspección destructiva’ para llegar hasta la cocaína, pues el alijo se encontraba en un compartimiento secreto, bien envuelto en material impermeable.

A menor escala, en 2015, las autoridades de República Dominicana incautaron poco menos de 80 paquetes de lo que parecía ser cocaína a bordo de un barco con rumbo a Puerto Rico, según información de Diario Libre. Se hallaron los narcóticos distribuidos en seis cubetas ubicadas en el compartimiento del tanque de combustible de la embarcación. Este método es de lejos el más común entre los traficantes marítimos y su complejidad ha variado de un caso a otro. Sin embargo, por su capacidad de acomodar cualquier cosa, desde cubetas llenas de estupefacientes hasta paquetes ilícitos con cubiertas impermeables, no debe descartarse el compartimiento de combustible de un barco como escondite.

9. Torpedos

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El conocido como ‘método del torpedo’ ha gozado de gran popularidad entre los traficantes. Los grupos criminales han estado llenando tubos de fabricación casera (también conocidos como ‘torpedos’) con narcóticos, y atan dichos contenedores con cuerdas a la base de los cascos de los barcos, para poder cortar las cargas ilícitas en altamar si las autoridades se acercan mucho.

En 2018, la policía en Colombia descubrió 40 kilos de cocaína dentro de un torpedo sellado atado a un barco con destino a los Países Bajos. Un comunicado de la policía que daba detalles sobre el decomiso explicaba cómo los buzos pueden aprovechar el sistema de drenaje de un barco para adherir esos contenedores con ganchos, antes de trayectos transatlánticos de hasta 20 días de duración.

Dos años antes, InSight Crime informó cómo los traficantes en Colombia han usado ampliamente este método.

En 2015, las autoridades del país capturaron a 14 personas sospechosas de pertenecer a una banda dedicada al trasiego de narcóticos en cilindros adheridos a los cascos de barcos. Para facilitar las operaciones del grupo, buzos ilícitos —uno de los cuales fue señalado de tener vínculos con la Marina— sujetaban con pernos los contenedores a las aletas estabilizadoras de los barcos, según El Heraldo. El medio informativo añadió que los cilindros fueron fabricados por expertos en metalurgia, quienes también los cubrieron con fibra de vidrio.

Pero no solo se han hallado torpedos atornillados en barcos que zarpan desde Colombia. Desde 2011, InSight Crime informó cómo la policía peruana había hallado poco más de 100 kilos de cocaína ocultos en un torpedo de fabricación artesanal adherido a la base de un barco en un puerto de Lima. El método del torpedo es complejo y muchas veces requiere la participación de especialistas, desde buzos entrenados hasta trabajadores metalúrgicos para la producción de los contenedores. Sin embargo, esta técnica ha cobrado gran popularidad entre traficantes que desean minimizar el riesgo de ser atrapados con cargas ilícitas en altamar.

10. Cuarto de máquinas

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Con frecuencia se han hallado narcóticos ocultos en zonas del barco restringidas a pocos miembros de la tripulación, lo que muchas veces implica a quienes tienen conocimiento privilegiado en esos casos.

En 2014, la policía de Ecuador decomisó más de 20 kilos de cocaína, que se encontraron en un barco que arribó al Puerto de Manta desde Singapur. Según las autoridades, la droga se descubrió en el cuarto de máquinas del bargo, en dos paquetes: una maleta y una envoltura en yute.  

Tres años después, las autoridades reportaron haber hallado poco menos de 90 kilos de cocaína en el cuarto de máquinas de un barco de vapor atracado en el puerto de Palermo, en Colombia, según El Heraldo. La nota de los medios indica que la carga iba con destino a Brasil. Pero antes de que el barco pudiera desembarcar, alguien dio aviso a las autoridades, lo que les permitió encontrar la droga en uno de los lugares más restringidos del barco.

Hace cerca de dos décadas, se halló un buque de entrenamiento naval colombiano con más de 26 kilos de cocaína y heroína en el cuarto de máquinas. En esa época, los medios informativos señalaron que las drogas podrían tener relación con grupos de autodefensas de Cúcuta.

Aunque este lugar restringido se ha usado para ocultar menores cantidades de narcóticos, no es un lugar muy usado por los traficantes, en especial sin conocimiento de miembros de la tripulación con acceso privilegiado.

11. Propulsor

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En una jugada especialmente creativa, se ha conocido que los traficantes han ocultado narcóticos bajo los propulsores de buques transatlánticos.

El 8 de diciembre de 2020, la Patrulla de Aduanas y Fronteras de Estados Unidos (CBP) divulgó cómo buzos de la policía en el puerto de San Juan, en Puerto Rico, hallaron poco menos de 40 kilos de cocaína por un valor aproximado de US$1 millón bajo el propulsor de proa de un barco carguero, dentro de dos bolsas de redes marinas.

Roberto Vaquero, asistente de dirección de operaciones de campo de seguridad fronteriza en Puerto Rico e Islas Vírgenes declararon que los traficantes habían estado empleando “medios muy creativos para ocultar sus cargas de drogas ilícitas en la cadena internacional de suministros”.

El uso de los propulsores de una nave con este fin es tal vez uno de los métodos más innovadores, aunque el menos registrado para el transporte de cargas ilícitas.

12. Bodega

La bodega de un barco está fuera del alcance para la mayoría, pero los traficantes han encontrado la manera de usarla para su beneficio.

En el pasado, los buques de entrenamiento naval han sido centros de tránsito móvil de narcóticos. Durante trayectos transatlánticos se han usado los compartimientos de almacenamiento de acceso restringido para ocultar cargas ilícitas.

En agosto de 2014, luego de que un barco de entrenamiento de la marina arribara a casa luego de una travesía de seis meses, las autoridades incautaron 127 kilos de cocaína de una bodega, donde se guardaban las velas plegadas, como informó El País. El medio informativo indicó que muy pocas personas tenían acceso a ese espacio.

En su viaje, el barco hizo escala en Cartagena, Colombia, y luego en la ciudad de Nueva York. Se acusó a tres miembros de la tripulación de vender drogas a traficantes en ese estado de Estados Unidos, según El País.

Esos hechos son raros y por lo general dependen de la implicación directa de oficiales corruptos o de las fuerzas armadas mismas.

13. Redes

Los traficantes han estado usando redes adheridas a las naves para su beneficio, especialmente para subir narcóticos a bordo.

En junio de 2019, medios de noticias revelaron que unos traficantes introdujeron subrepticiamente más de 16,5 toneladas de cocaína en un buque carguero, luego de un multimillonario allanamiento antinarcóticos en el estado de Filadelfia, Estados Unidos. Se informó que el segundo oficial declaró a los investigadores que vio redes cerca de la grúa de la nave que contenían bolsas con agarraderas para transportar cocaína y confesó que él y otros cuatro habían izado los sacos a la nave y los cargaron en los contenedores, luego de que el primer oficial les prometiera una paga de US$50.000.

Esta táctica se ha usado para facilitar la conocida técnica del “gancho ciego”.

Este artículo se publicó originalmente en InSight Crime. Consulta aquí el original.

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