¿Se puede saber cuando alguien finge un orgasmo? Esto dice la ciencia
De acuerdo con una investigación, hay indicios en los mecanismos cerebrales que permiten diferenciar los orgasmos genuinos de los fingidos.
De acuerdo con una investigación, hay indicios en los mecanismos cerebrales que permiten diferenciar los orgasmos genuinos de los fingidos.
Mucho se ha hablado sobre la capacidad que tienen las mujeres para fingir un orgasmo, así como la incapacidad de los hombres para darse cuenta, pero ¿realmente hay indicios que puedan demostrar cuando una persona finge un orgasmo? Esto dice la ciencia.
Un estudio, que fue realizado en 2003 por un equipo de neurocientíficos de la Universidad de Groningen en Países Bajos, reunió a 11 parejas heterosexuales para observar el comportamiento del cerebro al momento del orgasmo.
En el caso de los hombres resulta sencillo saber cuando llegan al orgasmo, pues viene acompañado por la eyaculación, pero en el caso de las mujeres resulta mucho más complicado, ya que no emiten una señal específica.
Por ello, se les pidió fingir un orgasmo y los resultados arrojaron que la actividad cerebral es totalmente distinta: En un orgasmo real se produce “una desactivación extrema de grandes zonas del cerebro, especialmente de los centros del miedo”, mientras que “en una mujer que finge el orgasmo descubres que no solo el cerebelo, sino la corteza también está activa”, mencionó Gert Holstege, director del estudio.
En otras palabras, Holstege dice que para que la mujer pueda experimentar un orgasmo verdadero debe asegurarse que el miedo y el estrés no estén presentes en ese momento, ya que “es muy complicado que una mujer disfrute del sexo si tiene un alto nivel de ansiedad”.
En otra parte del experimento se estimuló a los sujetos de estudio pero sin llegar al orgasmos, práctica que sirvió para identificar comportamientos cerebrales distintos. Tanto en el hombre como en la mujer, en estos casos la amígdala se desactiva, pero en los hombres la ínsula, parte del cerebro ligada a las emociones, se hacía más activa.
Esto quiere decir que, mientras los hombres tratan de darle importancia al estímulo de sus genitales, las mujeres simplemente disfrutan de la sensación: “Los hombres ven como algo muy importante interpretar lo que está sucediendo (…), para ellas lo prioritario es lo que sienten”, añade Holstege.
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