India y Pakistán sufren por el calor extremo
De acuerdo con científicos, la ola de calor que se vive en India y Pakistán podría empeorar. Foto: AFP / Sanjay Kanojia

El calor sofocante que azota a India y Pakistán desde hace dos meses es inédito, pero el futuro se anuncia mucho peor, afirman científicos, que explican la mayor frecuencia de las temporadas de bochorno por el cambio climático.

Más de mil millones de habitantes del sudeste asiático sufrieron en marzo y abril temperaturas extremas, por encima de 40°C, antes del inicio del monzón. Y eso no ha terminado aún.

“Esta canícula podría matar a miles de personas”, alerta Robert Rohde, científico del grupo Berkeley Earth. El número de muertos, especialmente entre la población pobre y de mayor edad, se conocerá más tarde.

La mortalidad relacionada con las canículas en India, ya víctima de olas de calor mortíferas en 2015 y 2019, aumentó en más del 60% desde 1980, según el ministro indio de Ciencias de la Tierra.

Además, ya se aprecian otros impactos en la agricultura, el agua y el suministro de energía, subrayó esta semana el jefe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas. Sin olvidar que la calidad del aire se deteriora, que los riesgos de incendios y los cortes de electricidad aumentan.

“Lo que me sorprende es que la mayoría de la gente está conmocionada, pese a que ya hace mucho tiempo que se está advirtiendo que en el futuro se presentarían este tipo de catástrofes.

“Esta región del mundo, y la mayoría de las zonas tropicales, figuran entre las más vulnerables ante las canículas”, declaró Camilo Mora, investigador de la Universidad de Hawái.

En un estudio de referencia publicado en 2017, él y su equipo estimaron que cerca de la mitad de la población mundial estaría expuesta a un calor mortal al menos 20 días cada año de aquí a 2100. Y eso aunque el aumento de las temperaturas globales no supere los 2 ºC respecto a la era preindustrial, objetivo principal del acuerdo de París sobre el clima.

Los científicos están realizando cálculos para evaluar cuál es la parte de responsabilidad del calentamiento global en la ola de calor que afecta el sudeste asiático.

“No hay ninguna duda de que el cambio climático modifica las reglas de juego en materia de canícula.

“Lo que vemos ahora será normal, incluso hasta frío, en un mundo entre +2° y +3°C”, señaló Friederike Otto, del Imperial College de Londres.

Hasta ahora, el planeta ha incrementado su temperatura en promedio un 1.1 °C y, si todos los compromisos de los firmantes del acuerdo de París se cumplen, la temperatura subiría 2.8 °C, según expertos climáticos de la ONU del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).

En India y Pakistán, el IPCC prevé “canículas más intensas, más largas, y con mayor frecuencia”.

“Antes de que las actividades humanas provocaran el calentamiento, la canícula que afecta a India se habría producido cada 50 años”, subraya Marian Zachariah, del Imperial College de Londres. Ahora puede ocurrir una vez cada cuatro años.

Según un estudio publicado esta semana en la revista Science, las cosas podrían agravarse aún más rápido de lo estimado.

El equipo encabezado por Vikki Thompson, de la Universidad de Bristol, clasificó las peores canículas desde 1960, basándose no en la temperatura máxima, sino en la diferencia respecto a lo esperado. Y, sorpresivamente, el sudeste asiático no se encuentra en la parte alta de la lista.

“Cuando se mira la diferencia con relación a la temperatura normal local, las olas de calor en India y Pakistán no habían sido tan extremas hasta ahora”, apuntaron Vikki Thompson y su colega Alan Thomas Kennedy-Asser. 

Según sus cálculos, el sudeste asiático sí ocupó el primer lugar en 1998. Con una diferencia respecto a la temperatura normal de la misma magnitud, India superaría los 50 °C, lejos de los 40 °C estimados, señala Vikki Thompson.

“Estadísticamente, es probable que una canícula récord afecte a India en cualquier momento”, agregó.

El calor extremo es aún más peligroso cuando se combina con la humedad, un fenómeno medido por el “termómetro mojado” o TW, que tiene en cuenta la capacidad del cuerpo para reducir su temperatura por medio de la transpiración.

Teniendo en cuenta que un cuerpo solo capta calor cuando la temperatura exterior TW supera a la suya, un ser humano joven, con buena salud, a la sombra y con agua disponible, no podría sobrevivir más de seis horas con una temperatura de 35 grados TW.

Durante la canícula de 2015, que causó más de 4 mil muertos en India y Pakistán, el “termómetro mojado” alcanzó 30 grados TW.

Este año, la situación es todavía peor, con el récord de 32.2 grados TW registrado la semana pasada en Nagpur, en el centro de la India, señaló Thibault Laconde, jefe de una empresa emergente especializada en la adaptación al calentamiento global.

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