La vida nocturna y vida silvestre: el álbum que mezcla cantos de aves y ritmos tecno
Los colombianos muestran su apoyo a UN Live blandiendo sus huellas dactilares azules, el símbolo de la organización.

Muchos de los clientes regulares del popular club Kaputt de Bogotá extrañaban a su comunidad durante el confinamiento del Covid-19 que los mantenía en sus casas sin poder pisar las pistas de baile. Pero entonces llegó el grito de batalla de los DJ Jorge Pizarro y Felipe Rodríguez: “graben lo que escuchan desde su ventana”

Ahora los resultados de ese llamado está llegando a la audiencia global, en un set de álbumes que mezclan los sonidos de animales y pájaros de la capital colombiana con ritmos tecno disponibles en streaming.

El propósito es galvanizar la acción para proteger la biodiversidad, dice Héctor Buitrago, de la banda ganadora del Grammy Aterciopelados, y cofundador de VozTerra, el colectivo que tuvo la idea de grabar los álbumes. Si incorporas los ritmos de la naturaleza a la música clásica podría ser un lugar común y Voz Terra decidió voltear hacia Pizarro y Rodríguez y entrar a la escena de los bailes de Bogotá.

Rodríguez considera que “el factor coolness del club es la herramienta perfecta para que las mentes curiosas de los jóvenes se interesen en la ecología”, dice Rodríguez. “Los fans de la música electrónica también van a estar más dispuestos a participar en los trabajos ecológicos que otros géneros porque para ellos bailar es una experiencia espiritual, una experiencia mística”.

Pizarro agrega: “Esta es también una forma de permanecer conectados en nuestra comunidad y esta generación  trae ese ‘chip’ y son más conscientes del medio ambiente”.

El sonido tiene el poder de mover a la gente a la acción práctica porque además de traer alegría penetra el cuerpo humano a nivel celular, dice Buitrago, especialmente durante el confinamiento cuando la gente está más dispuesta a escuchar. “Una sorpresa fue que la gente también grabó mensajes para compartir sus temores en medio de la incertidumbre de la pandemia”.

Molly Fannon, directora ejecutiva del Museo de la ONU, UN Live, el cual apoya el proyecto sonidos desde tu ventana, cree que los ambientalistas no saben sacar provecho de la cultura”.

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“UN Live le preguntó  a una serie de personas del sur global lo que pensaban que ayudaría a cuidar a las ciudades autosustentables del futuro”, dice. “En Colombia, nos dimos cuenta que había dos cosas que realmente importaban a la gente: una era un fuerte sentimiento de nostalgia por la biodiversidad que extrañaban y otra era el amor por la música. Pensamos que si combinábamos esas dos emociones podríamos lograr que la gente se interesara”.

“La emoción agridulce de la nostalgia es fundamental en las culturas latinoamericanas, pero tal vez estamos viviendo un momento de hiper nostalgia a causa del Covid. Todos añoramos. Si logramos capturar ese sentimiento y le demostramos a la gente que hay algo que pueden hacer para sentirse mejor, eso va a ser muy poderoso”, dice Fannon.

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Pájaros volando ilustran la portada del álbum.

UN Live, es independiente de la ONU, e “intenta usar el poder de la creatividad y de la cultura para interesar y empoderar a millones de personas en todo el mundo para que actúen a favor de un mundo más sustentable, con más esperanza”. Según Fannon,  exdirectora de la oficina de relaciones internacionales del Smithsonian en Washington DC, es la “colisión inesperadas de acercamientos tan diversos como la ecología acústica, la música dance electrónica, conectar a la gente en aislamiento y la conservación de la naturaleza” lo que puede traer el necesitado cambio de mentalidad para provocar acciones reales.

“Los sonidos desde tu ventana tiene la intención de proteger la vida salvaje para, por ejemplo, relacionar las ventas de boletos de Kaputt para iniciativas prácticas y el movimiento global Count Us In”, dice. “Pero los sonidos que reúne la gente también son de gran ayuda para los científicos para monitorear la salud de los ecosistemas en el campo emergente de la acústica ecológica”.

Los petirrojos, los colibríes, los gorriones pecho rojo y la pollona azul son algunas de las 2 mil especies de aves en Colombia que se pueden escuchar en los cortes de música dance, que también utilizan sonidos que se grabaron en la reserva del bosque de Van der Hammen y los pantanos de Conejera en la parte norte de la ciudad.

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En acción… los sonidos de la selva.

El proyecto tuvo tanto éxito que las grabaciones llegaron de todo el mundo, con sencillos de artistas como Dombrance de Francia, lo que hizo que el número de álbumes fuera de cuatro en lugar de uno. Estos se pasan por streaming una vez a la semana.

UN Live también planea incorporar los sonidos de la naturaleza que reunió la gente en la primera “misa ecológica” mundial, que se llevará a cabo en 6 mil parroquias católicas de Colombia este año, dice Fannon.

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En enero, Bogotá regresó brevemente al confinamiento por el aumento de los casos de Covid. De entre todos los retos del aislamiento forzado, redescubrir cómo escuchar a la naturaleza podría ser un buen legado, dice Buitrago, mientras recuerda la temporada anterior a dejar la ciudad.

“Mi vida siempre ha estado rodeada de ruidos de carros, esa era mi pista sonora”, dice. “Una vez, en un viaje a la costa me desperté con el ruido de las olas pero al principio yo creía que estaba escuchando carros. Así de profundos están arraigados los ruidos urbanos en mi.

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