La movida de Australia para controlar a Google y Facebook da inicio a una batalla legal
El director gerente de Google Australia, Mel Silva, aparece a través de un enlace de video ante la investigación del Senado australiano. Fotografía: Mick Tsikas / AAP

Facebook y Google se acostumbraron a un mundo abierto de información para construir sus ecosistemas cerrados. Eso ya no sucederá. Australia procederá con un nuevo código de medios que obligará a las plataformas a pagar por las noticias y negociar con los medios. Mientras que Google ha cumplido, Facebook desafió las medidas al prohibir las noticias australianas en su plataforma, antes de llegar a un acuerdo con el gobierno australiano que les permite evadir el nuevo código, pero sólo si firman acuerdos con sus editoriales clave.

La nueva ley es una movida audaz que muestra que los países se están dando cuenta de que tienen más que ganar al regular a los titanes digitales en lugar de sucumbir ante su fuerza. Pero no será efectivo a menos que los reguladores de todo el mundo aborden la raíz del problema: el dominio de Facebook y Google, y la concentración del poder de los viejos imperios de medios, que juntos debilitan el periodismo internacional, nacional y local.

Como experimento regulatorio, la nueva ley de Australia fue un éxito incluso desde antes de entrar en vigor. La prohibición temporal de noticias de Facebook se implementó pobremente. La interpretación de “noticias” fue vaga, y bloquearon de la plataforma a la agencia australiana del clima, a servicios de salud pública, a organizaciones contra la violencia doméstica y a sindicatos. Estas páginas se reinsertarán, pero la acción exhibió el poder de Facebook como fuente de noticias, y su disposición a degradar sus productos, y de privar a sus usuarios de noticias vitales incluso durante una pandemia.

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Al mostrar sus músculos, la compañía hizo arrodillarse a los políticos australianos. El gobierno tendría que haberse mantenido firme. Si hubiese continuado la prohibición de noticias, hubieran creado la primera oportunidad para que las redes sociales rivales en el mercado Australiano en casi dos décadas. Un activista político que descubrió que su página de Facebook estaba bloqueada bromeó y dijo que era el momento de reactivar Myspace.

Google tomó un enfoque distinto. Aunque protestaron por la nueva ley, que según ellos malentiende el mercado de las publicaciones, la compañía se apresuró para cerrar acuerdos con el conglomerado global News Corp y con más de 50 otras organizaciones australianas de noticias, incluyendo a Seven West Media, Nine y Guardian Australia. Tal vez a Google todavía le duele su intento fallido de remover servicios de noticias en Francia en 2020, después de que los reguladores franceses buscaron obligar a Google y Facebook a pagar por mostrar contenido de noticias. Facebook dijo que no pagarían el llamado “impuesto por vínculos”. Cuando Google respondió al no mostrar resultados de noticias en el país, la autoridad francesa de competición le ordenó a Google aparecer en las mesas de negociación porque la remoción del contenido podría violar las leyes de competencia.

Al estar de acuerdo con los términos del órgano regulador australiano, Google pudo haber identificado el camino más fácil. En lugar de intentar cambiar el balance del poder al desarticular las plataformas tecnológicas o al abrir el mercado a competidores más pequeños, la reguladora australiana optó por obtener concesiones de las dos compañías, en la forma de pagar por las noticias mostradas en sus plataformas. En lugar de cambiar el status quo, la nueva ley simplemente lo arregló.

Aquellos que se beneficiarán más de los arreglos son el legado de los barones de los medios como Rupert Murdoch, dueño de News Corp, quien probablemente está emocionado por cortar un pedacito de Google. Muchas editoriales pequeñas tendrán que defenderse solas. En Francia, como contraste, Google tuvo que negociar un acuerdo con una alianza de 300 medios.

El valor total y los términos del acuerdo de Google con News Corp no se han revelado, pero supuestamente incluyen “pagos significativos” para mostrar la cobertura de noticias de la compañía en la sección de News Showcase. Uno podría esperar que Murdoch sea el primero en invertir en sitios de noticias rivales, mientras los titanes de la tecnología se ven obligados a adaptarse al cambiante panorama regulatorio (Tal vez News Corp se arrepiente de vender Myspace en 2011 a Justin Timberlake).

Google advirtió sobre estos conflictos en un blog de agosto de 2020 dirigido a los creadores de contenido para YouTube en Australia. Mostrando el espectro de “ventajas injustas para las grandes empresas de noticias”, el blog siguió a una carta abierta de la directora de Google Australia, Mel Silva, en la que advertía que la nueva ley australiana “no tendría otra opción más que quitar la función de búsqueda en Australia”. Pero esto no sucedió. Google Search también está disponible en Australia y Google llegó a acuerdos con los tenebrosos “gigantes de los medios”.

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Pero es posible que este enfoque no funcione con los reguladores europeos y británicos. Ambos ya tienen sus propios planes, y pueden hacerse más audaces gracias al éxito inicial de Australia. El gobierno del Reino Unido implementa propuestas de la reseña de Furman, comisionada por la Competition and Markets Authority (CMA), incluyendo el establecimiento de una Unidad de Mercados Digitales. La propia CMA recomendó introducir obligaciones de data sharing y hacer que las compañías abran sus infraestructuras, y recomendaron que, de ser necesario, rompan los negocios de publicidad en línea de Google y Facebook. La Unión Europea impulsa el Digital Services Act y el Digital Markets Act, que limitarán cuidadosamente lo que se considera conducta aceptable por parte de las grandes plataformas.

Mientras los reguladores buscan controlar a los gigantes de la tecnología, deberán resistir la presión de otros monopolios para adaptar las nuevas reglas de modo que les funcionen. En lugar de leyes que canalicen una fracción de las ganancias de los monopolios de Google y Facebook a viejos medios, los gobiernos alrededor del mundo deberían actuar juntos para desmantelar los monopolios que amenazan al periodismo amplio y robusto.

Michelle Meagher es una abogada de competición y autora de Competition is Killing Us: How Big Business is Harming Our Society and Planet – and What to do About it.

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