Ya nos acostumbramos a que nos traten mal en las apps de citas
"Una mujer me contó cómo un hombre le había dicho 'gracias' en un chat de citas en línea. Dijo que los modales eran pocos y espaciados ". Foto: Goodboy Picture Company / Getty Images

“Como quiera, solo hubieras sido el acostón de un día porque eres una perra gorda y fea”.

Una mujer me dijo que recibió esta respuesta en una aplicación de citas cuando se negó a aceptar una invitación para “conocerse”. Ella tenía más de 45 años y buscaba el amor en línea, como muchos de nosotros.

La forma en la que nos comunicamos en apps de citas como Tinder, Bumble, y RSVP es importante para las relaciones que formamos después, lo que aceptamos como un comportamiento apropiado en las relaciones offline es parte integral de las discusiones que tenemos como nación sobre consentimiento y respeto entre hombre y mujer.

Según estudios de Monash University, financiadas por la gigante de las citas eHarmony,  las aplicaciones de citas son el método más común que utilizan los australianos para conocerse. Las restricciones sociales del Covid han aumentado su popularidad. Durante el primer trimestre de 2020,Tinder reportó 3 mil millones de vistas en un día.

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Lo que queda fuera de radar es el trato que los solteros aguantan en estas aplicaciones. En mi estudio (y trabajo con adultos) me ha quedado claro que el lenguaje ofensivo, las palabras irrespetuosas, el ghosting y el que los otros desahoguen sus frustraciones en otras personas se ha convertido en un lugar común  en las aplicaciones de citas. Tristemente, muchos usuarios esperan y aceptan este trato como parte del trayecto de buscar una cita en línea.

Los estudios muestran consistentemente que la pantalla es mediadora en nuestra forma de asociarnos. Nos hace más valientes y atrevidos. Pedirle una cita a alguien con la protección de la pantalla da menos miedo que hacerlo en persona. También lo es hacer sentir mal a la gente que no te encuentra atractiva o porque no satisfacen tu ego, o porque no quieren dejar botado todo para ir corriendo a tu departamento.

Cuando hacen sentir mal a alguien, algunos usuarios de apps se sienten mejor. Y lo que  es peor, lo hacen detrás del escudo semianónimo de internet.

Algunos le llaman “violencia del rechazo”. En foros especializados de temas como r/nicegirls, r/niceguys y r/nicegays (personas que pueden parecer amables pero en cuanto haces algo sin ellas, están en desacuerdo, te reclaman o te insultan), en donde los usuarios comparten encuentros desagradables en línea, demuestran que esto está pasando a hombres y mujeres de cualquier orientación. Si se rasca un poco más, los estudios indican que esto le pasa más a las mujeres.

Un estudio de 2020 de Pew Research encontró que una tercera parte de las mujeres que usan aplicaciones de citas son objeto de abuso verbal y casi la mitad de las mujeres que rechazan a un hombre reportan que las siguen buscando a pesar de su negativa. En las mujeres los números son el doble que en los hombres.

Muchas personas justifican esto diciendo que es “de esperarse” dado que estas aplicaciones son como sitios de ventas. La gran cantidad de personas en línea hace que sea más fácil botar a alguien porque es “fácil” encontrar a otro. Hay cientos de miles de encuentros potenciales esperando, listos para deslizarse.

El problema es que esto ha hecho que los comportamientos tóxicos sean más comunes entre las posibles parejas románticas y, tristemente, más aceptables. Nuestro parámetro con estas aplicaciones es más bajo que el de otro contexto. Una mujer me contaba el otro día muy emocionada que un hombre le había dicho “gracias” en un chat en línea. Dijo que los buenos modales son pocos y escasean.

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No digo que tengamos que evitar las citas en línea. Lo importante no es en dónde nos conocemos o nos citamos, pero sí la forma en que nos comunicamos con otros. Se trata de un error de concepción en el que las quejas en línea, la furia y el acoso son hechos de la vida. Puede que nos estemos escondiendo en un falso sentido de seguridad cuando lo consideramos típico, o cuando pensamos que no nos afecta o no nos importa porque sucedió en línea. Pero sí lo hace.

Estamos muy vulnerables cuando tenemos una cita y el comportamiento que a veces se recibe, especialmente las mujeres, no solo es profundamente desmoralizador porque nos sigue afectando cuando apagamos la pantalla. Lo llevamos durante el día y se come nuestras interacciones en la vida, en el trabajo, con el cajero de la tienda, socialmente. Mina nuestra percepción de cómo merecemos que nos traten y lo que le enseñamos a nuestros niños sobre relaciones. Mientras más sucede, el daño es mayor.

Tenemos que diferenciar las citas en línea de las normales. Seamos consistentes en cómo esperamos que nos traten en todas las etapas de la relación sin importar en dónde empiece. No hay que bajar el estándar para complacer a amores potenciales que piensan que tratarnos mal es porque nos conocieron en línea.

¿De verdad queremos estar en una relación o tan solo ligar de esa forma? La respuesta es no.

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