EU sale de la base aérea de Bagram en Afganistán después de casi 20 años
Un avión de la fuerza aérea militar estadounidense sobrevuela la base militar de Bagram, al norte de Kabul. Foto: Wakil Kohsar / AFP / Getty Images

Las tropas estadounidenses han salido de Bagram, la base aérea en crecimiento al norte de Kabul que fue el centro simbólico y operativo de la operación militar estadounidense en Afganistán.

Tras haber entregado este centro a las autoridades de Afganistán, se marca el escenario de la salida final de las fuerzas estadounidenses de este país solo meses después del 20 aniversario del inicio de sus operaciones para derribar a los talibanes, las cuales comenzaron en respuesta a los ataques del 9/11.

La salida estadounidense se vio manchada por la desorganización, ya que hubo un lapso entre la partida de las tropas estadounidenses y la llegada de los remplazos de Afganistán, dejando así una oportunidad para que los saqueadores robaran partes de la base.

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Desgraciadamente los estadounidenses se fueron sin coordinarse con los oficiales del distrito de Bagram o la oficina del Gobernador”, menciona Darwaish Raufi, administrador de distrito, a la agencia Associated Press.

El Pentágono mencionó que el carismático comandante de las fuerzas estadounidenses, el general Austin Miller, delegará sus responsabilidades al jefe de Comando Central, Kenneth McKenzie, formalmente más adelante este mes.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, negó los reportes que mencionaban que EU completaría su salida en los próximos días, después dirigió las siguientes preguntas hacia la Casa Blanca, mencionando que quería festejar el 4 de julio y abarcaría dicho asunto la siguiente semana. El vocero de la Casa Blanca, Jen Psake, mencionó más tarde que la retirada se completaría “a finales de agosto”.

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Sin embargo, aún hay una mínima presencia. Aunque el Pentágono dejó de dar mayor información acerca de las fuerzas, se cree que hay menos de mil tropas estadounidenses en Afganistán, prácticamente todas en Kabul donde proporcionarán seguridad a la embajada y seguramente durante su trayecto al aeropuerto internacional.

Bagram, que se ubica a 64 km al norte de la capital de Afganistán, Kabul, fue el centro de las operaciones de EU y es estratégicamente importante para cualquier país que quiera poseer dicho centro. Fue tomado al inicio de la campaña y permaneció como un punto clave para el equipo internacional y personal durante las últimas dos décadas, ofreciendo el primer vistazo de Afganistán al mundo, desde soldados hasta presidentes.

La mayoría de los aliados de la OTAN han retirado sus tropas de vuelta a sus países, en un final silencioso en la misión internacional que comenzó hace dos décadas como un espectáculo de solidaridad comprometida para un Estados Unidos aun aturdido y afligido.

Gran Bretaña y Turquía se encuentran entre las últimas naciones que aún tienen fuerzas en la zona. Se espera que los soldados británicos salgan dentro de los próximos días, aunque las fuerzas especiales encubrirán su presencia como sugieren documentos recientemente filtrados a la cadena BBC.

La milicia turca mantiene negociaciones para poder permanecer en Kabul, y asegurar el aeropuerto internacional con presencia militar internacional considerada vital para las embajadas extranjeras que aún permanecen ahí.  Cerca de 650 soldados estadounidenses se quedarán para resguardar las instalaciones.

Pero al entregar las pistas y los hangares de Bagram a las tropas de Afganistán, los talibanes probablemente comenzarán a hacer pruebas de defensa, aunque el costo de defender tal estrategia y propaganda será una prioridad para las fuerzas armadas de Afganistán.

Construído por ingenieros soviéticos en 1950, la base aérea ha sido el centro de dos desafortunadas compañas militares extranjeras, una iniciada por Moscú en 1979, y la propia “guerra del terror” de Estados Unidos, que duplicó la “guerra eterna” ya que parecía que nunca tendría fin.

En 2001, la base quedó devastada después de que ambos extremos de la pista con un largo de 3 km fueran tomados por grupos opositores durante la guerra civil que duró años. Pero Estados Unidos la reconstruyó rápidamente en una extensa ciudadela que encarnaba los problemas, desperdicios y contradicciones de los esfuerzos militares internacionales en Afganistán.

Tenía una “cárcel negra”, segunda en mala reputación después de la de Guantánamo, donde los afganos detenidos por sospecha de conexiones con los talibanes o Al Qaeda era torturados y en algunos casos asesinados. El asesinato de un taxista detenido en las instalación fue fuente de inspiración para un documental premiado por la Academia.

Sin embargo también había malecones, restaurantes de comida rápida, instalaciones para el tratamiento de aguas residuales e incluso, en algún momento, una alberca. En su mejor momento se llegaron a establecer hasta 40,000 militares y contratistas civiles. Muchos de los cuales no vieron más de Afganistán que los 15.5 km protegidos por paredes y vallas alambradas con navajas, y las montañas que la rodean.

En ocasiones también aterrizaban cohetes dentro de su perímetro, además hubo ataques internos por parte de la fuerza de seguridad de Afganistán, sin embargo el campo era considerado lo suficientemente seguro como para resguardar visitantes VIPs, incluyendo celebridades que asistían a recorridos para levantar la moral y políticos de alto rango.

Los comandantes del campo se retiraban lo más rápido posible frente a las amenazas dejando a los soldados en los puestos en la línea al frente. Ellos tenían tiempo para dormir y construir en sus sueños el “Campo Bagram Batman”, mientras trataban insignificantes delitos militares como uso de carros sin autorización y mal manejo de armamento.

El portavoz de Talibán, Sohail Shaheen, comentó que el grupo recibió con gusto la noticia de la salida de EU de Bagram. Los militares se han apoderado de territorios a lo largo del país en los recientes meses como consecuencia de las salidas de las tropas extranjeras, tomando el control de casi 50 de los 400 distritos desde mayo.

Gen Austin Miller, comandante superior de EU en Afganistán, advirtió que la última semana el país podría estar en camino a una guerra civil. Comentó el viernes que a pesar de haber entregado Bagram, los estadounidenses “aún conservan las posibilidades y la autoridad para proteger a sus fuerzas” que se encuentran en Kabul.

Algunos políticos quieren remarcar que el final del proyecto militar lanzado para destruir a los talibanes llega con el resurgimiento del grupo en Afganistán.

Donald Trump firmó el acuerdo de retirada de EU, pero Biden sigue presionando para disminuir las fuerzas, comentando que el viernes había estado “bajo ataque”, ignorando las advertencias sobre las graves amenazas para la seguridad. Algunos analistas de inteligencia han advertido que el gobierno de Kabul podría colapsar en los siguientes meses.

Cuando se le preguntó sobre esta posibilidad, Biden contestó: “Estuvimos en esa guerra por 20 años… Creo que tienen la habilidad para mantener su gobierno”.

Ante la posibilidad de recibir más preguntas por parte de la prensa, el presidente agregó: “No responderé ninguna otra pregunta sobre Afganistán. Miren, es el 4 de julio. Me preocupa que me hagan preguntas que responderé la siguiente semana. Es un día festivo. Lo celebraré. Están sucediendo grande cosas”.

En una visita a Washington el mes pasado, Biden comentó a su homólogo afgano, Ashraf Ghani: ”Los afganos tendrán que decidir su futuro”. Las pláticas sobre acuerdos de paz entre el gobierno y los talibanes, las cuales están programadas a iniciar después de la retirada de EU, se han detenido en gran parte tras el intento de los militares por consolidar su posición en tierra.

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