Las principales marcas de moda enfrentan una demanda legal sobre los derechos de los trabajadores textiles en Asia
La propuesta es que las principales marcas de ropa se consideren empleadores conjuntos, junto con sus proveedores. Foto: Muhammad Fadli / Bloomberg / Getty Images

Se están presentando demandas legales contra algunas de las marcas de moda más grandes del mundo en los principales países productores de ropa a lo largo de Asía. Esto en un intento revolucionario por responsabilizar de manera legal a la industria por la violación de derechos humanos.

La Asia Floor Wage Alliance (AFWA por sus siglas en inglés), un grupo panasiático a favor los derechos labores, dice que está usando recursos legales para alegar que las marcas globales de ropa deberían ser evaluadas conjuntamente, junto con sus proveedores, bajo las leyes nacionales y ser responsables de supuestas violaciones salariales durante la pandemia de Covid-19.

Dos de estas denuncias ya han sido presentadas ante las autoridades en India y Sri Lanka, y hay más demandas pendientes en Indonesia y Pakistán.

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En India, la AFWA y los sindicatos locales han presentado una demanda ante la autoridad laboral en Bangalore en contra de la firma H&M. La demanda pide que H&M sea declarada como responsable solidaria por supuestos abusos laborales ocurridos en 2020 en una fábrica proveedora, donde afirma que la marca “tiene control económico total sobre la subsistencia, oficio y empleo continuo de los trabajadores”.

Una demanda similar se ha presentado ante el Comisario de Trabajo en Sri Lanka contra Levi Strauss, Columbia Sporting Company, Asics, DKNY y Tommy Hilfiger alegando que están actuando como “empleadores en la sombra” en una fábrica proveedora en Katunayake, donde los trabajadores perdieron sus trabajos y no recibieron su pago completo.

Los reclamos y argumentos principales de las demandas se basaron en exhaustivas entrevistas y análisis que la AFWA llevó a cabo para un reporte nuevo que publicó esta semana.

El reporte analizó el impacto del “robo de salarios” en seis países productores de ropa, en el cual afirmó que varias de las marcas de moda más grandes a nivel mundial eran conjuntamente responsables de la disminución o “diferencias” en los salarios, y de la pobreza y la indigencia resultante de millones de trabajadores de la confección en Asia.

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Argumenta que las acciones de las marcas de la moda durante la pandemia en la cancelación de pedidos de ropa de miles de millones de dólares resultaron directamente en graves consecuencias humanitarias para los trabajadores de sus cadenas de distribución.

Muchos trabajadores perdieron sus empleos, les redujeron sus horas o los enviaron a casa sin paga durante meses. Los salarios preexistentes al nivel de pobreza de los trabajadores de la confección en Asia no proporcionaron ningún tipo de seguridad para superar la pérdida de empleo y salarios durante la pandemia.

El informe también alega que a pesar de que los derechos de los trabajadores estaban protegidos por la leyes nacionales, la mayoría de los empleados textiles no tuvieron acceso o poder para buscar compensaciones por la pérdida de salarios durante la pandemia, debido a la necesidad de encontrar otro trabajo, la amenaza de indigencia y la poca aplicación de las leyes laborales por parte de las autoridades.

Un trabajador de Sri Lanka, quien pidió permanecer en anonimato, dijo que no pudo alimentar a sus hijos después de que le recortaran sus horas de trabajo en el verano de 2020.

“Nuestro empleador nos dijo que las marcas habían cancelado pedidos, así que nos obligaron a tomarnos vacaciones y recortaron nuestras horas”, dijo. “Ya tenía problemas para sobrevivir con mi salario y dependía del tiempo extra para cubrir los costos, por lo que descubrí que no podía permitirme comprar suficiente comida para la familia. Todos los días tenía miedo y me preguntaba cómo sobreviviríamos“.

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Ashim Roy, un sindicalista indio e integrante de la AFWA, dijo que la acción legal era el único camino para asegurar que las marcas fueran forzadas a poner los derechos de los trabajadores por encima de las ganancias.

“Después de la masacre que se desató sobre los trabajadores el año pasado, queríamos examinar la posibilidad de responsabilizar de forma legal a las marcas en lugar de solo tener la influencia o amenaza del daño a la reputación”, dijo.

“Estamos seguros de que en algunos países hay una jurisprudencia muy sólida para responsabilidades solidarias, pero nunca se ha aplicado para una marca o un proveedor. Nuestro argumento central es que la realidad es que las marcas no solo compran ropa. Ellas determinan y controlan cada fase en el proceso de producción de la ropa que está siendo fabricada y, por tanto, no deberían poder seguir argumentando que los trabajadores que hacen su ropa no trabajan para ellos”.

En un comunicado sobre la demanda legal, H&M dijo: “A pesar de que son nuestros proveedores quienes contratan a los trabajadores textiles, nosotros como una compañía grande tenemos la responsabilidad de hacer lo mejor que podamos para contribuir a un buen diálogo entre los sindicatos y los proveedores para ayudarlos a llegar a un acuerdo en caso de que surjan conflictos”.

Asimismo dijo que en el caso específico al que se refiere la denuncia judicial, a los trabajadores se les pagó “de acuerdo con las normas legales”.

Columbia Sportswear Company dijo que no había recibido evidencia de una demanda presentada ante el Comisario de Trabajo. Aseguró que no canceló pedidos ni renegoció el costo de los productos para pedidos abiertos, y agregó: “Creemos que las estrategias que decretamos pudieron reducir el impacto de la pandemia global en nuestras cadenas de distribución asociadas y en sus empleados”.

Asics también dijo que no había recibo notificación sobre la demanda, y mencionó que no estaba de acuerdo con el alegato de que tenía una relación laboral conjunta con sus proveedores.

Afirmó que todos los trabajadores de la fábrica proveedora mencionados en la demanda fueron completamente compensados de acuerdo con las leyes laborales y que no canceló ningún pedido durante la pandemia.

Levi Strauss se negó a dar comentarios sobre la demanda, pero dijo que había asumido toda la responsabilidad por los pedidos realizados antes del inicio de la pandemia y que habían proporcionado más de un millón de libras en subvenciones a organizaciones que apoyan a los trabajadores textiles. DKNY y PVH, el propietario de Tommy Hilfiger, no respondieron a las solicitudes por sus comentarios.  

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