El acuerdo entre EU y China sobre las emisiones devuelve la esperanza
Un anuncio de ‘Reduzcan el metano ahora’ en el edificio de la cumbre COP26 en Glasgow. El acuerdo climático entre Estados Unidos y China ha sido ampliamente celebrado como un paso en la dirección correcta. Foto: Graeme Eddolls/PA


Los líderes y los expertos en clima han recibido con gran satisfacción un inesperado acuerdo entre Estados Unidos y China para trabajar conjuntamente en la reducción de emisiones.

Los dos principales emisores del mundo parecieron dejar de lado sus diferencias en la cumbre climática COP26 y el miércoles dieron a conocer una declaración conjunta en la que se contempla una estrecha cooperación para reducir las emisiones que, según los científicos, son necesarias en los próximos 10 años para no superar los 1.5°C.

El acuerdo exige normas “concretas y pragmáticas” para la descarbonización, la reducción de las emisiones de metano y la lucha contra la deforestación, dijo en Glasgow el enviado chino para el clima, Xie Zhenhua.

Ambos países reactivarán un grupo de trabajo que “se reunirá periódicamente para abordar la crisis climática y avanzar en el proceso multilateral, enfocándose en incrementar las acciones concretas en esta década”, indica la declaración conjunta.


Genevieve Maricle, directora de acción política del clima de Estados Unidos en WWF, comentó que las dos economías más grandes del mundo “tienen el poder de desbloquear vastos flujos financieros de los sectores público y privado que pueden acelerar la transición a una economía baja en carbono”.

Un acuerdo bilateral entre Estados Unidos y China en 2014 proporcionó un gran impulso para la creación del histórico Acuerdo de París al año siguiente, pero dicha cooperación se interrumpió con la administración de Trump, la cual retiró a Estados Unidos del pacto.

“Si bien no se trata de un elemento transformador como lo fue el acuerdo climático entre Estados Unidos y China de 2014, en muchos sentidos es un paso igual de importante considerando el estado geopolítico de la relación”, dijo Thom Woodroofe, experto en conversaciones climáticas entre Estados Unidos y China. “Significa que el intenso nivel de diálogo entre Estados Unidos y China sobre el clima ahora puede comenzar a traducirse en cooperación”.

El jefe de la política climática de la UE, Frans Timmermans, coincidió en que el pacto permite albergar esperanzas. “Demuestra… que Estados Unidos y China saben que este tema trasciende a otras cuestiones. Y, sin duda, nos ayuda a llegar a un acuerdo aquí en la COP26″, comentó Timmermans a Reuters.

El jefe de investigación del Consejo del Clima, el Dr. Simon Bradshaw, describió como “significativo” el hecho de hacer hincapié en la aceleración de las acciones en esta década.
Sin embargo, algunos expertos señalaron que la declaración carecía de compromisos que redujeran significativamente las emisiones de gases que atrapan el calor.

“Es una buena señal que los dos principales emisores del mundo puedan trabajar juntos para hacer frente a la más grande crisis de la humanidad, pero no tiene mucho contenido después del asunto del metano”, señaló Byford Tsang, analista político de China para el centro de estudios europeo E3G.

Bernice Lee, directora de investigación de Chatham House, afirmó que, aunque la cooperación entre Estados Unidos y China era positiva, “los detalles siguen siendo irregulares”.

“La declaración no es suficiente para cerrar el trato. La verdadera prueba de Washington y Beijing es lo mucho que presionen para lograr un acuerdo de 1.5°C aquí en Glasgow”.

Associated Press y Reuters contribuyeron a este artículo.

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