Ómicron: ¿año nuevo sombrío o principio del fin de la pandemia?
Una mujer escribe en el Muro Nacional Conmemorativo del Covid en el terraplén de Londres. Foto: Tolga Akmen/AFP/Getty Images

Una vez más, Gran Bretaña vive una época festiva afectada por las olas de contagios de Covid-19. El año pasado, la Navidad y el año nuevo se vieron arruinados por la aparición de la variante alfa. Esta vez, la variante ómicron es la que ha disparado el número de casos. Las cancelaciones navideñas se han extendido por los restaurantes, bares y discotecas de Gran Bretaña y dejan al país al borde de otro sombrío Año Nuevo, mientras el Servicio Nacional de Salud advierte una vez más que se está enfrentando a la amenaza de verse saturado por el incremento del número de pacientes gravemente enfermos.

Este panorama suscita el temor de que la situación refleje la naturaleza de las Navidades venideras. Es posible que las restricciones sociales y las amenazas de confinamiento se conviertan en nuestro escenario festivo habitual.

Es una perspectiva desalentadora, ¿pero es realista? ¿Tenemos justificación para establecer un paralelismo entre esta Navidad y la del año pasado? Estas son preguntas clave porque, al intentar responderlas, también podemos encontrar pistas sobre la posible trayectoria de toda la pandemia.
¿En qué medida se asemeja el brote de este año al del invierno pasado?

A primera vista, ambos años parecen sorprendentemente similares, ya que el número de casos aumentó vertiginosamente en tan solo unas semanas en Reino Unido. Sin embargo, las hospitalizaciones y muertes por Covid-19 siguen siendo muy bajas en lo que respecta a este año, y las últimas investigaciones sugieren que la nueva variante parece provocar menos casos de enfermedad grave que sus predecesores virales.

En general, los científicos consideran que estos resultados son una buena noticia, no obstante, también han aconsejado precaución. Las cifras diarias de casos de Covid-19 siguen aumentando –el viernes pasado alcanzaron la cifra récord de 122 mil casos– y se calcula que 1.7 millones de personas tuvieron Covid-19 en Reino Unido la semana pasada.

¿Se observan diferencias significativas en las edades de las personas afectadas por la variante ómicron?

Crucialmente, la mayoría de los casos nuevos aparecen en adultos jóvenes, lo que ha conducido a algunos investigadores a advertir que si la variante ómicron comienza a afectar a las personas mayores –más vulnerables– en mayor número, todavía podrían aumentar las hospitalizaciones. Por otro lado, un gran número de personas –en particular los ancianos– ya recibieron vacunas y refuerzos y habrán obtenido una protección considerable contra la variante ómicron. Aún falta observar cómo estos diferentes factores repercuten en las cifras. Por el momento, todavía se están recopilando datos y es demasiado pronto para estar seguros. Al mismo tiempo, aún es necesario tomar decisiones políticas para proteger la salud pública.

El profesor Mark Woolhouse, epidemiólogo de enfermedades infecciosas de la Universidad de Edimburgo, destaca el problema. “Es inevitable que se produzca un desfase entre los contagios y las hospitalizaciones”, comentó la semana pasada a la revista Nature. “Pero mientras tanto, es necesario tomar decisiones políticas, y eso no es sencillo”.

¿Es probable que el virus pierda su capacidad de causar enfermedades graves?

Muchos científicos creen que las pruebas ahora sugieren que esta noción puede ser correcta. Estudios recientes realizados en Escocia, Inglaterra y Sudáfrica indican esta posibilidad. “Mi intuición es que esta variante es el primer paso en un proceso por el cual el virus se adapta a la población humana para producir síntomas más benignos”, comenta el Dr. Julian Tang, profesor de Ciencias Respiratorias de la Universidad de Leicester. “En cierto sentido, es una ventaja para el virus el hecho de que afecte a las personas de manera que no se enfermen demasiado, porque entonces pueden pasear y mezclarse en la sociedad y propagar el virus aún más”.

Entonces, ¿el Covid-19 terminará comportándose como la gripa?

Algunas autoridades de salud han predicho que el Covid-19 podría terminar comportándose como la influenza, que requiere una nueva vacuna para combatir las nuevas cepas que aparecen cada año. Sin embargo, el profesor Martin Hibberd, de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, argumenta que los coronavirus –como los que ya causan los resfriados comunes– no se comportan de esta forma: “No aparecen como nuevas cepas cada año. La razón por la que nos resfriamos en invierno se debe a que nuestra inmunidad a los coronavirus no dura mucho tiempo. Y en este caso el virus parece ser más similar a los que causan los resfriados comunes. En otras palabras, es posible que aún tengamos que pensar en aplicar vacunas para protegernos contra el Covid-19 cada año, porque la inmunidad siempre va a fallar”.

Esto no significa que nos enfrentemos al “pesimismo” durante los próximos cinco años, añade Tang. “Creo que en poco tiempo el virus evolucionará por sí mismo fuera de la cepa pandémica y se volverá más leve, más transmisible, hasta el punto de que quizá solo sea necesario pensar en vacunar a los miembros más vulnerables de la población”.

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