Hasta la luna y más allá: lo que depara el 2022 para los viajes espaciales
Una ilustración del nuevo sistema de lanzamiento espacial de la NASA, que llevará de nuevo a los seres humanos a la Luna. Foto: NASA

Este año promete ser importante para la exploración espacial, puesto que varios programas importantes llegarán a la plataforma de lanzamiento en los próximos 12 meses. Estados Unidos regresará a la Luna con una serie de misiones destinadas a establecer una colonia lunar dentro de unos años. Se espera que China complete su estación espacial Tiangong, mientras que Europa y Rusia intentarán aterrizar naves espaciales en Marte, tras haber fracasado en todos sus intentos anteriores. India, Corea del Sur y Japón también tienen previsto enviar varias misiones al espacio.

Cohetes

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Una maqueta de la cápsula espacial Orión de la NASA, que transportará a cuatro astronautas en futuras misiones a la Luna, un asteroide o Marte. Foto: Bob Daemmrich/Alamy


El nuevo y poderoso sistema de lanzamiento espacial (SLS) de la NASA suscitará un gran interés. Se trata del cohete más potente que jamás haya diseñado y fue construido para llevar astronautas a la Luna y más allá, como parte del programa de exploración del espacio profundo Artemis de la agencia. Con estas misiones, la NASA pretende reabrir el sistema solar a la investigación por parte de los humanos -en lugar de sondas robóticas- y llevar periódicamente a astronautas a la superficie lunar.

El primer lanzamiento del programa está previsto para febrero, cuando un cohete SLS -de más de 90 metros de altura- transportará una cápsula Orión no tripulada en una trayectoria que entrará a una órbita altamente elíptica alrededor de la Luna. En su punto más cercano, la nave espacial se acercará a 62 millas de la superficie lunar antes de elevarse 40 mil millas por encima de ella, un trayecto que la llevará a una distancia más lejana de la Tierra de la que jamás haya recorrido alguna nave espacial construida para seres humanos.

Fundamentalmente, Orión -diseñada para transportar a entre cuatro y seis astronautas cuando se encuentre en pleno funcionamiento- estará equipada con un módulo de servicio europeo que proporcionará la energía de la cápsula y la propulsión para maniobrar en órbita. Esto le brindará a su fabricante -la Agencia Espacial Europea- la oportunidad de convertirse en un socio clave en futuras misiones de Artemis. Si la misión de febrero resulta exitosa, en 2024 se realizará un viaje con tripulación alrededor de la Luna, seguido de un aterrizaje lunar en 2025, un intervalo de 53 años desde que el Apolo 17, la última misión lunar con tripulación, aterrizó en el valle de Taurus-Littrow en diciembre de 1972.

Esta vez la tripulación incluirá al menos una mujer y la misión marcará el inicio de un programa encaminado a establecer una colonia lunar en la que los astronautas trabajarían en misiones que durarían varios meses y desarrollarían tecnologías que podrían ser utilizadas por futuras colonias en Marte. Un objetivo primordial para el primer puesto lunar es el cráter Shackleton, cerca del polo sur de la Luna, donde se cree que existen reservas de hielo. El agua no solo proporcionará un valioso sustento para los astronautas, sino que puede ser explotada como fuente de hidrógeno y oxígeno -por electrólisis- que se pueden combinar como combustible para cohetes.

La luna

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Aterrizadores construidos por empresas privadas con el apoyo de la NASA llevarán a la superficie lunar misiones científicas y tecnológicas. Foto: NASA

Como parte de sus preparativos para establecer una colonia lunar, la NASA también comenzará un programa masivo de misiones robóticas a través de la iniciativa de servicios comerciales de carga lunar (CLPS), de 2 mil 600 millones de dólares. Esta iniciativa consistirá en el envío de una flotilla de naves espaciales robóticas a la Luna, y las primeras misiones comenzarán este año.

Construidas por empresas privadas con el apoyo de la NASA, estas sondas intentarán cartografiar los depósitos de agua subterráneos, estudiar el interior profundo de la Luna y liberar robots rovers para investigar la superficie lunar. La empresa espacial Astrobotic, de reciente creación, enviará su módulo de aterrizaje Peregrine a Lacus Mortis -“el lago de la muerte”-, una llanura de roca basáltica situada en el noreste de la Luna. Llevará 11 cargas útiles de distintos instrumentos y estará seguida por otra empresa estadounidense, Intuitive Machines, que enviará una nave espacial con seis cargas útiles a Oceanus Procellarum, el Océano de las Tormentas.

Para los próximos tres años se han programado otras 12 misiones CLPS, aunque el director de ciencia de la NASA, Thomas Zurbuchen, advirtió que todos estos proyectos financiados con fondos privados corren un alto riesgo de fracasar. Tanto como la mitad podrían fallar, dijo recientemente.

Por si fuera poco, Rusia e India planean lanzar sus propios aterrizadores lunares el próximo año, mientras que Corea del Sur tiene programado colocar un satélite en la órbita lunar para estudiar su composición mineral.

Marte

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Un prototipo en funcionamiento del rover ExoMars en las instalaciones de Airbus Defense Space en Stevenage. Foto: Dan Kitwood/Getty Images

Este año, la búsqueda de vida extraterrestre dará un paso más con el lanzamiento de la misión conjunta europeo-rusa ExoMars, que llevará un robot rover a Oxia Planum, una llanura de barro de 125 millas de ancho en el hemisferio norte del planeta. El rover, llamado así en honor a Rosalind Franklin, química británica y pionera del ADN, estará equipado con un taladro capaz de sondear varios metros por debajo de la superficie marciana, donde se espera que sobrevivan formas de vida primitivas o, al menos, los restos de organismos extinguidos. El rover de 299 kg fue construido por Airbus Defence and Space, en las instalaciones que la empresa tiene en el Reino Unido, en Stevenage. El lanzamiento está programado para el 22 de septiembre y el aterrizaje está previsto para el 10 de junio de 2023.

Sin embargo, las esperanzas de éxito de la misión son moderadas, ya que ni Rusia ni Europa han tenido suerte en sus aterrizajes en Marte. Hasta ahora han fracasado diecinueve misiones rusas y soviéticas y dos intentos europeos de aterrizar en el planeta rojo, incluido el módulo de aterrizaje europeo Schiaparelli, que pretendía ser un ensayo para la actual misión ExoMars, pero que se estrelló en el planeta en 2016.

Asteroides

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El cohete Falcon 9 de SpaceX despega con la nave espacial de doble prueba de redirección de asteroides, o también conocida como Dart, a bordo en noviembre. Foto: Michael Peterson/AP

La misión más espectacular dirigida a los asteroides será la apuesta de la NASA para probar un sistema de defensa contra asteroides para la Tierra. Lanzada el año pasado, la nave espacial de doble prueba de redirección de asteroides (Dart) se estrellará contra la luna menor Dimorphos en septiembre. Lanzándose hacia su objetivo a 15 mil mph, la sonda de mil 340 libras -del tamaño de un carro pequeño- intentará cambiar la órbita de Dimorphos, un trozo de roca del tamaño de un estadio de fútbol, alrededor de su asteroide madre, Didymos.

Si la misión es exitosa, la NASA y otras agencias espaciales se verán alentadas a seguir desarrollando naves que puedan desviar el rumbo de un asteroide más grande que se dirija a la Tierra, y así evitar un impacto al estilo Armagedón, dicen los astrónomos. Si un asteroide del tamaño de Dimorphos se estrellara contra la Tierra, provocaría una explosión equivalente a 400-600 megatones de TNT. “Una ciudad como Manhattan quedaría completamente destruida”, explicó Elena Adams, ingeniera de sistemas de Dart, a la revista Science. “Se trata de la demostración de una técnica para salvar el planeta”.

La NASA tiene planeado realizar otras misiones a asteroides el próximo año, incluido el lanzamiento de la sonda Psyche. La nave, cuyo despegue está programado para agosto, visitará un asteroide llamado Psyche 16 que se considera es el núcleo sobrante de un planeta. Este enorme trozo de níquel y hierro es el residuo de una violenta colisión con otro objeto astronómico que arrancó las capas exteriores del planeta y dejó al descubierto sus entrañas metálicas. La investigación de Psyche 16 proporcionará a los científicos una oportunidad sin precedentes de examinar el núcleo de un planeta. También les brindará la oportunidad de explorar un nuevo tipo de mundo, uno que está compuesto de metal.

Vuelos espaciales tripulados

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Los taikonautas Zhai Zhigang y Wang Yaping realizando una actividad extravehicular (EVA) en el exterior del módulo central de la estación espacial Tianhe en noviembre. Foto: Xinhua/Rex/Shutterstock

Boeing intentará poner en órbita su cápsula para tripulaciones Starliner para que pueda comenzar a transportar astronautas hacia y desde la Estación Espacial Internacional (ISS). En 2019, un vuelo fracasó en su intento de llegar a la estación y el año pasado se canceló otro intento en el último minuto cuando las válvulas de combustible no se abrieron. Boeing ahora planea lanzar un Starliner sin tripulación a principios de 2022, seguido de un vuelo de prueba con astronautas más adelante en el año. Posteriormente se utilizará la cápsula -junto con la nave espacial Crew Dragon de SpaceX- en una rotación para transportar astronautas a la ISS.

Por su parte, China tiene previsto completar su estación espacial Tiangong -Palacio Celestial- tras el lanzamiento del primero de sus tres módulos principales, Tianhe, en abril. Este año se añadirán los módulos Mengtian y Wentian. China ha expresado que espera mantener su estación espacial -que es considerablemente más pequeña que la ISS- continuamente habitada por tres astronautas durante al menos una década. Una tarea clave para los tripulantes será darle mantenimiento al telescopio espacial Xuntian, que será lanzado en 2024 y que orbitará en formación con la estación Tiangong. Equipado con un espejo del mismo tamaño que el telescopio espacial Hubble, entre las tareas de Xuntian figurarán las investigaciones sobre la materia y la energía oscuras, así como la formación y la evolución de las galaxias.

Turismo espacial

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Richard Branson observando la curvatura de la Tierra desde el avión cohete de pasajeros VSS Unity de Virgin Galactic durante su vuelo al borde del espacio en julio. Foto: Virgin Galactic/Reuters

Blue Origin (fundada por Jeff Bezos) y Virgin Galactic (creada por Richard Branson) lograron lanzar vuelos suborbitales inaugurales el año pasado y ambas señalan que esperan iniciar misiones regulares en 2022, ofreciendo a grupos de turistas varios minutos de ingravidez antes de regresar a la Tierra.

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