‘La economía no puede permanecer abierta’: Los efectos de ómicron rebotan por todo EU
Una maestra interactúa con los estudiantes virtualmente desde un salón de clases vacío en Louisville, Kentucky, el 11 de enero. Foto: Jon Cherry/Getty Images

Las escuelas adoptan la modalidad virtual, las aerolíneas cancelan sus vuelos, las farmacias y los centros de pruebas cierran temporalmente, los estantes de los supermercados quedan vacíos debido a los retrasos en el transporte, las donaciones de sangre disminuyen a niveles críticos por primera vez en la historia y los hospitales del país se encuentran desbordados. Esto es Estados Unidos en las garras de la variante ómicron.

Aunque la variante ómicron puede causar síntomas más leves en algunas personas, sus efectos están rebotando por todo Estados Unidos y generando algunos de los mayores problemas derivados de la pandemia de Covid-19.

“Tenemos escasez de suministros, tenemos escasez de transporte, que son el resultado de que la gente no esté presente a causa del Covid-19, y especialmente de que ómicron sea tan contagioso. Y eso, obviamente, está limitando el personal, y la limitación del personal está creando algunos de los estragos que todos estamos experimentando”, dijo Ezekiel Emanuel, vicerrector de la Universidad de Pensilvania.

Joe Biden prometió mantener abiertas las empresas y las escuelas, sin embargo, algunos expertos se preguntan si eso es posible tomando en consideración la naturaleza de la variante ómicron y la falta de medidas adecuadas para combatirla.

La economía no puede permanecer abierta y las escuelas no pueden seguir abiertas cuando se están enfermando tantas personas“, señaló Margaret Thornton, investigadora de educación en la Facultad de Asuntos Públicos e Internacionales de Princeton. “Tenemos que tomar medidas para ralentizar la propagación con el objetivo de mantener las escuelas en funcionamiento, para mantener las empresas en funcionamiento”, dijo, pero la mayoría de esas medidas han sido lentas.

Para controlar la variante ómicron y los futuros brotes, las autoridades deben confiar en las tácticas comprobadas, desde las pruebas hasta los cubrebocas de alta calidad y una mejor ventilación, señalan algunos expertos en salud.

“Ahora contamos con herramientas como los cubrebocas N95, las vacunas, los tratamientos y los diagnósticos rápidos para ayudar a prevenir los contagios y reducir la gravedad de la enfermedad”, indicó Rick Bright, CEO del Instituto de Prevención de Pandemias de la Fundación Rockefeller y exfuncionario del Departamento de Salud de los Estados Unidos. “Sin embargo, tenemos que trabajar más para que sean asequibles y estén disponibles para todas las personas, con una clara guía sobre cuándo y cómo usarlos de forma más efectiva”.

Ante el aumento astronómico de los casos y las hospitalizaciones, los sistemas de salud se encuentran en una situación difícil. La variante ómicron llega después de la devastadora ola de la variante Delta registrada en otoño y de la escasez de personal y suministros existente, con pocas posibilidades de recuperación. Actualmente, el promedio de siete días de contagios en Estados Unidos supera los 750 mil casos, cifra muy superior a la que se registró durante el pico de la variante Delta.

“Se trata de una situación consecutiva”, señaló Jorge Moreno, profesor adjunto de medicina en la Facultad de Medicina de Yale. “Está afectando a todos los sectores de la atención médica”.

Los trabajadores del sector salud denunciaron en las redes sociales que les pedían que se ofrecieran como voluntarios para reabastecer los suministros y responder las llamadas telefónicas, o que se ofrecieran como voluntarios para las tareas de limpieza, el servicio de comidas y el transporte. Al parecer, a un médico residente le pidieron que trabajara como técnico de quirófano, un trabajo para el que nunca recibió formación y por el que no le pagaron.

Mientras tanto, el personal de enfermería de Nueva York está tan saturado que existen zonas en las instalaciones en las que no hay nadie asignado para supervisar a los pacientes.
En algunas partes del país, los hospitales permiten que el personal siga trabajando con los casos positivos sin aislarlos en absoluto. En Rhode Island, esta política provocó un brote entre los pacientes.

“Podemos tener una cama vacía, pero si no hay una enfermera que se encargue de ella o incluso un médico que se encargue, no es posible atender al paciente. Así que realmente nos encontramos en un problema”, comentó Moreno. “Ahora mismo estamos a punto de reventar”, y puesto que las hospitalizaciones están retrasadas por una o dos semanas con respecto a los casos, lo peor está aún por llegar, señaló.

Es probable que los hospitales de todo el país ya se encuentren más llenos de lo que sugieren las cifras oficiales. En Maryland, los hospitales están llenos en un 87%, según los informes oficiales, aunque en realidad su capacidad se acerca o supera el 100%, según un análisis.
También existen menos hospitales ahora que cuando comenzó la pandemia, particularmente en las zonas rurales. En 2020, 19 hospitales rurales cerraron, el número más alto en un año desde 2005, cuando se empezaron a recopilar los datos.

La variante ómicron también es responsable de la escasez de personal en los asilos. Esta situación provoca que los establecimientos limiten el número de admisiones de nuevos pacientes, y que se produzca un respaldo en los hospitales entre los pacientes que podrían pasar a un nivel de atención menos elevado.

Los centros de atención infantil también se enfrentan al aumento de casos y a la escasez de personal. Las guarderías ya se encontraban bajo presión, pues algunos centros perdieron hasta el 90% de sus trabajadores en diciembre. De acuerdo con Cindy Lehnhoff, directora de la Asociación Nacional de Centros de Cuidado Infantil, la escasez “catastrófica” afectó a cerca del 80% de los centros de todo el país, provocando cierres y largas listas de espera.

Las escuelas también se han esforzado por seguir siendo presenciales. “Es un caos. Es un completo caos”, señaló Thornton. En Filadelfia, por ejemplo, actualmente hay 98 escuelas que adoptaron la modalidad virtual, dijo. “Verdaderamente no hay suficientes adultos que estén lo suficientemente preparados para estar en el edificio”.

Los líderes “se equivocaron en su razonamiento” sobre mantener las escuelas abiertas, señaló. “Este gobierno dijo que prioriza las escuelas debido a la economía, para que los padres regresen al trabajo. Y creo que se trata de un enfoque realmente retrógrada. Tenemos que darles prioridad a las escuelas porque son importantes para los niños”.

En las escuelas, existen métodos comprobados para reducir la propagación de cualquier variante. Simplemente es necesario adoptar las medidas, dijo Thornton.

Entre estas medidas se encuentran las opciones remotas bien gestionadas para aquellos que las prefieran, con el objetivo de reducir el número de alumnos en las clases y reducir los riesgos de exposición. La realización de pruebas periódicas, en las que las familias elijan realizárselas en lugar de no hacerlo, supondría una gran diferencia, así como proporcionar orientación sobre qué hacer en caso de dar positivo. Asegurarse de que todos los estudiantes tengan cubrebocas de alta calidad también es esencial, explicó Thornton.

“Mantener las escuelas abiertas y la economía en funcionamiento resulta muy importante y supone un verdadero reto en vista de que gran parte de la sociedad se enfermará en las próximas semanas”, comentó Bright. “Creo que podemos hacerlo de forma segura. Sin embargo, tenemos que respetar los conocimientos científicos, utilizar las herramientas que tenemos a nuestra disposición y utilizar las herramientas que tenemos de forma adecuada”.

“La realidad es que el Covid-19 no va a desaparecer en un futuro próximo. Tenemos que pasar de la crisis al control”, dijo.

Tanto Bright como Emanuel expusieron las medidas que podría adoptar el gobierno para alcanzar sus objetivos, entre ellas la ampliación de las pruebas, las vacunas y los medicamentos, así como el restablecimiento de la confianza en el sistema de salud pública.

“Las próximas dos o tres semanas serán complicadas”, dijo Emanuel. Pero si es posible aplicar las medidas, el efecto sería enorme.

Y cualquier medida que se aplique en este momento ayudará a hacer frente a futuras olas, comentó Bright. “Creo que la siguiente variante ya está merodeando entre nosotros en este momento, lo que vuelve aún más crítico que nos adelantemos y la detengamos antes de que tenga la oportunidad de propagarse como lo hizo ómicron”.

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