El triste destino de una ballena jorobada enredada lleva a los investigadores a pedir que se tomen medidas contra las redes de pesca
Los investigadores observaron una ballena jorobada en la Antártida enredada en redes de pesca. Foto: Logan Pallin

La detección de un ejemplar joven de ballena jorobada en la Antártida, enredado en redes de pesca, provocó el reclamo de los conservacionistas para que se mejoren las protecciones existentes en los corredores migratorios.

El avistamiento del miércoles pasado, realizado por científicos a bordo del Crystal Endeavour, ocurrió en el puerto de Mikkelsen, en la isla Trinidad, en el lado occidental de la península antártica.

Los investigadores del Programa Antártico Colombiano, el candidato a doctorado Logan Pallin y la Dra. Natalia Botero-Acosta, se acercaron a la pequeña ballena para tomar una biopsia de piel que les permitiera determinar su origen genético, sexo, niveles de cortisol y dieta.
Pallin notó que a la ballena le faltaba la aleta dorsal y que arrastraba redes de pesca y varias boyas que se habían enredado alrededor de su aleta caudal -la cola-, causándole rozaduras y cortes en la piel.

Se desconoce la edad de la ballena, pero se calcula que tiene aproximadamente 18 meses. Debido a que probablemente se encuentra en su primera migración por sí sola, es probable que haya arrastrado el equipo a lo largo de miles de kilómetros por la costa sudamericana.
La última vez que se le vio fue mientras nadaba con dificultad y se considera poco probable que sobreviva.

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La ballena jorobada enredada en las redes de pesca no tiene aleta dorsal. Foto: Logan Pallin.

Puesto que actualmente se está recuperando el número de ballenas jorobadas después de haber sido diezmadas debido a la caza de ballenas, y a que el cambio climático afecta la disponibilidad de alimentos, los animales se desplazan con mayor frecuencia por zonas con mayores niveles de actividad humana.

Simon Miller, experto en pesca de la Sociedad Australiana de Conservación Marina, comentó que resultaba difícil determinar el tipo de red que se había enredado en la ballena y si se trataba de una red activa o de una “red fantasma” que hubiera sido abandonada, rota o cortada.

“Si se enredan en una red como en el caso de este joven, efectivamente están arrastrando un ancla detrás de ellos, lo que augura un final prematuro a menos que sean liberadas”, dijo Miller.

Aunque es posible cortar las redes de pesca, el proceso requiere material especializado y equipos capacitados, ya que la maniobra es peligrosa tanto para las personas que realizan el trabajo como para la ballena. Estos equipos no suelen estar disponibles en el Antártico.

Se envió un informe sobre el enredo a los demás navíos de la zona para vigilar a la ballena, sin embargo, el profesor Ari Friedlaender, del departamento de ciencias del mar de la Universidad de California en Santa Cruz, indicó que era necesario tomar más medidas para evitar que se repitiera la situación en el futuro.

“Mi esperanza es que cuanto más salga a la luz este tipo de situaciones, se puedan tomar más medidas para evitar que estas interacciones ocurran”, dijo. “Porque nadie quiere ver a las ballenas lastimadas de esta manera, tampoco nadie quiere ver que los pescadores vean arrastrado su medio de vida”.

Friedlaender comentó que se pueden reducir los enredos mediante la modificación de los equipos de pesca para hacerlos menos propensos a quedar atrapados, enredados y arrastrados, y proporcionando más información a los pescadores para que puedan cronometrar mejor su actividad.

Miller señaló que el incidente demuestra el “enorme alcance que la pesca puede tener en las especies amenazadas“.

“El enredo de las ballenas se puede evitar en cierta medida si no se colocan equipos de pesca de alto riesgo, como las nasas para langostas que tienen largas cuerdas en el extremo o las redes de enmalle, en las zonas por las que se sabe que migran y se congregan las ballenas jorobadas”, dijo Miller.

“Como los patrones de migración de las ballenas jorobadas y sus tiempos son regulares, los pescadores deberían saber dónde y cuándo no deben colocar sus redes”.

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