Guía visual del mortífero ataque estadounidense contra el líder del Estado Islámico en Siria

Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi se convirtió en el líder del Estado Islámico en 2019 después de la muerte consecutiva de Abu Bakr al-Baghdadi y del sucesor designado por Baghdadi, Abu Hassan al-Muhajjir.

La operación estadounidense para intentar matarlo había estado en etapa de planificación desde principios de diciembre, cuando los funcionarios se convencieron de que Qurayshi vivía en un anodino edificio de tres pisos en las afueras de Atme, en la provincia siria de Idlib, cerca de la frontera con Turquía.

Según su arrendador, él y su familia llevaban 11 meses viviendo en la casa. Qurayshi dijo que era de Alepo y portaba una identificación siria. Se mudó con sus tres hijos, su esposa y otra mujer que, según dijo, era su hermana.

La operación era complicada porque Qurayshi rara vez salía de su residencia en el tercer piso del edificio, recurriendo en cambio a una red de mensajeros para relacionarse con otras personas. La única excepción de la que se tenía conocimiento era que en ocasiones salía a la azotea del edificio para bañarse, indicaron las autoridades.

Funcionarios del gobierno estadounidense indicaron que el presidente Biden aprobó la operación la mañana del martes en el Despacho Oval. Las fuerzas especiales estadounidenses volaron desde Erbil, en Irak, y llegaron aproximadamente a las 3 de la madrugada, hora local (1 de la madrugada GMT).

Un hombre que hablaba en árabe con acento iraquí a través de un altavoz les dijo a los ocupantes de la casa que tenían 15 minutos para rendirse. La gente huyó del primer piso del edificio, y poco después, según Estados Unidos, Qurayshi detonó explosivos en su casa, provocando una explosión tan grande que los cuerpos salieron disparados.

Después de la explosión, las fuerzas especiales irrumpieron en el edificio, donde abrieron fuego contra el principal lugarteniente de Qurayshi y su esposa, que habían formado una barricada en su casa en el segundo piso. Ambos murieron, pero rescataron a cuatro niños.

Los testigos comentaron que las tropas estadounidenses estuvieron sobre el terreno durante más de dos horas, un periodo de tiempo muy largo para una operación de fuerzas especiales.

Un total de 13 personas yacían muertas en el momento en que se retiraron los estadounidenses. Se desconoce el número de personas que murieron por el fuego directo de Estados Unidos y el número de personas que murieron durante la supuesta explosión dentro de la casa. Las salpicaduras de sangre cerca de un gran charco de sangre coagulada parecían corroborar la afirmación de que se había detonado una potente explosión cerca de una persona.

Biden comentó posteriormente que se ordenó una redada en lugar de un ataque aéreo para minimizar el número de víctimas civiles. También aseguró que el elevado número de muertos se debió a la explosión que se produjo dentro de la casa, y no a un ataque estadounidense.

Sin embargo, se produjo una importante discrepancia entre el informe inicial del Pentágono, según el cual ocho niños fueron evacuados de forma segura y dos murieron a causa de la explosión provocada por Qurayshi, y los relatos de los servicios de emergencia que acudieron al lugar de los hechos, que afirman haber encontrado seis niños y cuatro mujeres muertos.

3. Tercer piso
La residencia de Qurayshi. Estados Unidos dice que Qurayshi detonó una bomba que lo mató a él mismo y a otros cuando llegaron las fuerzas estadounidenses.
2. Segundo piso
La casa de un lugarteniente de Qurayshi que formó una barricada en su interior durante la redada. Estados Unidos dice que él y su esposa intentaron disparar a las fuerzas estadounidenses, pero que también fueron asesinados.
1. Primer piso
Hogar de otras familias que, según Estados Unidos, fueron evacuadas y llevadas a un lugar seguro.
Gráfica de The Guardian

“Algunos de los cadáveres de la zona no parecen haber muerto por la explosión. Tienen el aspecto de haber sido alcanzados por disparos de gran calibre“, señaló Charles Lister, director del programa sobre Siria del Instituto de Medio Oriente en Washington.

Un helicóptero utilizado para transportar a las fuerzas al lugar de los hechos experimentó algún tipo de falla, en circunstancias que todavía se desconocen. Fue destruido por un jet estadounidense que volaba la zona y los restos de la nave permanecen cerca de la casa.

Todas las tropas regresaron sanas y salvas a Erbil. Posteriormente circularon fotos de la cara de un hombre muerto que se parecía bastante a una fotografía de Qurayshi. Los peritos forenses estadounidenses tomaron muestras de ADN de su cuerpo para cotejarlas con las que ya tenían y el presidente Biden confirmó más tarde la identificación.

Horas después del atentado todavía era incierta la versión exacta de los hechos. Como suele ocurrir en los complejos ataques que se llevan a cabo en la oscuridad, es posible que transcurra algún tiempo antes de que se aclare quién fue asesinado y por quién.