Arrestos en Ottawa mientras los camioneros canadienses bloquean el principal puente hacia Estados Unidos
Camiones bloqueando el puente Ambassador en Detroit el lunes. Foto: Daniel Mears/AP

El tránsito quedó bloqueado en el cruce de frontera más concurrido de América del Norte, ya que los camioneros canadienses y otras personas enojadas por los mandatos de vacunación extendieron su protesta más allá de Ottawa.

A última hora del lunes, los camiones comenzaron a bloquear el puente Ambassador, que une las ciudades de Detroit y Windsor, cerrando el tránsito en ambas direcciones. El martes, la entrada a Canadá permaneció bloqueada mientras el tránsito hacia Estados Unidos se volvió lento. Cada día, 8 mil camiones cruzan habitualmente el puente, por el que pasa alrededor del 27% del comercio entre Canadá y Estados Unidos. Los manifestantes también tomaron como objetivo otro importante cruce de frontera en Coutts, Alberta.

La capital canadiense permaneció bloqueada por cientos de vehículos de la “caravana de la libertad” mientras los organizadores de la protesta pedían una reunión con todos los líderes políticos federales -excepto el primer ministro, Justin Trudeau- para encontrar una “solución pacífica” para la crisis.

El martes, la policía de Ottawa informó que se habían realizado 23 detenciones relacionadas con las “manifestaciones ilícitas”.

El subjefe de la policía de Ottawa, Steve Bell, indicó a los periodistas que la policía inmovilizó numerosos vehículos pesados que participaban en el bloqueo.

Señaló que alrededor de una cuarta parte de los 418 camiones de protesta que se encontraban en el centro de la ciudad llevaban niños, y que la policía estaba preocupada por su bienestar en relación con el frío, el ruido, los riesgos del monóxido de carbono y el acceso a los servicios higiénicos.

El lunes, Trudeau repitió sus llamados a poner fin a la protesta, diciendo: “Hay individuos que están intentando bloquear nuestra economía, nuestra democracia y la vida cotidiana de nuestros compatriotas. Tiene que parar”.

Dirigiéndose a la Cámara de los Comunes, el primer ministro reconoció que “esta pandemia ha sido terrible para todos los canadienses” y que “todo el mundo está cansado de tener que usar cubrebocas y tener que seguir las restricciones de salud“, sin embargo, señaló que Canadá tenía uno de los índices de vacunación más altos del mundo e imploró a sus compatriotas que siguieran escuchando a la ciencia.

“Aquellos que le gritan a los demás porque usan cubrebocas no definen lo que significa ser la mayoría de los canadienses”, dijo.

Solo alrededor del 15% de los camioneros del país no están vacunados y las medidas de salud pública han recibido un amplio apoyo. No obstante, la protesta de la caravana ha atraído un amplio apoyo por parte de grupos antigubernamentales y marginales.

El ministro federal de Seguridad Pública, Marco Mendicino, dijo que tras días de perturbación y hostigamiento, incluyendo los ruidosos y persistentes cláxones, los residentes de Ottawa se sienten como rehenes en sus propios hogares. “Aunque todo el mundo cree en el derecho a la libertad de expresión, esta caravana cruzó la línea de la conducta aceptable hacia sus conciudadanos canadienses en muchas, muchas ocasiones”, dijo Mendicino.

Asimismo, instó a la unidad de los partidos en la aplicación de la ley. Varios miembros destacados de los conservadores de la oposición expresaron su apoyo a la protesta.

“No debería haber diferencias entre los partidos políticos con respecto a la forma de afrontar esta situación. Sería un terrible precedente decir que si uno se presenta en la capital de la nación con equipo pesado y bloquea la capital puede forzar un cambio imprudente en nuestra política pública”, señaló Mendicino.

El martes, un miembro del propio partido de Trudeau comentó que los manifestantes tenían “preocupaciones legítimas” y que el gobierno se equivocó en su gestión de las mismas. “Me temo que esta politización de la pandemia corre el riesgo de socavar la confianza de los ciudadanos en nuestras instituciones de salud pública”, dijo el diputado liberal Joel Lightbound.

El ministro federal de Preparación para Emergencias, Bill Blair -que es el exjefe del servicio de policía de Toronto- indicó que los líderes federales, provinciales y municipales estaban trabajando de forma conjunta para coordinar una respuesta. “Ya es hora de poner fin a esta protesta“, expresó.

El lunes, un juez del tribunal de Ontario aprobó un mandato solicitado por los residentes locales para poner fin al ruido de los cláxones durante 10 días. Sin embargo, después de la sentencia se escucharon los fuertes cláxones, incluidos los de los tráileres estacionados justo en frente del parlamento.

Tom Marazzo, vocero en funciones de la caravana, manifestó el lunes que los manifestantes querían regresar a casa, pero que no se irían hasta que se “termine el trabajo”.

La motivación inicial de la caravana fue el anuncio del año pasado de que los camioneros que cruzaran la frontera entre Estados Unidos y Canadá tendrían que estar completamente vacunados contra el Covid-19. No obstante, las exigencias de los manifestantes han aumentado hasta llegar a poner fin a todos los mandatos de vacunación, e incluso al derrocamiento del gobierno de Trudeau.

“Pido disculpas si estoy criticando al tipo [Trudeau], pero honestamente, desde mi perspectiva, tiene una mente de calibre 22 en un mundo de calibre 357”, dijo Marazzo, desarrollador de software y exmiembro del ejército canadiense.

“Pónganos a dialogar con alguien que realmente se preocupe por Canadá”, expresó.

El mensaje de los manifestantes de Ottawa se ha extendido por todo el país y por Estados Unidos, donde se espera que surjan caravanas similares. A finales de la semana pasada, la policía de Ottawa señaló que el financiamiento colectivo para la caravana canadiense acumuló un apoyo considerable procedente de individuos y grupos estadounidenses.

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