Once desconocidos me vieron escribir este artículo. ¿Acaso esta es la respuesta a nuestra crisis de productividad?
'Sentarse con otro ser humano y compartir esos objetivos crea tanto responsabilidad como urgencia'. Ilustración: Carmen Casado/The Guardian

Lo primero que hice cuando me senté a escribir este artículo fue conversar con Ben. Ben es un treintañero estadounidense blanco, educado y pulcro, con la sombra de las cinco de la tarde, y está sentado contra una pared azul lisa. Lo único que cuelga en su estudio es un marco blanco con la palabra “less” en minúsculas, lo que me hace pensar que es un diseñador gráfico. Pero lo único que en realidad sé de Ben es que se distrae con demasiada facilidad, y yo también.

Me asignaron aleatoriamente para trabajar con Ben en una página web que uso todos los días llamada Focusmate, la cual emplea un sentido de responsabilidad para ayudarte a concentrarte.

La página de inicio se parece al calendario de Google: programas una sesión de 50 minutos y la página te empareja con otra persona que quiera trabajar en ese intervalo de tiempo (la mayoría de las veces es aleatorio, aunque los nuevos usuarios son emparejados con otros más experimentados). Cuando llega la hora, tú y tu compañero se conectan por videollamada. Se explican mutuamente, de forma cortés y breve, en qué piensan emplear ese tiempo y, a continuación, se ponen a trabajar.

Cuando llegó la pandemia y muchos de nosotros comenzamos a trabajar desde casa, experimenté lo que me gusta llamar la desviación a la cocina. Te sientas a escribir seis correos electrónicos, pero a la mitad del primero te das cuenta de que estás preparando una taza de café, y entonces, en realidad, tu cuarto está desordenado, así que por qué no guardar un poco de ropa, pero también es el lugar donde se está cargando tu teléfono, y entonces por qué no darte el gusto de ver un video de YouTube o cinco, después de todo, nadie está viendo. Oh, mira, es la hora de comer.

Este tipo de procrastinación no significó que terminara trabajando menos, sino que el trabajo que me tomaría unas horas en la oficina se prolongaba hasta mis tardes y mis primeras horas de la mañana, consumiendo mi tiempo social. Sé que no soy el único: tras monitorear los cambios en la actividad web de su enorme base de usuarios durante la pandemia, NordVPN publicó un estudio que reveló que la jornada laboral del estadounidense promedio se alargó tres horas cuando comenzó a trabajar desde casa.

En el pasado intenté otras cosas para reducir las distracciones, como instalar bloqueadores en mi Chrome para evitar que entrara a páginas web no relacionadas con el trabajo, o la popular “técnica Pomodoro”, en la que uno trabaja durante 25 minutos y después se toma un descanso de cinco (mis descansos podían durar horas).

Once desconocidos me vieron escribir este artículo. ¿Acaso esta es la respuesta a nuestra crisis de productividad? - home-office
Ilustración: Carmen Casado/The Guardian

Descubrir Focusmate me salvó. En primer lugar, te hace pensar en lo que puedes hacer de forma sensata en 50 minutos, la duración de una sesión. Te obliga a organizar tu día y a priorizar tu objetivo. Sentarse con otro ser humano y compartir esos objetivos crea responsabilidad y urgencia.

La página fue creada por Taylor Jacobson. En 2015 se le ocurrió la idea: un amigo estaba a punto de realizar una gran presentación, pero era un terrible procrastinador y le preocupaba no terminar sus preparativos a tiempo. Decidieron quedarse en una llamada de Skype, contándose lo que estaban haciendo y dejando la ventana abierta para asegurarse de que lo estaban haciendo. De repente, ambos sintieron que se encontraban en un estado de flujo productivo y de concentración que no habían logrado alcanzar anteriormente.

Le quería preguntar a Jacobson sobre cómo pasó de esa idea a crear un negocio, pero cuando presenté mi solicitud de entrevista me sugirió que, en lugar de una llamada telefónica, nos enviáramos notas de voz por WhatsApp. “Puede ser una buena forma de conseguir una alta fiabilidad y mantener un diálogo, sin necesidad de programar”. ¿Quién soy yo para discutir con la persona que ya triplicó mi productividad? Grabo mi primer mensaje para él.

En su respuesta, Jacobson dice que casi desde que realizó la llamada proto-Focusmate por Skype, pensó que “millones de personas necesitan esto”

Habla con orgullo sobre lo que describe como los objetivos filosóficos del proyecto. Comenta que tuvo “un drástico cambio de paradigma de vulnerabilidad” y que comenzó a pensar: “¿Qué pasaría si dejáramos de intentar resolver todo por nuestra cuenta y simplemente nos preguntáramos: qué es lo que realmente necesitamos para ser exitosos?”

Explica que se inspiró en gran medida en la psicología del tribalismo, la corregulación del sistema nervioso, conceptos que recientemente se popularizaron gracias al libro de Bessel van der Kolk de 2014 The Body Keeps the Score, un libro sobre el trauma que rara vez sale de la lista de los más vendidos de Amazon.

“Nuestros estilos de vida crean un estrés constante de una forma que no estamos diseñados para manejarlo”, explica Jacobson. “Nuestro sistema nervioso está diseñado para afrontar un peligro físico inminente y ayudarnos a sobrevivir. Hay un tigre, así que tengo que correr o luchar por mi vida, por ejemplo”.

Señala que en nuestra vida diaria experimentamos factores de estrés que nuestro sistema nervioso no puede distinguir de aquellas situaciones de vida o muerte. “Así que, social y físicamente, reprimimos toda la energía de lucha/huida que constantemente es estimulada en nuestro sistema nervioso. Una baja capacidad de atención básicamente es un síntoma de estrés. Cuando nos sentimos seguros nos podemos concentrar, y los humanos están diseñados para experimentar la seguridad a través de la conexión con los demás, a través de la tribu”.

Cuando comienza mi sesión, desplazo a mi compañero a la esquina de la pantalla y me concentro en lo que tengo que hacer, siempre consciente de que al final intercambiaremos notas sobre nuestros avances. Aquellos que se quedaron rezagados en la escuela, pero que lograron salir adelante en el examen final, conocerán la sensación de trabajar con un supervisor, todo se acelera al sentir la presión del tiempo.

Desde el comienzo de la pandemia he reservado más de 180 de estas sesiones, aunque muchos usuarios con los que coincido han realizado miles de ellas. Si respetas la sesión y estableces un objetivo claro, creo que puedes lograr más en tres bloques de 50 minutos que en un día entero sin utilizarla.

Lo que la gente intenta lograr, y lo que cree que puede hacer en ese tiempo, varía enormemente. Algunos solo intentan leer textos académicos sin distracciones: “¡Llegué al final del artículo!” es un comentario común y jubiloso al final de una sesión. No todo el mundo lo utiliza para trabajar: en las sesiones matutinas hay personas que escriben “páginas matutinas” en forma de flujo de conciencia, o incluso simplemente leen el periódico. Vi que algunas personas simplemente la utilizaban para ordenar su cuarto.

De vez en cuando, al final de la sesión, hablamos un poco más sobre lo que trabajamos. Una joven de Filadelfia me cuenta que nunca habría terminado su licenciatura en psicología sin las cientos de sesiones de Focusmate. Una profesora de Oregón comenta que cambió su forma de calificar los trabajos y que le permitió delimitar mejor su trabajo y su vida.

El hecho de conectarte con una persona en una videollamada te proporciona algunos de esos sentimientos de tribu; impide que te sientas como un pequeño átomo solo en la mesa de tu cocina. “Cuando mezclas algo de estructura, algo de responsabilidad y el elemento humano, pasamos a un estado óptimo y de concentración“, señala Jacobson.

Puede que todo esto parezca psicología profunda para una aplicación que básicamente te pone en una videollamada de Zoom con un extraño, pero Jacobson dista mucho de ser el único al que le preocupa que nuestra falta de concentración ahora sea un problema principal de la sociedad.

Existe una gran preocupación respecto a que la tecnología nos ha robado la capacidad de entrar en cualquier tipo de estado de flujo, y esto se ve agravado por la desintegración que existe entre nuestra vida personal y laboral. Libros recientes como Four Thousand Weeks de Oliver Burkeman (titulado así por la cantidad de tiempo que la mayoría de nosotros tenemos en la tierra), How to Do Nothing de Jenny Odell y Stolen Focus de Johann Hari: Why You Can’t Pay Attention, de Johann Hari, forman parte de una literatura cada vez más amplia que sugiere que la incapacidad de utilizar el tiempo de forma significativa es uno de los problemas principales a los que se enfrenta el mundo actual.

Jacobson comenta que el año pasado se realizaron casi un millón de sesiones de Focusmate, y su objetivo es que algún día la plataforma alcance los 100 millones de usuarios. La gente me pregunta con frecuencia si hay tipos raros en la página web -Chatroulette, una página web un tanto utópica que fue lanzada a finales de los años 00 y que te permite hablar con una persona elegida de forma aleatoria en cualquier parte del mundo, rápidamente se convirtió en poco más que un lugar de encuentro para masturbadores– sin embargo, nunca me han emparejado con alguien que no usara el servicio de forma genuina. Jacobson explica que las altas restricciones de acceso (tienes que crear un perfil y explicar por qué te quieres unir) significan que en la historia de la aplicación solo ha habido un pequeño número de quejas aisladas, todas ellas atendidas por su equipo.

Un problema más grave es que parece que su poder inicial puede decaer con el paso del tiempo. A veces, en la cuarta sesión del día, ya no tomo con tanta seriedad el compromiso que hice con mi compañero de trabajo y termino distrayéndome. En esos momentos entro en modo nuclear y comparto mi pantalla con mi Focusmate -el sitio ofrece esta función- anulando mi derecho a la privacidad y creando una capa extra de responsabilidad. Esto es increíblemente efectivo, aunque asegúrate de que The Guardian no se entere de esto, ya que estoy seguro de que esta acción viola su política de privacidad de 12 maneras diferentes.

Aproximadamente 11 sesiones de Focusmate después, estoy terminando de trabajar en este artículo, termino con Hilla, en la costa oeste de Estados Unidos, que está realizando algunos cambios en un curso en línea. Al final, me pregunta de qué trata mi artículo, y le miento y le digo que es sobre los exámenes parciales de Estados Unidos. ¿Hablar con tu Focusmate sobre tu artículo de Focusmate? Tengo que marcar el límite en alguna parte.

Síguenos en

Google News
Flipboard