¿Cómo puedo dejar de procrastinar?
‘Intenta tener hábitos que te impidan huir, y si vas a hacerlo, al menos hazlo para divertirte de verdad’. Pintura: Una dama escribiendo, de Johannes Vermeer. Foto: Archivart/Alamy

Estoy estudiando la preparatoria y siempre me encuentro dejando las tareas (especialmente las importantes) para el último minuto al procrastinar mucho y, como resultado, no saco excelentes calificaciones.

¿Qué puedo hacer para asegurarme de terminar mi trabajo antes y motivarme para hacerlo en lugar de procrastinar?

Eleanor contesta: Muchas personas que procrastinan piensan que simplemente están fallando, cuando en realidad tienen una condición de salud mental tratable. Vale la pena que consultes a un profesional sobre tu experiencia.

Si estás experimentando el tipo usual de procrastinación, puedo contarte lo que a mí me ha ayudado. Soy una procrastinadora a nivel olímpico. Desarmaré la tostadora, le sacaré brillo a sus partes y la volveré a armar antes de abrir mis correos electrónicos del día. Leeré las notas a pie de página en una página de Wikipedia sobre los tornillos que usan en los Boeing. He conocido listados que no creerían.

Esto es lo que sé.

Procrastinamos porque intentamos evitar la forma en que el trabajo nos hace sentir. No es porque seamos flojos. Si tus padres o tus profesores actúan como si fueras una persona floja, puedes actuar como si estuvieran equivocados. Lo hacemos porque trabajar nos hace sentir mal, profundamente. Determinar exactamente qué grado de “mal” te hace sentir tu trabajo servirá de ayuda, pero la estructura básica es que estamos huyendo de un sentimiento al huir del trabajo.

Las cosas a las que recurrimos tienen un patrón que vale la pena aprender. Si puedes detectarlo, como las rayas de una serpiente venenosa, podrás evitar los errores que algunos de tus amigos cometerán durante años. El patrón es el siguiente: recurrimos a las cosas que nos prometen un sentimiento mientras que, de hecho, lo socavan. En la procrastinación, el sentimiento es la diversión. (En el caso de la bebida, puede ser la libertad; en el del juego, la despreocupación).

Queremos diversión en lugar de trabajo, y el hecho de procrastinar nos la ofrece. Pero el truco es que nunca tenemos un día de pinta divertido, al estilo de Ferris Bueller. Simplemente hacemos un sinfín de cosas que no son del trabajo dentro de un rango razonable del largo del cable de la computadora. Entonces, cuando salimos a la superficie de la dicha del autodescanso, descubrimos que nos queda muy poco tiempo para trabajar o divertirnos.

Procrastinar te hace perder el tiempo; te roba las horas que necesitas para hacer lo que realmente te resulta divertido.

Preguntaste qué puedes hacer al respecto. Existen demasiados recursos y sistemas maravillosos que no puedo describir aquí en su totalidad, pero aquí hay dos ideas básicas.

La primera es el hábito. Empieza con lo más pequeño que puedas. No te enfrentes directamente a propósitos grandes como “Haré toda mi tarea todos los días”. Simplemente prométete algo pequeño para empezar: Haré una cosa de la tarea a primera hora cuando llegue a casa. Solo una. Practica el sentirte feliz contigo mismo por haber cumplido ese hábito. A un entrenador de natación que conocí una vez le gustaba decir: eres más rápida que la gente que no viene.

La segunda idea básica es la calma. Cuando el trabajo va mal, y a veces así será, practica cómo reaccionar a ello con naturalidad. Por ejemplo, si sacas una mala calificación, pospones algo importante. Suele ocurrir.

Evitamos las cosas cuando nos parecen intolerables, así que si tus errores te parecen intolerables, los evitarás, lo que significa que evitarás solucionarlos. Eso puede resultar complicado. Conozco a alguien que se mudó de país para evitar una tarea postergada. Pero cuanto más puedas tolerar, menos evitarás. Así que practica tolerar el hecho de haber procrastinado. Di “lo admitiré y lo volveré a intentar”. Esto puede implicar resistir la maldad o el pánico de un adulto. No hay problema. Puedes decirles que es más útil señalar lo que todavía se puede solucionar que insistir en lo que no se puede cambiar. Y puedes decirles que dije que pregunten si alguna vez se retrasaron en el pago de los impuestos.

Intenta no castigarte por el impulso de huir de las cosas que te hacen sentir mal. Estás diseñado para sentirlo: te mantiene a salvo. Pero intenta tener hábitos que te permitan evitar huir, y si vas a huir, al menos hazlo hacia la diversión real.

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