Canadá extiende los poderes de emergencia tras poner fin a los bloqueos de los camioneros

Los legisladores canadienses votaron a favor de ampliar los poderes de emergencia del gobierno federal, otorgando al primer ministro, Justin Trudeau, poderosas herramientas para impedir nuevos bloqueos por parte de las personas que se oponen a las restricciones por Covid-19.

A pesar de la oposición de los rivales conservadores y de los recursos legales contra la decisión por parte de grupos de derechos civiles, los expertos prevén que la decisión supondrá un daño poco duradero para Trudeau.

Los legisladores de la Cámara de los Comunes del país votaron en la noche del lunes con 185 votos a favor y 151 en contra para ratificar los poderes.

Trudeau, dijo anteriormente que los poderes todavía eran necesarios a pesar de que la policía puso fin a la ocupación de la capital del país por parte de los camioneros durante el fin de semana.

Trudeau señaló que algunos camioneros que se encontraban en las afueras de Ottawa podrían estar planeando nuevos bloqueos u ocupaciones. Su ministro de Seguridad Pública indicó que durante el fin de semana se produjo un intento de bloqueo de un cruce de frontera en la Columbia Británica.

La Ley de Emergencias permite que las autoridades declaren ciertas áreas como zonas de riesgo. También permite que la policía congele las cuentas bancarias personales y corporativas de los camioneros y obligue a las empresas de grúas a remolcar los vehículos.

La protesta de los camioneros creció hasta cerrar un par de cruces de frontera entre Canadá y Estados Unidos y cerrar partes clave de la capital durante más de tres semanas. Sin embargo, ya terminaron todos los bloqueos fronterizos y las calles alrededor del parlamento canadiense se encuentran en calma.

La mayoría de los manifestantes de Ottawa que juraron nunca rendirse ya se retiraron del lugar, ahuyentados por la policía armada con equipo antidisturbios en lo que fue una de las operaciones policiales más grandes de la historia del país.

Aunque los camiones abandonaron la capital canadiense, muchos se reagruparon en terrenos privados, todos ellos a una hora de distancia de Ottawa. La policía señaló que está “vigilando” estos lugares por temor a que pudieran ser un punto de encuentro para nuevas protestas.

“La situación sigue siendo delicada, el estado de emergencia sigue vigente”, dijo Trudeau antes de la votación.

El martes se le negó la libertad bajo fianza a Tamara Lich, la principal recaudadora de fondos del movimiento, que fue detenida en la noche del jueves. Se alegó el riesgo de que Lich reincidiera en sus actos, el hecho de que siguiera aconsejando a otras personas que permanecieran en las calles en señal de protesta y el “grave” carácter de sus daños. Lich fue acusada de ofrecer asesoría para cometer daños.

Pat King, una voz influyente en la protesta, también estuvo en el tribunal el martes para conocer si le concederían la libertad bajo fianza. King, que fue detenido el viernes mientras realizaba una transmisión en vivo, se enfrenta a cuatro cargos, entre los que figuran los de daños, asesoría para incumplir una orden judicial y asesoría para obstruir a la policía.

El delito de daños, un cargo muy amplio en la legislación canadiense, podría llevar a los líderes de la protesta a enfrentarse a varios años de cárcel en caso de ser declarados culpables.

El opositor Nuevo Partido Democrático apoyo la medida, garantizando que Trudeau contara con los votos suficientes. El líder del NDP, Jagmeet Singh, indicó que hay manifestantes aguardando en los alrededores de Ottawa y en la misma capital.

“Esto es un ataque contra nuestra democracia. Se trata de un grupo de personas que claramente están conectadas con la extrema derecha. Los organizadores evidentemente tienen el objetivo de socavar la democracia. Eso es algo que no podemos permitir que continúe”, dijo.

A pesar de ser el primer primer ministro que invoca la Ley de Emergencias desde su creación en 1988, los expertos señalan que Trudeau cuenta con un gran apoyo público.

“La mayoría de las personas están de acuerdo con esto, porque la mayoría de las personas consideran que una capital ocupada y la interrupción del comercio son amenazas para el país”, explicó Lori Turnbull, directora de la Facultad de Administración Pública de la Universidad Dalhousie. Comenta que probablemente muchas personas quedaron sorprendidas de que las lagunas de las leyes existentes fueran insuficientes, lo cual permitió que los manifestantes tomaran el control de las calles frente a la sede del gobierno.

“El Gobierno no debería tener que apretar el botón de pánico para poder proteger el Parlamento”.

Turnbull señala que, además de los poderes para evitar nuevos bloqueos en la frontera, la Ley de Emergencias otorga a los funcionarios la capacidad de comprender mejor el financiamiento detrás de la operación.

“Solo somos la punta del iceberg y entendemos el apoyo financiero que fluyó en este asunto, tanto dentro como fuera de Canadá. Sin la Ley de Emergencias, no iban a ser capaces de llegar a la parte financiera”.

Millones de dólares fluyeron rápidamente hacia las recaudaciones de fondos en línea, que fueron cerradas. Aparte de una importante cantidad de dinero procedente de Estados Unidos, también recibieron donaciones de criptomonedas para la protesta.

La Real Policía Montada de Canadá indicó que las personas a las que se les congelaron sus cuentas bancarias eran “personas influyentes en la protesta ilegal en Ottawa, y propietarios y/o conductores de vehículos que no querían abandonar la zona”, refutando las afirmaciones difundidas por los legisladores conservadores de que a los ciudadanos que donaron cantidades nominales se les congelaron sus cuentas.

Las protestas, que en un principio tenían como objetivo la obligación de vacunación contra el Covid-19 para los camioneros transfronterizos, se convirtieron rápidamente en un escenario de enojo por las restricciones en materia de salud pública, la difusión de desinformación en Canadá y el enojo populista y derechista acumulado.

La autodenominada Caravana de la Libertad perturbó la reputación de la civilidad de Canadá, inspiró caravanas en Francia, Nueva Zelanda y Holanda, e interrumpió el comercio, causando daños económicos para ambos lados de la frontera. Cientos de camiones terminaron ocupando las calles aledañas al Parlamento, en un despliegue que en parte fue una protesta y en parte un carnaval.

Durante casi una semana, el cruce de frontera más concurrido entre Estados Unidos y Canadá, el puente Ambassador entre Windsor, Ontario, y Detroit, estuvo bloqueado. Por este cruce transita más del 25% del comercio entre los dos países.

Las protestas fueron aplaudidas en Estados Unidos por personalidades de Fox News y conservadores, entre ellos el expresidente Donald Trump. Millones de dólares en donaciones fluyeron a través de la frontera en beneficio de los manifestantes.

“Una avalancha de información errónea y desinformación arrasó con Canadá, incluso desde fuentes extranjeras”, dijo Trudeau.

A pesar de que la mayoría de los canadienses desaprueban el bloqueo, varios conservadores destacados, incluidos aquellos que compiten por el liderazgo del partido, se pronunciaron a favor de los manifestantes.

“Este episodio realmente evidencia las facciones y las tensiones dentro del movimiento conservador”, señaló Turnbull. “Existen dudas sobre si los conservadores que manifiestan su apoyo a la caravana lo hacen porque creen que es lo correcto, o lo hacen porque piensan que pueden obtener un voto haciéndolo“.

A medida que el país conoce más detalles sobre los fallos de los servicios de inteligencia, las decisiones policiales y el financiamiento externo que permitieron que los manifestantes tomaran el control de la capital del país durante semanas, Turnbull cree que podría haber costos políticos para los miembros del partido que apoyaron las protestas o realizaron donaciones para las mismas. “Esto está muy lejos de terminar”, dijo.