Biden nomina a Ketanji Brown Jackson para ser la primera jueza afroamericana en la Corte Suprema de EU
Ketanji Brown Jackson en la Casa Blanca mientras Joe Biden anunciaba su nominación al tribunal supremo. Foto: Drew Angerer/Getty Images

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, nominó el viernes a la jueza Ketanji Brown Jackson para el tribunal supremo, buscando ascender a una mujer afroamericana al más alto tribunal de la nación por primera vez en sus 232 años de historia.

Jackson, de 51 años, fue nominada para suceder al juez Stephen Breyer, de 83 años, de quien fue secretaria. Breyer, el jurista más veterano del ala liberal del tribunal, se retirará al final de la actual sesión del tribunal este verano.

“La jueza Jackson es una candidata excepcionalmente calificada, así como una candidata histórica, y el Senado debería continuar con una audiencia y confirmación justas y oportunas”, dijo la Casa Blanca en un comunicado.

Jackson, ampliamente considerada como la favorita para el nombramiento, forma parte del poderoso tribunal de apelaciones de Estados Unidos para el circuito de Washington DC, tras obtener la aprobación bipartidista durante su confirmación en el Senado el año pasado, cuando Biden la ascendió desde el tribunal federal de distrito en el Distrito de Columbia.

Nacida en la capital del país y criada en Miami, Jackson fue secretaria de Breyer durante el período 1999-2000 del tribunal supremo. Se graduó de la Universidad de Harvard y de la Facultad de Derecho de Harvard.

A lo largo de su amplia carrera jurídica, Jackson ha trabajado como defensora pública, experiencia que la distingue de la mayoría de los jueces que ocupan la magistratura federal. Anteriormente ejerció como vicepresidenta de la Comisión de Sentencias de Estados Unidos, donde se enfocó en la reducción de las desigualdades en las sentencias como parte del trabajo de la agencia que establece las guías de sentencias en casos penales federales.

En su comunicado, la Casa Blanca señaló que Biden buscaba un candidato “sabio, pragmático y con un profundo conocimiento de la Constitución como carta de libertad imperecedera”.

Añadió: “El presidente buscó a una persona comprometida con la justicia equitativa bajo la ley y que comprenda el profundo impacto que las decisiones del tribunal supremo tienen en la vida del pueblo estadounidense”.

La nominación de Jackson cumple una promesa de campaña que Biden le hizo a sus partidarios cuando sus posibilidades de ganar la nominación presidencial demócrata parecían escasas.

Sin embargo, su confirmación no afectaría la composición ideológica de la corte, controlada por una super mayoría conservadora de seis jueces, entre ellos tres nombrados por Donald Trump, pero sí asegura un asiento liberal en el tribunal que probablemente durará décadas.

La oportunidad de nombrar a un juez para el tribunal supremo es un punto positivo para el presidente, cuyos índices de aprobación han caído a mínimos históricos mientras se enfrenta a innumerables crisis en el país y en el extranjero. También se trata de su oportunidad más importante para moldear la magistratura federal, que sigue siendo abrumadoramente blanca y masculina. En su primer año, Biden nombró a un número récord de jueces de distrito y de apelación de diversos orígenes raciales, étnicos, geográficos y jurídicos.

Cuando Breyer anunció su jubilación en enero, Biden prometió nominar a un jurista con “extraordinarias cualificaciones, carácter, experiencia e integridad”. Y, añadió, “esa persona será la primera mujer afroamericana nominada al tribunal supremo de Estados Unidos”.

Exhortado por el congresista Jim Clyburn, de Carolina del Sur, antes de las elecciones primarias de su estado, Biden realizó la promesa durante un debate, hace exactamente dos años. Días después, con el respaldo de Clyburn, los votantes negros llevaron a Biden a una rotunda victoria en las elecciones primarias de Carolina del Sur, la cual originó una serie de éxitos que finalmente le permitieron obtener la nominación y posteriormente la Casa Blanca.

Esta promesa dividió a los senadores republicanos, ya que algunos de ellos argumentaron que la raza o el género no deberían influir en el proceso de selección, a pesar de los compromisos similares de los presidentes republicanos Ronald Reagan y Trump.

Los líderes demócratas del Capitolio expresaron su intención de avanzar rápidamente en el proceso de confirmación.

El líder del Senado, Chuck Schumer, dijo: “La histórica nominación de la jueza Jackson constituye un paso importante para garantizar que el tribunal supremo refleje a la nación en su totalidad. Como primera mujer negra en el tribunal supremo en los 232 años de historia del tribunal, inspirará a innumerables generaciones futuras de jóvenes estadounidenses”.

Schumer añadió: “Con sus excepcionales cualificaciones y su historial de imparcialidad, la jueza Ketanji Brown Jackson será una jueza que defenderá la Constitución y protegerá los derechos de todos los estadounidenses, incluidos aquellos que no tienen voz y son vulnerables”.

Jackson superó con éxito el proceso de confirmación del Senado en tres ocasiones, obteniendo el apoyo de ambos partidos en cada una de ellas. Pero nada se compara con el brillo de una audiencia de nominación al tribunal supremo. Su nominación ya es objeto de oposición por parte de los republicanos.

El senador de Carolina del Sur, Lindsey Graham, uno de los tres republicanos que votaron a favor de confirmarla para el tribunal considerado como el segundo más alto del país en 2021, comentó que su nominación sugería que la “izquierda radical volvió a conquistar al presidente Biden”.

El senador había expresado su preferencia por J Michelle Childs, una jueza de distrito estadounidense en su estado natal de Carolina del Sur.

A diferencia de lo que ocurre con la mayoría de las leyes importantes, los demócratas pueden confirmar a Jackson con sus 50 votos para que Harris rompa el empate.

De ser confirmada, Jackson se convertiría en la sexta mujer que forma parte del tribunal y solo el tercer juez afroamericano, siendo los otros dos jueces hombres. Se trata de Clarence Thomas, que fue nombrado en 1991 y sigue ejerciendo, y Thurgood Marshall, el primer juez afroamericano del tribunal supremo.

Se tratará de la primera audiencia de confirmación del tribunal supremo para un presidente demócrata desde que Elena Kagan fue nominada por Barack Obama hace 12 años. Los republicanos se negaron a realizar una audiencia para el candidato de Obama, Merrick Garland, lo cual envenenó aún más lo que se ha convertido en un asunto de tierra arrasada.

En el tribunal de apelación, Jackson desempeñó el puesto que ocupó Garland, después de que este se convirtió en fiscal general.

Sin embargo, ya existen los primeros indicios de que esta confirmación puede ser diferente, ya que los republicanos sopesan la agresividad con la que deben enfrentarse a la candidata de Biden, especialmente cuando no afectará al equilibrio del tribunal.

Con su agenda estancada y la poca popularidad del presidente, los demócratas esperan que la nominación revitalice a su base mientras se preparan para una respuesta política negativa en las elecciones de mitad de período de este año.

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