En una serie de llamadas telefónicas desde una Kiev sitiada, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, persuadió a Occidente para que acepte un conjunto de sanciones contra Rusia que hasta hace una semana eran inconcebibles.

Al percibir la respuesta de la opinión pública europea respecto a la valentía de su pueblo, Zelenskiy ha llamado constantemente a los líderes occidentales, y ha usado su Twitter para persuadir, animar, reprender y elogiar a sus aliados. En el proceso, las sanciones consideradas impensables hasta hace una semana se han convertido en un punto de referencia moral. El ritmo con el que Occidente ha aceptado las nuevas sanciones también ha dejado a los abogados, funcionarios y banqueros boquiabiertos, según admiten los funcionarios, ya que trabajan bajo una gran presión para convertir los titulares en realidad.

La oficina de un dirigente señaló: “Nos sentimos asombrados por él. Quizás al final no pueda salvar a Ucrania, o cambiar a Rusia, pero está cambiando a Europa”.

Por ejemplo, la diplomacia del sábado. Zelenskiy dijo que inició otra jornada en el frente diplomático con una llamada telefónica al presidente de Francia, Emmanuel Macron, seguida a medida que avanzaba el día por llamadas a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al primer ministro italiano, Mario Draghi, al presidente de Suiza, Ignazio Cassis, al primer ministro de la India, Narendra Modi, el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, el primer ministro holandés, Mark Rutte, el secretario general de la ONU, António Guterres, el canciller alemán, Olaf Scholz, el Papa, el primer ministro checo, Petr Fiala, el presidente polaco, Andrzej Duda, y por último una charla virtual con el primer ministro británico.

El día anterior, el número de llamadas fue similar, todas ellas enfocadas a solicitar armas y sanciones más estrictas. Resulta difícil entender la manera en que Zelenskiy se las ingenia para realizar estas llamadas, reunir el frente interno, dirigir su ejército y dormir. Una persona que lo ha escuchado en acción comenta: “Es muy directo, muy apasionado y muy práctico”. Sin embargo, las llamadas han producido recompensas de oro para Zelenskiy y han ayudado a cambiar el rumbo.

El ritmo de los cambios sociales aumenta rápidamente durante la mayoría de las guerras, pero el hecho de observar cómo Alemania, en el lapso de una semana, dio un giro de 180 grados y respaldó la venta de armas a Ucrania, se comprometió a aumentar el gasto en defensa hasta el 2% del PIB y accedió a excluir a Rusia del SWIFT no solo constituye un conjunto de cambios políticos extraordinarios, sino que marca un punto de inflexión en la mentalidad existente después de la Segunda Guerra Mundial. Del mismo modo, el primer ministro italiano, Mario Draghi, al hacer hincapié a principios de la semana en la necesidad de encontrar soluciones a largo plazo para desvincular a Italia del gas ruso, se dio cuenta de que la anterior oposición política a la aplicación de medidas inmediatas más estrictas había desaparecido.

Su oficina rechaza los informes que indican que él se opuso firmemente a la exclusión de Rusia del SWIFT, alegando que la cuestión no se había planteado con seriedad en las reuniones de los líderes del G7 celebradas la semana pasada. Sin embargo, admiten que Zelenskiy, por su ingenio, y Rusia, por su arrogancia, cedieron la iniciativa a países como el Reino Unido, Canadá y Francia para que convencieran a los demás a aceptar la posibilidad de excluir a Rusia de los sistemas de pago del SWIFT. En la noche del sábado todavía se estaba determinando la identidad de los bancos rusos susceptibles de ser excluidos, aunque es probable que Gazbank, fundamental para las transacciones energéticas, quede excluido.

Zelenskiy y Johnson aplauden la medida de excluir a los bancos rusos del SWIFT, video

Sin embargo, quizás la medida más devastadora que se está considerando no procede directamente de la incesante presión de Zelensky. Algunos líderes europeos creen que la congelación completamente inesperada de los activos del banco central ruso, la institución financiera rusa más importante, será lo que demuestre el desmoronamiento de la economía de Putin. Un funcionario europeo señaló: “Ya estaba preparado, pero va a significar la caída del rublo el lunes, que no van a contener”.

Otro funcionario admitió que las posibilidades a largo plazo de que el ejército ucraniano pueda resistir frente a las fuerzas rusas, enormemente superiores, son limitadas. El verdadero objetivo es hacer que el precio para Putin sea económica y políticamente tan alto que se vea obligado a darse cuenta de que no puede ganar bajo sus propios términos.

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