Las técnicas para perder peso pueden reducir a la mitad el consumo de carne, revela un ensayo de Oxford
Los participantes del ensayo querían reducir la cantidad de carne que comían, ya fuera por motivos de salud y ambientales o por cuestiones de derechos de los animales. Foto: Andy Rain/EPA

Un ensayo reveló que el hecho de establecer objetivos diarios de reducción de consumo de carne y de escribir un diario en línea ayudó a los consumidores frecuentes de carne a reducir su consumo a la mitad en poco más de nueve semanas.

El ensayo, realizado por investigadores del programa Livestock, Environment and People (LEAP) de la Universidad de Oxford, también descubrió que la rutina resultó muy popular entre los participantes, que consideraron que los ayudó a cambiar su dieta.

Muchas personas desean reducir su consumo de carne, ya sea por razones de salud, ambientales o de bienestar animal. Los investigadores de LEAP se preguntaron si recurrir a los principios psicológicos empleados por las aplicaciones para perder peso, como Noom, podía ayudar a reforzar la determinación de los participantes.

Desarrollaron una plataforma en línea llamada Optimise meat tracker (que significa programa en línea para controlar el consumo de carne de las personas a través de la autorregulación). Los usuarios acceden y eligen una estrategia de reducción de consumo de carne de una lista en la que trabajaran ese día, por ejemplo “probar una nueva receta vegetariana” o “no comer carne procesada”. La mañana siguiente registran si la cumplieron e indican la cantidad de pescado, carne blanca, carne roja y carne procesada que consumieron. Cada semana reciben información sobre sus resultados.

El enfoque está basado en la teoría de la autorregulación: el concepto de que las personas controlan y contextualizan su propio comportamiento, reflexionan sobre él en relación con sus objetivos e intentan modificarlo como respuesta a los comentarios que reciben.

“Sabemos que la gente suele subestimar la cantidad de carne que come así como las repercusiones de su consumo en la salud y el medio ambiente; también sabemos que nuestros hábitos de consumo de carne están fuertemente arraigados. Este proceso de autorregulación pretende aprovechar todo eso“, explicó la Dra. Cristina Stewart, de la Universidad de Oxford, que dirigió la investigación.

Para comprobar la teoría, los investigadores reclutaron a 151 adultos británicos que comían carne al menos cinco veces a la semana pero que deseaban reducir su consumo. Los participantes realizaron un seguimiento de su consumo diario de carne durante una semana de referencia y recibieron información sobre el impacto en su salud y en el medio ambiente. Seguidamente, a la mitad de ellos se les indicó que utilizaran la aplicación durante cuatro semanas, seguidas de un segundo mes en el que se les pidió que siguieran intentando reducir su consumo de carne por su cuenta.

El otro grupo no recibió ninguna otra indicación sobre cómo reducir su consumo de carne, aunque todos completaron otros diarios de alimentación durante las semanas cinco y nueve.

Ambos grupos redujeron considerablemente su consumo de carne. El grupo de intervención redujo su consumo diario de 221 g al día (el equivalente a dos hamburguesas de tamaño promedio o a tres o cuatro salchichas) a 96 g después del primer mes (una disminución del 57%), y a 107 g después del segundo mes (una disminución del 52%).

Stewart comentó: “Hubo estrategias realmente reducidas y manejables, que nos mostraron que reducir el consumo de carne no tiene por qué ser algo realmente abrumador ni ocurrir de la noche a la mañana: las pequeñas reducciones se acumulan”.

Sorprendentemente, el grupo de control también redujo su consumo diario de 231 g a 122 g después de dos meses, una reducción del 47%. “Parece que el requisito de que realizaran un seguimiento de su consumo de carne durante las semanas de referencia y de seguimiento, combinado con la información que les dimos al principio del estudio, funcionó como una intervención en sí misma”, dijo Stewart, cuyos resultados fueron publicados en el European Journal of Nutrition.

“Muchos participantes mencionaron en sus comentarios que el aspecto del autocontrol les abrió los ojos y les hizo darse cuenta de que comían mucha más carne de lo que creían, y que esto les resultó especialmente motivador”.

Actualmente, el equipo de Stewart terminó un segundo estudio en el que participaron consumidores de carne de todos los niveles, y que arrojó resultados similares. La página web de Optimise está disponible para su uso, y los investigadores de LEAP están analizando su futuro desarrollo.

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