¿Demasiado real, demasiado pronto? El problema con los dramas de televisión sobre crímenes reales
En memoria de… Mollie Winnard en Four Lives. Foto: Ben Blackall/BBC/ITV Studios

Cuatro meses después de que el asesino de su hijo fue condenado a cadena perpetua, Sarah Sak recibió un correo electrónico de la BBC. La gerente de instalaciones, de 55 años, no se alarmó en absoluto al enterarse de que la cadena quería crear un drama sobre las víctimas del llamado “asesino de Grindr“, Stephen Port, que asesinó a su hijo y a otras tres personas después de conocerlos en aplicaciones de citas para homosexuales. “Simplemente pensé que sería algo muy bueno para darlo a conocer al público“, comenta Sak, explicando que esperaba crear conciencia sobre los peligros de las citas en línea. En enero, BBC One emitió Four Lives, ocho años después del asesinato del hijo de Sak, Anthony Walgate, y seis años después de la condena de Port.

A Sak nunca le preocupó que fuera “demasiado pronto” para dramatizar los acontecimientos que rodearon la muerte de su hijo. Para ella, Four Lives era una forma de honrar la memoria de Anthony y sacar a la luz la incapacidad de la policía para investigar su asesinato (en diciembre de 2021, una investigación determinó que los “fallos fundamentales” de la policía contribuyeron a la muerte de las tres últimas víctimas de Port). En última instancia, la miniserie de tres episodios fue catártica para Sak, que lloró al verla por primera y segunda vez.

Four Lives es uno de los muchos dramas televisivos sobre acontecimientos notablemente recientes. En febrero, Netflix estrenó Inventing Anna, una serie de nueve episodios sobre la detención en 2017 de la estafadora Anna Sorokin.

Actualmente, Sky transmite Joe vs Carole, sobre el maltratador de animales Joe Exotic, que fue condenado en 2019 por contratar sicarios para intentar asesinar a su rival, Carole Baskin. Estas series no son anómalas. El drama de Hulu The Dropout cuenta la historia de la fundadora de una empresa emergente médica, Elizabeth Holmes, y la emitió apenas dos meses después de que Holmes fuera condenada por defraudar a los inversionistas, y seis meses antes de su sentencia.

Los crímenes contemporáneos no son los únicos que se apoderan de la televisión. Ya se han transmitido múltiples dramas sobre la pandemia, desde Social Distance, de Netflix, en octubre de 2020, hasta Help, de Channel 4, en septiembre de 2021. En otoño, podremos disfrutar de This Sceptred Isle, de Sky, protagonizada por Kenneth Branagh, sobre la respuesta del gobierno en el inicio de la crisis de Covid-19.

En conjunto, estos programas plantean una serie de preguntas. ¿Por qué exactamente estamos viendo tantos acontecimientos recientes dramatizados? ¿Nos debería preocupar que la televisión se esté volviendo descuidada con el concepto de “demasiado pronto”?

“Ahora sucede algo, y cuando antes podían pasar tres o cuatro años antes de que alguien sugiriera dramatizarlo, ahora pueden pasar tres o cuatro semanas“, dice el guionista y productor Neil McKay, que creó Four Lives y está realizando un drama sobre Jimmy Savile protagonizado por Steve Coogan para la cadena BBC. McKay comenta que, personalmente, él no escribiría sobre algo que ocurrió hace apenas unas semanas, pero cree que las dramatizaciones de crímenes reales pueden ser liberadoras para las víctimas y sus familias, siempre y cuando sean consultadas durante la producción.

“Si tienes un hijo o un pariente que es asesinado, una de las cosas horribles que ocurre de inmediato es que pierdes tu privacidad”, comenta McKay. Cree que la prensa suele ser invasiva, mientras que él se enorgullece de escuchar a las personas que se encuentran en el centro de un incidente. “Se necesitan dos o tres años para escuchar la música de la experiencia de la persona con la que hablas”, dice. Le leyó el guion de Four Lives a Sak en la mesa de su cocina en Hull, la invitó a ella y a los demás familiares de las víctimas a visitar el set de rodaje y les mostró la serie antes de su emisión. “Lo fundamental es cómo tratas a las personas”, señala.

Una de las ventajas de dramatizar un suceso reciente es que puede resultar más fácil encontrar a los familiares de las víctimas. En 2006, McKay escribió See No Evil: The Moors Murders, una dramatización de los cinco asesinatos de niños perpetrados por Ian Brady y Myra Hindley en la década de 1960. “Encontrar a las personas y localizarlas es mucho más difícil”, dice McKay, aunque los familiares de la víctima de 12 años, John Kilbride, terminaron actuando como extras en la serie. Por otro lado, puede ser más fácil desde el punto de vista legal hacer una serie sobre un acontecimiento histórico. Aunque Four Lives comenzó a ser producida en 2019, se retrasó su estreno para que la serie no perjudicara la investigación del jurado sobre los errores de la policía.

Los métodos de McKay pueden ser tranquilizadores, pero no todas las familias se sienten tan contentas con el trato que reciben. En 2016, ITV transmitió The Secret, que trata sobre un dentista norirlandés que asesinó a su esposa en 1991. La hija de la pareja escribió en The Guardian que el programa “(explotó) una tragedia para el entretenimiento” y “(la) catapultó a un nuevo mundo de traumas”. Cuando le enviaron un correo electrónico, los productores escribieron mal el nombre de su madre. “Cuando el interés de los medios de comunicación va más allá de informar sobre los acontecimientos y va en contra de los deseos de los familiares, los efectos pueden ser tan devastadores como el propio asesinato“, escribió.

Las dramatizaciones no solo afectan a las víctimas; también existe el riesgo de que glorifiquen a los criminales. Antes de su juicio, Port escribió en una carta que el actor de Los Vengadores Chris Evans podría interpretarlo en una película, mientras que Exotic estaba “absolutamente emocionado” cuando se emitió la primera docuserie de Netflix sobre él en el año 2020. Muchas series modernas evitan glorificar a los criminales centrándose en los periodistas y detectives que descubrieron los crímenes, en lugar de los propios crímenes.

Esto refleja el apetito de la audiencia, puesto que han adaptado varias series a partir de podcasts populares, libros y series, Joe vs Caroles está basada en el podcast Wondery’s Over My Dead Body, mientras que Inventing Anna se inspiró en un artículo que se volvió viral de la revista New York publicado en 2018. Fred Black, director de investigación de la empresa de análisis de medios Ampere Analysis, considera que estamos viendo muchas dramatizaciones de acontecimientos recientes porque los gigantes del streaming pueden “garantizar el interés de la audiencia”.

“En una era de saturación de contenidos, lo reconocible es un elemento clave”, comenta Black. Sin embargo, ¿cuánto de esto es realmente nuevo? John Caughie, afiliado a estudios televisivos en la Universidad de Glasgow y autor de Television Drama: Realism, Modernism, and British Culture, señala que los dramas de los años 70 y 80 solían reflejar “las condiciones sociales contemporáneas” en lugar de acontecimientos concretos. Caughie comenta que estos programas actuaban como “críticas al estado de la nación”. En 1978, por ejemplo, la cadena BBC emitió la obra televisiva The Spongers un año después del jubileo de plata de la reina. La película mostraba a una madre soltera que luchaba por obtener prestaciones, “eliminando cualquier ambigüedad al filmar el título inicial The Spongers contrastándolo con un retrato de la reina y el duque de Edimburgo”.

Cinco años después, en 1983, la BBC encargó The Falklands Play justo un año después del final de la guerra. Aunque estaba previsto que fuera emitida en 1986, fue archivada por temor a que su postura a favor de Thatcher comprometiera las próximas elecciones generales. El entonces director de la BBC, Michael Grade, también criticó el “tono ultranacionalista” del drama. Falta por ver cómo responderá el público a This Sceptred Isle, aunque el próximo drama de McKay sobre Savile, The Reckoning, ya provocó una respuesta negativa, con la BBC acusada de hipocresía debido a su relación de décadas con el presentador depredador. El director de la BBC, Piers Wenger, defendió el programa diciendo: “Ha pasado una década desde la muerte de Jimmy Savile. El próximo año se cumplirá una década desde que sus conductas salieron por primera vez a la luz pública… Nuestra principal intención con el drama es darles voz a las víctimas y contar sus historias con sensibilidad”.

Finalmente, The Falklands Play fue emitida por la BBC Four en 2002, en el 20º aniversario de la guerra. Para Caughie, la obra “ilustra el problema de la dramatización de los acontecimientos (recientes), porque no sabemos lo que significan hasta mucho tiempo después”.

Sin embargo, algunos sostienen que el drama ayuda a crear conciencia sobre los problemas actuales. En 2002, ITV emitió un drama sobre los crímenes de Harold Shipman, solo dos años después de que fuera declarado culpable de asesinar a 15 pacientes que estaban a su cargo. Michael Eaton, guionista de Harold Shipman: Doctor Death, comenta que quiso cubrir la historia después de escuchar que la gente afirmaba que Shipman solo “ayudaba a los pacientes moribundos en su camino”. Habló con algunos de los familiares de las víctimas mientras realizaba el programa, y les mostró una primera proyección junto a los agentes de policía que investigaron el crimen. “Definitivamente, algunas personas ahí pensaron que era demasiado pronto, pero yo me pregunté: si no es ahora, ¿cuándo?” dijo Eaton. “Era necesario abordar las mentiras existentes en torno a la historia“.

Para Eaton, el drama es superior al documental cuando se trata de “la exploración de dimensiones más personales” (aunque argumenta que los guionistas pueden crear personajes ficticios compuestos para abordar los temas en lugar de enfocarse en personas reales). Para McKay, “los documentales son brillantes… pero no pueden introducirte del todo en la experiencia”. La pregunta sobre cuándo algo es “demasiado pronto” la responden primero las víctimas y sus familias, y después, en última instancia, el público.

Sak escribió un libro, A Life Stolen: The Tragic True Story of My Son’s Murder, porque cree que ningún drama de tres horas puede incluir la totalidad de la historia de su familia. Aun así, “creo que Neil hizo un trabajo absolutamente fantástico”, comenta; ella cree que Anthony, también, habría estado contento con Four Lives. “Porque su mundo giraba en torno a él, obviamente. Era un joven estudiante homosexual en Londres y todo el mundo giraba en torno a Anthony, según él”, explica Sak. “Creo que estaría muy contento. Diría: ‘¡Sí, todos siguen hablando de mí!‘”.

Síguenos en

Google News
Flipboard