El jurado del caso de difamación entre Johnny Depp y Amber Heard escucha sobre el ‘abuso mutuo’
Amber Heard sentada en la sala mientras su exasistente personal Kate James testifica por video en Fairfax, Virginia, el jueves. Foto: Shawn Thew/AP

El caso de difamación entre Johnny Depp y Amber Heard profundizó en el fondo de una relación frecuentemente tóxica y violenta el jueves, cuando los jurados escucharon a la consejera matrimonial de la pareja, a la exasistente personal de Heard y al especialista en adicciones de Depp.

La Dra. Laurel Anderson, que fue contratada por Depp y Heard como consejera para hablar de su relación, describió el “abuso mutuo” entre ambos. Dijo que, en más de una ocasión, Heard inició incidentes para evitar que Depp se fuera, derivados de su miedo al abandono, según comentó Anderson. También dijo que había visto fotos de Heard con moretones.

“Era una cuestión de orgullo para Heard, si sentía que le faltaban el respeto, el iniciar una pelea”, explicó Anderson. “Si él iba a dejarla para aminorar una pelea, ella lo golpeaba para mantenerlo ahí. Ella prefería estar en una pelea para mantenerlo ahí”.

Mientras tanto, Kate James, exasistente personal de Amber Heard, testificó que Heard “se sintió con derecho a escupirme en la cara” cuando James le pidió un aumento de sueldo. Sostuvo que Heard tomaba medicamentos estimulantes recetados, que en ocasiones parecía estar intoxicada y que tenía una “relación de desquite” con su hermana, Whitney Heard.

Heard, explicó, a menudo mostraba “episodios maníacos… similares a los de alguien que toma algún tipo de fármaco anfetamínico. Moviéndose rápidamente, sin mucho sentido. Hiperorganizada”. James dijo que Heard también se volvía “agresiva y abusiva“, le gritaba por teléfono y le enviaba mensajes de texto abusivos a cualquier hora del día. “Todo incoherente. Solo era alguien contra quien agredir”.

James también testificó que Heard habló con ella sobre el consumo de hongos psicodélicos, éxtasis y cocaína, y que en ocasiones se presentaba bajo la influencia de drogas ilegales. “Desorientada, de fiesta con los amigos, bebiendo mucho, bailando, riendo, jugando… todo el tipo de cosas que van de la mano de las drogas“, señaló James.

Después de una llamada a la policía tras una discusión el 21 de mayo de 2016 en su casa en el centro de Los Ángeles, añadió James, recibió una “llamada de emergencia” para que se reuniera con su jefe en el hotel Chateau Marmont.

Encontró a Heard con cuatro amigas que, según comentó, se habían pasado el día bebiendo junto a la alberca, testificó James. “Me pareció un poco conspirativo, algo así como una reunión de estrategia. Ella lo hizo parecer como una emergencia, pero parecía una fiesta en la alberca”.

James, en una declaración por video, añadió además que Heard le dijo que no disfrutaba salir con los amigos de su esposo porque eran “aburridos y todos viejos tocando la guitarra y que no era interesante para ella“.

James tampoco se esforzó por disimular su admiración hacia Depp, a quien describió como “pacífico, tranquilo, tímido y casi callado… es todo un caballero, todo un caballero sureño“.

A cuatro días del juicio, el testimonio de James marca una escalada en el intento legal de Depp, que hasta el momento ha consistido en retratar a Heard como una maquinadora que inventó acusaciones de abuso contra ella, y que después intentó ligarlas al movimiento #MeToo en un artículo de opinión del periódico Washington Post que constituye la base del actual caso de difamación.

Gran parte del testimonio de la exasistente ante el tribunal de Fairfax, Virginia, fue presentado previamente en los Reales Tribunales de Justicia de Londres el año pasado, cuando James testificó que Heard se había apropiado de su historia de “superviviente de violencia sexual” durante la fallida demanda por difamación de Depp contra el editor del periódico The Sun, después de que este lo calificara como “golpeador de esposas”.

En ese caso, James dijo que Heard se había apropiado de la propia experiencia de James, de haber sido violado de forma violenta a punta de machete en Brasil. “Lo tergiversó en su propia historia y la utilizó para su propio uso“, señaló.

Los esfuerzos del equipo jurídico de Depp por desprestigiar a Heard y minar su credibilidad también le han salido caros al actor. En mensajes de texto mostrados al tribunal un día antes, el actor se refirió a ella como un “cadáver en descomposición”.

Ese patrón continuó el jueves, con un testimonio que parecía mostrar que Depp en ese momento culpaba a su relación con su esposa de su dependencia de las drogas.

El doctor David Kipper, especialista en adicciones de Depp, testificó que planeó desintoxicar al actor hace varios años de sus dependencias al alcohol, los opioides, las benzodiacepinas y la cocaína durante dos semanas en la isla de Depp en las Bahamas.

“Le preocupaba que nunca pudiera sentirse normal sin sus drogas“, dijo Kipper.

En agosto de 2014, Kipper visitó a Depp en la isla para iniciar el proceso. El actor informó que se sentía incómodo y que intentó en repetidas ocasiones despedir a su médico y retractarse del tratamiento. “No quería continuar”, declaró Kipper. “No creía que pudiera hacerlo”.

De regreso en Los Ángeles, Depp no tardó en beber en un bar ubicado en Sunset Blvd. La enfermera de Kipper encontró en una ocasión a Depp con los nudillos ensangrentados tras haber golpeado una pared en señal de frustración o enojo. En otra ocasión le dio una patada a la puerta de una caravana en un set de rodaje.

Al año siguiente, Kipper voló a Australia para atender al actor. Recibió un mensaje de Depp en el que le pedía que lo visitara y le decía que se había cortado la parte superior del dedo durante una pelea con su esposa. “La casa era un desastre”, declaró Kipper.

“Cosas en el piso. Cosas tiradas por todas partes. Las cosas estaban desordenadas. Me pareció que había sangre en la pared”, señaló Kipper.

El médico indicó que le preocupaba que Depp no estuviera siguiendo sus protocolos y amenazó con retirarle la atención en marzo de 2015. Meses después, Depp le envió un mensaje de texto a Kipper en el que responsabilizaba a Heard de su consumo de Xanax.

“El Xanax me quita los nervios”, escribió. “No los tomo con tanta frecuencia, solo cuando mi cerebro está inundado de este malestar y medias verdades de mi esposa”.

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