Cómo elegir ropa bien hecha en el probador
Forros, bolsillos, pliegues: comprueba los detalles de una prenda cuando te la pruebes para asegurarte de que se adapta a tu estilo de vida. Foto: Joos Mind/Getty Images

El dicho “pruébalo antes de comprar” (try before you buy) puede ser más adecuado para la ropa que para cualquier otro producto. Independientemente de lo típicas que sean tus proporciones, la mayoría de las marcas utilizan un “modelo de ajuste” -una persona cuyo trabajo es probarse la ropa- con su propia y única forma corporal, razón por la que todos estamos sujetos a confusas variaciones dentro de las tallas de la ropa.

Asegurarse de que algo nos queda bien es importante para tener un guardarropa duradero, ya que las prendas que no se ajustan bien se pueden tensar, estirar y, en última instancia, romper más rápido. Además, el ajuste puede indicar lo bien que fue confeccionada la prenda, lo que constituye un buen indicio de su calidad.

Esta semana, nuestros expertos nos llevan al interior del probador y nos explican cómo se sentirá una prenda bien hecha cuando te la pruebes.

Revisa el forro

Cuando vayas a ponerte una prenda, lo primero en lo que te puedes fijar es en si está forrada o no.

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Los vestidos de seda y los abrigos de verano, como este conjunto presentado en la semana de la moda de Londres, pueden no necesitar forro, pero las prendas más pesadas y entalladas sí suelen necesitarlo. Foto: Christian Vierig/Getty Images.

Dependiendo de la prenda, el forro puede ser necesario o no. Max Sanderson, profesor de diseño de moda en Parson’s Paris, comenta que “si se trata de una chamarra para el invierno que está hecha de una tela que resultará incómoda contra la piel, entonces el forro está bien“. Pero una chamarra ligera para el verano será probablemente más cómoda sin forro.

Si se trata de una prenda entallada, el forro es extremadamente importante. El propietario de la tienda de consignación vintage Shop Bruce, Dan Neilsenbeck, explica que esto se debe a que “el forro oculta la construcción de una prenda y reduce la tensión, lo cual aumenta su vida útil“.

La diseñadora Bianca Spender comenta que esto puede ser aplicable para las prendas entalladas en general. Señala que el forro desempeña un papel importante, ya que elimina parte de la resistencia al movimiento, sin tensar la tela exterior. Pero sus “vestidos de seda favoritos no tienen forro porque no hay nada como la sensación de la seda contra la piel”.

En este sentido, es importante tomar en consideración el material del que está hecho el forro. Sanderson recomienda forros de cupro, que es una fibra de celulosa (como la viscosa), porque transpira, pero también es muy duradera, o de seda, porque es una fibra proteica por lo que tiene buenas propiedades térmicas. “Si viera algo con forro de poliéster, me preocuparía la posibilidad de sudar en la prenda y sentirme incómoda porque no transpira”, explica.

Llena los bolsillos

Cualquier persona que haya trabajado en el comercio minorista te dirá que las mujeres se emocionan mucho cuando la ropa tiene bolsillos. A diferencia de la ropa de hombre, donde suele haber bolsillos en todos los lugares imaginables, la ropa de mujer suele omitirlos, lo cual es frustrante. Los bolsillos significan que no es necesario llevar una bolsa, y también pueden mejorar la silueta de los pantalones o el corte de un vestido.

Lo único más molesto que la ropa sin bolsillos es un bolsillo insuficiente que no puede soportar el peso de un celular. Sanderson explica que, si vas a comprar algo que usarás con frecuencia, debes asegurarte de que el bolsillo (el interior del bolsillo) sea de una tela duradera, como el algodón o algo más pesado, para que tus llaves, tu cartera o tu celular no le hagan un agujero. Incluso vale la pena meter tu teléfono en el bolsillo de la prenda mientras te la pruebas, para asegurarte de que no cuelga o se tensa.

Si la prenda está hecha de una tela delicada para una ocasión especial (como un esmoquin), un bolsillo resistente podría alterar la forma en que se acomoda, por lo que un bolsillo sutil tendrá que ser suficiente en estos casos. Lo mismo ocurre con el bolsillo interior del pecho de una chamarra, que deberá ser discreto.

Muévete

Una prenda bien confeccionada no debe restringir tus movimientos. Cuando te pruebes algo, puedes hacer algunos pequeños movimientos para comprobar cómo te sienta la prenda. Spender recomienda asegurarse de que “puedes conducir un carro, tomar un libro del estante superior y sentarte en una silla sin que la prenda te exponga o se jale”.

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En el caso de las camisas, revisa los pliegues rectos entre los omóplatos y los canesús de la espalda para asegurarte de que permitirán un movimiento suficiente para estar cómodo. Foto: vasiliki/Getty Images

En el caso de una camisa, esto puede significar que haya un pliegue recto entre los omóplatos, lo cual permitirá un mayor movimiento de los brazos y el cuerpo. Neilsenbeck comenta que una buena camisa tendrá un canesú trasero, que es la pieza de tela que va desde la nuca a lo largo de los hombros. También sugiere revisar los botones y ojales para asegurarse de que están bien acabados. Si los hilos ya están sueltos antes de que la prenda salga de la tienda, el problema solo empeorará cuando la lleves a casa.

En el caso de las chamarras, Sanderson dice que hay que asegurarse de que “hay suficiente espacio debajo del brazo” para que sea práctica todo el día. “Si usas suéteres grandes todo el tiempo, ¿servirá [la chamarra] con el tamaño de las prendas de abajo?”

Cuando te pruebes los pantalones, Spender aconseja que compruebes que no hay pliegues en la entrepierna y que los pantalones se adaptan bien a tu cuerpo desde todos los ángulos. Otros aspectos que hay que considerar en los pantalones son el exceso de tela en el dobladillo y en las costuras, para poder alargarlos o reducir su talla en caso de que sea necesario.

En general, la forma en que una prenda cae sobre el cuerpo puede indicar qué tan bien ha sido confeccionada. “Realmente debe caer desde los hombros sin jalarse ni arrastrarse en el cuello, la sisa y alrededor de las mangas”, explica Spender.

Piensa en tu estilo de vida

Si estás pensando en un vestido o un mono con cierre en la espalda, y te cuesta bajarlo o subirlo por tu cuenta, ¿será eso un problema? Tal vez vivas con personas que puedan ayudarte, pero quizás valga la pena considerar si te sentirás cómoda pidiéndole ayuda a un extraño en el baño de un restaurante.

O si tienes niños pequeños, un cachorro o un trabajo que implique trabajar en el jardín o cocinar, probablemente no sea prudente comprar un abrigo de seda jacquard para usarlo en tu día a día. Entre otras cosas, porque no podrás lavarlo en la lavadora.

Sanderson comenta que es importante tomar en cuenta lo que implica tu día a día cuando compras, para evitar comprar ropa que nunca usarás. “No te compras un Maserati para conducirlo por la playa, entonces tal vez no te pongas un abrigo de seda para cargar tus alimentos”, dice.

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