Médicos Sin Fronteras es condenada por ‘beneficiarse de imágenes explotadoras’
Una imagen de MSF de una trabajadora humanitaria y una paciente. Una foto de la misma serie fue criticada por identificar a una menor que fue violada en grupo. Foto: Newsha Tavakolian/Magnum Photos/MSF

Doctores, fotógrafos, activistas de derechos humanos y académicos escribieron a Médicos Sin Fronteras (MSF) para plantear su preocupación por el hecho de que la organización médica benéfica esté explotando el trauma de pacientes vulnerables para promover su trabajo.

En una carta abierta dirigida al presidente internacional y a la junta directiva de MSF, casi 50 firmantes, entre los que se encuentra personal actual y expersonal, alegan que la organización humanitaria ha encargado, publicado y permitido la venta de fotografías que ponen en peligro y explotan a personas afroamericanas vulnerables, entre ellas menores de edad.

La carta destaca varios ejemplos que están a la venta en bibliotecas de imágenes de stock, entre ellos el de una niña de 14 años fotografiada en una clínica de MSF mientras buscaba medicamentos para prevenir el VIH y tratamiento para lesiones internas tras haber sido violada en grupo.

Otras imágenes incluyen el retrato de un niño de África occidental llorando mientras sufre de cólera en una clínica de MSF, que está disponible como una impresión en lienzo de alta calidad.

La carta se publica después de que MSF, organización que presta servicios médicos en países en vías de desarrollo y zonas de conflicto, retirara de su página web dos fotos de una adolescente superviviente de una violación en la República Democrática del Congo, tras las críticas de que las imágenes eran poco éticas y racistas.

Entre los firmantes de la carta, organizada por Benjamin Chesterton, director de la productora cinematográfica británica Duckrabbit, se encuentran Spencer Botolo, miembro de la junta directiva de MSF Sudáfrica, y Smita Sharma, fotoperiodista que ganó el premio de Amnistía a los medios de comunicación por documentar el tráfico de niños con fines de abuso sexual en India y Bangladesh.

Otro de los firmantes, el Dr. Hassaan Zahid, fundador de Decolonise MSF, una organización que lucha contra la discriminación existente dentro de la ONG, señaló que algunos miembros del personal habían expresado su inquietud en los últimos años “sobre el uso desproporcionado de niños afroamericanos y latinos en las fotografías con el objetivo de recaudar fondos”.

Zahid, extrabajador de MSF en Karachi, Pakistán, añadió: “Todo el modelo de negocio de MSF está basado en la venta de miseria humana, lo cual forma parte de su herencia colonial. Mientras este modelo de negocio siga siendo el mismo, seguiremos robando la dignidad de los pacientes en nombre de las operaciones de financiamiento”.

También comentó que existía la preocupación de que algunos empleados occidentales que organizaban sesiones fotográficas en países en vías de desarrollo solían ignorar las opiniones críticas de los colegas locales.

Zahid dijo que MSF debería dejar de permitir la venta de las fotografías tomadas durante una misión para la ONG.

Algunos miembros del personal de MSF plantearon su preocupación a nivel interno sobre las fotos tomadas en la República Democrática del Congo, en las que se identificaba claramente a una menor de 16 años violada en grupo por tres hombres armados.

Un artículo publicado en la página web de Souk MSF, una plataforma para que el personal discuta las operaciones de la ONG, criticó el reportaje fotográfico de Newsha Tavakolian, una fotógrafa iraní de la agencia Magnum, por “ofrecer una visión problemática, tanto de la República Democrática del Congo como de la violencia sexual y de las mujeres que la sufren”.

Tavakolian explicó que MSF seleccionó las fotos para su publicación y las retiró sin informarle. “También se abstuvieron de explicar públicamente las razones por las que tomaron esta decisión, ni destacaron el hecho de que nunca me indicaron que no tomara imágenes de menores“, señaló. “Simplemente, nunca se habló del tema”.

Jacob Burns, director de estudios del Centre de Réflexion sur l’Action et les Savoirs Humanitaires, que forma parte de la Fundación MSF y que evalúa y analiza el trabajo de la organización benéfica, dijo en Twitter: “Estas fotos y su encuadre fueron muy criticados por numerosos colegas. Evidentemente resulta indefendible la publicación de fotos identificables de una adolescente superviviente de una violación, y los problemas de este proyecto no terminan ahí”.

Un vocero de MSF indicó que el trabajo de la organización con los fotógrafos se llevaba a cabo para concienciar sobre las crisis que no son denunciadas. “MSF no se beneficia de esas ventas de imágenes de stock. En la mayoría de los acuerdos que tenemos con los fotógrafos, se entiende que ellos mantendrán los derechos de autor y podrán publicar o vender sus historias e imágenes. El objetivo es dar a conocer las crisis desatendidas de la forma más amplia posible, junto con las historias de aquellos implicados, cuando ellos lo consienten”.

No obstante, añadió: “Lamentablemente, algunas de las imágenes, sobre todo aquellas recopiladas hace mucho tiempo, distan mucho de cumplir los estándares adecuados en cuanto a la representación digna de los pacientes o las comunidades. Tenemos la intención de abordar esta cuestión”.

“También intentaremos limitar la venta comercial de estos activos mediáticos y garantizar que haya restricciones de acceso adecuadas para su uso”.

Tavakolian añadió: “Seguiré trabajando en el tema de la violencia sexual, puesto que es algo que me interesa mucho, y he contado esta historia en particular de una forma que considero ética”.

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