Aumentan las peticiones de leyes sobre el control de armas en Texas tras el último ataque letal
Un monumento en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, el lunes. Foto: Verónica Cárdenas/Reuters

Los líderes de Texas se encuentran bajo una creciente presión para aumentar las medidas de control de armas en vista de los datos que indican que el estado se sitúa en el primer lugar de Estados Unidos en lo que respecta a muertes por tiroteos masivos, mientras que los republicanos han relajado de manera constante las restricciones en materia de armas y han recortado el presupuesto en materia de salud mental.

Mientras los funerales de los 19 niños y dos maestras comienzan el martes en la pequeña y devastada ciudad de Uvalde, en el sur de Texas, una semana después del tiroteo ocurrido en la escuela primaria, los demócratas del estado –y algunos republicanos– exigen una acción legislativa especial.

Se pide al gobernador de tendencia republicana, Greg Abbott, que convoque una sesión legislativa especial para analizar la legislación, y los demócratas del Senado estatal piden que se aumente a 21 años la edad mínima para adquirir cualquier tipo de arma.

También quieren que se establezca por ley la comprobación de los antecedentes de todas las ventas de armas y que se regule la posesión de cargadores de gran capacidad por parte de los civiles, según informó la cadena de televisión KVUE, afiliada a la cadena ABC de Austin.

También piden una legislación de “bandera roja” que permitiría retirarle temporalmente las armas a las personas que representen un “peligro inminente para ellos mismos y para los demás” y urgen la promulgación de una ley que exija un período de “enfriamiento” cuando se adquiera un arma.

“Tenemos que hacer algo, hombre”, le dijo a Abbott el senador estatal demócrata Roland Gutiérrez, cuyo distrito abarca Uvalde, en una conferencia de prensa. “Tus propios colegas me dicen, me llaman y me dicen que un joven de 18 años no debería tener un arma”.

El autor del tiroteo que llevó un rifle de asalto de estilo militar y una mochila con munición a la escuela primaria Robb el pasado martes y disparó contra sus víctimas en dos salones contiguos era un joven de 18 años de la localidad, Salvador Ramos.

Según se informa, el joven publicó amenazas violentas y presumió sobre sus armas en las redes sociales, y fue abatido por agentes federales después de que la policía local esperara durante más de una hora en el pasillo de la escuela, en lo que, según las autoridades estatales, fue “una decisión errónea”.

“Hemos pedido cambios en el control de armas. Les pido ahora que nos llamen de nuevo (para una sesión legislativa especial) en tres semanas… esto es suficiente, llámenos de nuevo, hombre”, dijo Gutiérrez.

Ahora, varios republicanos de Texas también están presionando a Abbott para que tome medidas tras el tiroteo registrado en Uvalde. “El gobernador Abbott debería convocarnos a sesiones especiales hasta que hagamos ALGO que el FBI o el DPS (departamento de seguridad pública de Texas) CREAN que disminuirá la posibilidad de la próxima Tragedia de Uvalde”, expresó en un tuit el senador estatal republicano Kel Seliger.

“Debemos esperar y rezar todos los días, pero HACER algo”, añadió Seliger, sin aportar ninguna propuesta concreta, señaló el periódico Dallas Morning News.

El representante republicano Jeff Leach tuiteó su llamado a una sesión especial, comentando: “Los legisladores de Texas tienen trabajo que hacer. Conversaciones que entablar. Deliberaciones y debates que mantener. Decisiones importantes que tomar”.

Abbott es la única autoridad que puede convocar a los legisladores antes de que comience la próxima sesión legislativa en enero de 2023. Ha señalado que todas las alternativas son válidas.

Sin embargo, Texas ha respondido a los numerosos tiroteos masivos que han afligido al estado en los últimos 15 años relajando, y no endureciendo, las restricciones sobre el uso de armas.

Y los datos de Everytown for Gun Safety, la organización que defiende la regulación del uso de armas, indican que han muerto 201 personas en tiroteos masivos en Texas desde 2009, una cifra significativamente mayor que la de cualquier otro estado.

California ha sufrido 162 muertes de este tipo, mientras que Florida, el tercer estado más poblado, con 22 millones de habitantes en comparación con los 29.7 millones de Texas y los 39.6 millones de California, ha registrado 135 muertes de este tipo, según datos de Everytown, la cual define un tiroteo masivo como aquel en el que mueren cuatro o más personas, excluyendo al tirador.

Por el momento se desconocía si Uvalde estaba incluida en el número de víctimas de Texas. Texas también ocupa el primer lugar en Estados Unidos en materia de tiroteos en escuelas, según indica US News & World Report.

El periódico Texas Tribune informó que los legisladores del estado relajaron las leyes relativas a las armas durante las dos últimas sesiones legislativas, incluyendo la aprobación de la portación de armas de fuego sin licencia en 2021. Esta flexibilización de las leyes relativas a las armas fue aprobada menos de dos años después de los tiroteos masivos ocurridos en Odessa y El Paso, que dejaron 30 muertos.

Algunos republicanos de derecha de Texas pidieron la semana pasada que haya más armas.

“Sabemos por experiencias pasadas que la herramienta más efectiva para mantener a los niños a salvo es la presencia de cuerpos policiales armados en el campus”, dijo el senador estadounidense Ted Cruz a la cadena MSNBC.

Ken Paxton, el fiscal general de Texas que se enfrenta a cargos de fraude, expresó opiniones similares y predijo un mayor número de tiroteos masivos.

“Las personas que disparan a las personas, que matan a los niños, no siguen las leyes de asesinato. No cumplirán las leyes sobre armas”, dijo Paxton en la cadena de extrema derecha Newsmax. “Prefiero tener a los ciudadanos respetuosos de la ley armados, entrenados para que puedan responder cuando ocurra algo así, porque no será la última vez”.

El demócrata Beto O’Rourke, que es candidato a gobernador y que interrumpió a Abbott en una conferencia de prensa la semana pasada, publicó en Twitter sobre algunos de los recientes tiroteos masivos de Texas, diciendo: “Abbott debería haber actuado después de Sutherland Springs, después de Santa Fe, después de Midland-Odessa, después de El Paso. Él se negó. Votemos por su expulsión y pongámonos a trabajar para salvar vidas”.

También arremetió contra la flexibilización de las restricciones en materia de armas y se hizo notar durante su fallida candidatura a la candidatura presidencial demócrata de 2020 al defender la prohibición de las armas de asalto para la población en general.

Por su parte, Abbott, culpó de la matanza de Uvalde directamente a los problemas de salud mental, en su primera conferencia de prensa tras el ataque.

No obstante, los defensores de la salud mental comentaron a ABC News que Abbott ha descuidado la atención médica mental, señalando que retiró dinero de las agencias de Texas encargadas de prestar servicios. La cadena CNN también informó sobre estos recortes presupuestarios.

“Nosotros, como estado, como sociedad, tenemos que hacer un mejor trabajo en materia de salud mental. Cualquier persona que dispare contra otra tiene un problema de salud mental. Punto. Nosotros, como gobierno, tenemos que encontrar una manera de abordar ese problema de salud mental y hacer algo al respecto”, dijo Abbott el miércoles pasado, el día siguiente al tiroteo en Uvalde.

Debbie Plotnick, vicepresidenta ejecutiva de defensa estatal y federal de la organización sin fines de lucro Mental Health America (MHA), explicó a la cadena ABC que la salud mental era un chivo expiatorio habitual. “El odio no es una enfermedad mental… tener una condición de salud mental no hace que alguien sea violento”, indicó.

Esta primavera, Abbott desvió 210 millones de dólares de la agencia estatal que supervisa los servicios de salud mental públicos para financiar un controvertido programa de seguridad en la frontera entre Estados Unidos y México.

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