Reseña de Billie Eilish: un icono de la juventud marginada e hipercreativa
Única ... Billie Eilish cantando en el AO Arena de Manchester. Foto: Shirlaine Forrest/Getty Images para Live Nation UK

Entre el público del Manchester Arena hay una chica que sostiene un cartel casero: “Billie”, dice. “Nunca te superaremos”.

Se trata de un mensaje extrañamente conmovedor y oportuno. La última vez que Billie Eilish dio un concierto en solitario en Gran Bretaña fue en 2019. Su álbum debut When We All Fall Asleep Where Do We Go? acababa de salir a la venta, y los recintos en los que fue contratada claramente eran demasiado pequeños para hacer frente a su floreciente éxito entre un público mayoritariamente femenino y preadolescente. Sin embargo, tres años es mucho tiempo en el pop adolescente –las cosas que te gustan a los 14 años normalmente no son las que te gustan a los 17– y a Eilish le han pasado muchas cosas en este intervalo. Canceló una gira mundial como consecuencia del Covid-19 y lanzó un nuevo álbum, notablemente ligero respecto al tipo de canciones electro-góticas que ayudaron a impulsar a su predecesor al éxito multi-platino, pero cargado de canciones melancólicamente oscuras que sugieren que convertirse en un ídolo adolescente mundial cuando todavía eres un adolescente no es algo muy divertido. Apareció en la portada de Vogue con un aspecto que no se parecía tanto a la figura malhumorada y enfundada en ropa de skater a la que su público estaba acostumbrado sino al tipo de vampiresa rubia que Raymond Chandler imaginó para hacerle pasar un mal rato a Philip Marlowe. Una teoría expresada con regularidad consistía en que Eilish había perdido, tal vez a propósito, su espacio: el público adolescente había pasado a otras estrellas adolescentes, como Olivia Rodrigo.

Reseña de Billie Eilish: un icono de la juventud marginada e hipercreativa - image-3-9
Scream queen… Billie Eilish. Foto: Shirlaine Forrest/Getty Images para Live Nation UK


Esta teoría no adquiere mucha credibilidad esta noche. El público es un poco mayor que los niños de 13 y 14 años que se amontonaban en el Shepherd’s Bush Empire en 2019, no obstante, el ruido que hacen cuando aparece Eilish –de nuevo con una playera holgada y shorts, su cabello teñido de negro y en mechones– suena más o menos igual: un inmenso coro de gritos, seguido de un acompañamiento en masa perfecto para cada palabra que canta Eilish, seguido de más gritos.

Si quisieras sacar algún tipo de medidor de decibeles, probablemente podrías detectar un ligero descenso del volumen cuando Billie interpreta algunos de los temas más oscuros de Happier Than Ever –Billie Bossa Nova o una interpretación de Your Power que queda aún más despojada que la versión de estudio, mayoritariamente acústica, para revelar la exuberancia de su melodía–, aunque no en gran medida. Existe algo extraño en el hecho de escuchar miles de voces gritando junto a las canciones que parecen ser sobre el hartazgo por el tipo de celebridad que implica que miles de voces griten junto a cada una de tus palabras –”las cosas que alguna vez disfruté”, canta en Getting Older, “solo me mantienen empleada”– sin embargo, Eilish parece estar disfrutando aquí. Bañada en luz roja, comienza sin reparos a bailar sin coreografía y libremente durante You Should See Me In a Crown y All the Good Girls Go to Hell. Sus declaraciones de amor a sus admiradores entre una y otra canción suenan completamente sinceras en lugar de aprendidas de memoria, un hecho más inusual de lo que podrías pensar en los conciertos de música pop.

Potenciada por el hecho de estar entrelazada con sus primeros grandes éxitos, sus canciones más recientes suelen sonar más ricas en vivo que en el disco: la introducción coral de Goldwing parece estar excavando en las profundidades del pasado pop de California, evocando a los Beach Boys en su momento más apacible; la parte del piano que sustenta Everything I Wanted se escucha a la vez imposiblemente encantadora y no muy diferente de la que impulsó Asleep de los Smiths.

Reseña de Billie Eilish: un icono de la juventud marginada e hipercreativa - image-3-8
¿Más feliz que nunca?… Billie Eilish. Foto: Shirlaine Forrest/Getty Images para Live Nation UK


La mejor de todas podría ser la canción que estrena durante la sección acústica del concierto. Titulada TV, y escrita recientemente para incluir referencias tanto al caso de difamación de Amber Heard y Johnny Depp como a los esfuerzos para anular el caso Roe vs. Wade, es sombría e increíblemente impactante: en su conclusión, Eilish canta la emotiva frase “maybe I’m the problem” una y otra vez, hasta que el público se une en masa a ella también. Te impresiona la sensación de que, incluso en un paisaje pop alterado –uno en el que Eilish parece ser más una influencia que una excepción, en el que los artistas adolescentes que se dirigen directamente a un público adolescente parecen ser mucho más habituales que hace tres años–, sigue siendo una figura única.

Billie Eilish se presenta en el AO Arena, Manchester, el 8 de junio, y posteriormente estará de gira por el Reino Unido hasta el 26 de junio.

Síguenos en

Google News
Flipboard