Una artista ucraniana inspira el desfile de alta costura de Dior

¿Cuál es el sentido de la alta costura? Esta fue la pregunta que se planteó la directora creativa de Dior, la diseñadora italiana Maria Grazia Chiuri, en estos tiempos de pandemia, guerra y amenaza de una recesión mundial.

La respuesta, en su opinión, fue “reimaginar un mañana mejor”. Y crear un “puente” entre el saber hacer de las distintas culturas para aportar algo significativo de forma colectiva.

De este modo, la pieza central del desfile de alta costura de Dior del lunes no fueron los exquisitos vestidos de shiffon de seda plisado ni los intrincados abrigos de lana color crema bordados, sino el telón de fondo: las obras de arte del piso al techo que revestían el Museo Rodin de París, una serie de alegres e inocentes interpretaciones del árbol de la vida, repleto de flores, frutas y pájaros.

Estas obras, que representan “la humanidad femenina, la continuación de la vida y un futuro brillante”, según explica la histórica casa de moda francesa, eran obra de la artista oriunda de Kiev, Olesia Trofymenko. Chiuri la descubrió esta primavera en una exposición en el MAXXI, el museo nacional de arte del siglo XXI, situado en Roma, en un programa dedicado a los artistas ucranianos contemporáneos. Para esta colección de alta costura, la primera desde el comienzo de la guerra en Ucrania, Chiuri le dio libertad a Trofymenko, y el resultado -estas piezas murales a gran escala- constituyó el punto de partida de su desfile.

“Me gusta mucho el simbolismo del árbol de la vida”, comentó entre bastidores antes del desfile, luciendo su famosa playera “We should all be feminists” (Todos deberíamos ser feministas) con un pantalón de vestir negro. “Significa esta idea del círculo de la vida”.

El tema del árbol de la vida fue retomado en la colección a través de maxivestidos largos de color crema, gris topo, tela escocesa roja y negra, que fueron bordados a mano con temas de la naturaleza inspirados en las obras de arte de Trofymenko.

El hecho de que el árbol de la vida es un símbolo que está presente en muchas culturas también atrajo a Chiuri, con él, su intención era crear un lenguaje decorativo universal, un nuevo folclore universal que construya la paz y dé esperanza, si así se prefiere. Para realzar este concepto, Chiuri también diseñó otros detalles artesanales en las prendas: piezas del busto delicadamente bordadas, abrigos perfectamente parcheados, costuras trenzadas y telas tejidas a mano que daban una textura orgánica e irregular.

Al construir ese “puente” con otras culturas, Chiuri cree que el atelier de Dior puede estar ubicado “alrededor del mundo” – así, no solo los detalles finos fueron ejecutados por los petits mains de Dior con sede en París, sino que gran parte de los bordados – tanto en las obras de arte como en los vestidos – fueron hechos por artesanos indios de la Escuela de Artesanía Chanakya y los ateliers Chanakya ubicados en Mumbai.

“Es importante entablar este diálogo y compartir estas habilidades”, comentó, y añadió que la alta costura se encuentra en una buena posición para tender este puente entre diferentes culturas. “Cuando trabajas a mano, estás cerca de la humanidad”.

Si los diseños de Chiuri aportarán paz mundial y prosperidad es una cuestión que se puede debatir, no obstante, a juzgar por la cantidad de selfies que se tomaron los asistentes al desfile con el arte de Trofymenko como telón de fondo, quizás podría inspirar una agradable sensación de ligereza y optimismo para una época difícil.

Dior ha experimentado un impresionante crecimiento este año, demostrando que es inmune a las repercusiones de la actualidad mundial, habiendo registrado ingresos de 18 mil millones de euros en el primer trimestre, un 29% más que en el mismo periodo de 2021. Los analistas calculan que Dior triplicó sus ventas hasta los 7 mil 200 millones de dólares con su nuevo CEO, Pietro Beccari.