Bomberos de California avanzan contra incendio de Oak, cerca de Yosemite
El incendio forestal de California estalla cerca de los parques nacionales de Yosemite y Sierra.

Los bomberos lograron progresar contra el feroz incendio forestal en las faldas de Sierra Nevada que obligó a miles de residentes a abandonar sus hogares situados en la entrada del parque nacional de Yosemite.

El incendio de Oak comenzó el viernes cerca de la ciudad de Midpines, California, y su magnitud aumentó durante el fin de semana.

Ardiendo a través de la densa y seca vegetación de las empinadas y escarpadas laderas de la región, el fuego se vio favorecido por ráfagas de viento y temperaturas que rondaban los 38ºC. La naturaleza extrema del incendio hizo que los árboles altos se convirtieran en fósforos y envió columnas de humo negro sobre el pintoresco centro histórico de Mariposa.

Sin embargo, las condiciones meteorológicas mejoraron en la noche del domingo, y en la mañana del lunes, los esfuerzos de los bomberos, dotados de grandes recursos, lograron contener el fuego en un 10%.

Desde el viernes, el incendio ha consumido más de 16 mil 700 acres. Más de 3 mil personas recibieron órdenes de evacuación.

Más de 2 mil miembros de los servicios de emergencia de las agencias estatales y federales combatían el fuego, atacándolo tanto desde tierra como desde el aire. Al menos 10 casas y otras estructuras han quedado destruidas, y miles de personas siguen en riesgo a su paso.

“El crecimiento de este incendio es muy sorprendente considerando el hecho de la rapidez con la que contamos con recursos aquí”, señaló el jefe Mike van Loben Sels, de la unidad Madera Merced Mariposa del Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (CAL FIRE).

Señaló que las brasas y los incendios aislados comenzaron a surgir a más de una milla de distancia de las llamas. “Realmente utilizamos todo en este asunto desde el principio”, indicó.

Este incendio es uno de los muchos que se encuentran activos en el oeste de Estados Unidos, mientras la región se prepara para los meses de mayor riesgo de incendios que se avecinan. Este año se han consumido más de 5.5 millones de acres en Estados Unidos, un 70% más que el promedio de los últimos 10 años.

California, un estado que en los últimos años se ha enfrentado a amenazas cada vez mayores de incendios descomunales, había experimentado un comienzo más benigno de lo normal en su temporada de mayor riesgo. Las lluvias de primavera ofrecieron un respiro, retrasando el inicio de lo que las autoridades aún temen sea otro año de incendios devastadores. El incendio de Oak ha demostrado la rapidez con la que pueden cambiar las circunstancias.

El domingo, el gobernador de California, Gavin Newsom, declaró el estado de emergencia para la zona, lo que permitió el despliegue de miles de miembros del personal de emergencia.

La causa del incendio sigue siendo motivo de investigación.

Miles de residentes y visitantes recibieron la orden de evacuar tras el inicio del incendio, y algunos huyeron con tanta rapidez que no pudieron empacar lo esencial. En medio del caos, un hombre de la localidad llamado Ron, quien no quiso compartir su apellido, dejó atrás su medicamento y su perro Duke, una mezcla de labrador envejecido con problemas de cadera.

“Cuando se quedó atrás no pude lograr que alguien me ayudara”, dijo Ron, añadiendo que había sufrido un derrame y que todavía se desorienta. “Pero ese es mi bebé, hombre”.

Los capitanes de bomberos Shayon Ascarie y David Jessen socorrieron a Ron, llevándolo de vuelta a su casa evacuada situada en la ladera mientras el fuego se aproximaba. Los helicópteros sobrevolaron en zigzag y los aviones lanzaron material ignífugo en las laderas mientras los bomberos ayudaban a Ron a subir al aterrorizado Duke a la parte trasera de su camioneta y a tomar sus pastilleros, antes de transportar al dúo por la montaña hasta un lugar seguro.

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Un avión cisterna lanza material ignífugo para intentar evitar que el incendio de Oak llegue a Lushmeadows. Foto: Noah Berger/AP

Jessen y Ascarie, que proceden de distintas partes de California, pero fueron asignados como compañeros para el incidente, pasaron el resto de la mañana recorriendo las localidades para publicar los mapas más recientes y responder las preguntas de un público ávido de información. Además de proporcionar información esencial, los bomberos que intervienen en los grandes incidentes también suelen requerir rescates como el de Duke. “Es parte del trabajo, simplemente te encuentras en el lugar adecuado en el momento adecuado”, comentó Jessen, y añadió: “Tengo el presentimiento de que este no será el último”.

En todo el pueblo de Mariposa, las personas se agruparon alrededor de los puestos de información, compartiendo historias y expresando su agradecimiento por los actuales esfuerzos de lucha contra el incendio. Las banderas ondeaban en el aire, convirtiendo lo que podría haber sido un respiro en un caluroso día de verano en otra señal premonitoria de que el fuego se aproximaba.

Más adelante en la autopista, un restaurante de carretera llamado Steve’s Sportsman’s Café se había convertido en un centro de facto para los habitantes de la zona, tanto para los desplazados por el incendio como para otros que observaban y esperaban. Afuera, un motociclista compartió videos de su estremecedora experiencia con el fuego. El fuego no afectó su vivienda, no obstante, se llevó su cobertizo, donde guardaba recuerdos invaluables –como las cañas de pescar y las armas de su abuelo–. “Aun así, pudo haber sido mucho peor”, dijo, sacudiendo la cabeza mientras entraba al restaurante.

Detrás de la caja registradora, Tracy Heidseck explicó con detalle cómo los cortes de electricidad causados por el incendio provocaron su propio daño. “Ya perdimos toda la comida de nuestro refrigerador y nuestros congeladores”, señaló, y añadió que su pozo también se había secado y que ni siquiera había agua para los sanitarios. Esta era una parte de las amenazas de incendio, que según dijo ella, se ciernen año con año, que pasa factura. “Estoy agotada”, comentó. “No tengo agua ni electricidad”.

Sin embargo, la comunidad –y el restaurante– se han unido en estos momentos difíciles. Steve Knauf, propietario del restaurante, se acercó al lugar para ofrecer su apoyo. “Ha habido muchos abrazos y lágrimas en los últimos dos días”, señaló, añadiendo: “Pero aquí es como una gran familia”.

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