El enorme incendio de Cuba aviva el temor de inestabilidad
Los bomberos luchan contra el fuego en Matanzas, Cuba, el martes. Foto: Yamil Lage/AFP/Getty Images

Un rayo, una cadena de explosiones de bolas de fuego tan grandes que se podían ver a 104 kilómetros de distancia en La Habana, y un persistente hedor a azufre.

El incendio que duró cinco días en la principal instalación de almacenamiento de petróleo de Cuba en la ciudad de Matanzas fue provocado por un rayo que cayó en la noche del viernes. Durante los días siguientes, las llamas se extendieron “como una antorcha olímpica” a otros tres tanques que contenían cientos de miles de pies cúbicos de petróleo, según explicó el gobernador de la región, Mario Sabines.

No fue hasta el martes que finalmente se pudo controlar el incendio en Cuba. Para entonces, había matado al menos a una persona y herido a otras 125, además de asestar un golpe crítico a la infraestructura energética de Cuba.

Y a medida que el humo se va disipando, aumentan las especulaciones de que –junto con los apagones que inevitablemente se producirán– podría desestabilizar aún más la “Revolución Cubana“, que ya se encuentra en uno de los momentos más peligrosos de sus 63 años de historia.

Millones de cubanos –especialmente aquellos que viven en las provincias rurales– han estado viviendo durante meses con apagones diarios que duran horas. Con el calor de agosto, la comida se pudre rápidamente y dormir se vuelve casi imposible.

La situación es tensa: el desencadenante inmediato de las protestas sin precedentes que ocurrieron el verano pasado fue un apagón de 12 horas.

En Matanzas, Odalys Medina Peña, de 60 años, comentó que hacía tiempo que se había acostumbrado a cocinar el desayuno, el almuerzo y la cena al amanecer en previsión de los apagones.

“Tienes que adaptarte y ver si el país puede resolver la situación. Cuando sucede algo así, todos se unen, porque si algo tiene Cuba es humanidad”.

Sin embargo, con el smog tóxico que ha tapado gran parte de la luz del sol en La Habana durante el fin de semana, los ánimos en la capital eran menos estoicos.

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Una residente sentada en un rompeolas mientras el humo del incendio se eleva en el fondo. Foto: Ismael Francisco/AP

“Me asusta esta horrible nube y me preocupan los apagones”, comentó Adilen Sardinas, de 29 años, quien está embarazada de ocho meses. “¿Cómo va a manejar esto el Estado?”.

Las autoridades de Cuba no han informado la cantidad exacta de crudo, diesel y gasolina perdida en el incendio, no obstante, los cubanos ya se están preparando para una crisis energética aún más grave.

Los envíos de petróleo desde Venezuela han disminuido a medida que el aliado sudamericano de Cuba lucha por refinar suficiente petróleo para sus propias necesidades. El aumento de los precios del petróleo a nivel mundial provocado por la guerra en Ucrania también ha dificultado que Cuba lo adquiera en el mercado mundial.

Sin embargo, los analistas señalan que el doble golpe del Covid-19, que prácticamente impidió el turismo en 2020 y 2021, y las sanciones de Estados Unidos han sido factores decisivos.

Los “ingresos de cambio de divisas de Cuba se redujeron casi a la mitad entre 2018 y 2021”, indicó Emily Morris, economista de desarrollo del University College de Londres. “A pesar de haber reducido los suministros de combustible y alimentos a un mínimo esencial, en 2021 representaron más de la mitad de todos los gastos de importación, con recortes más graves en todas las demás importaciones, incluyendo repuestos, insumos de producción, bienes de equipo y bienes de consumo, por lo que se puede observar el efecto devastador que iba a tener”.

A pesar de la promesa de campaña del presidente estadounidense, Joe Biden, de revertir las “políticas de Trump que infligieron daño a los cubanos y sus familias”, aún persiste el peso de la campaña de “máxima presión” iniciada contra la isla por parte del gobierno de Trump.

Los barcos petroleros que transportan petróleo venezolano a Cuba siguen sometidos a sanciones. Según indican los analistas, esto obliga a la isla a pagar un recargo por el flete.

Si bien Venezuela y México enviaron equipos de especialistas y más de cien toneladas de espuma de extinción de incendios, Estados Unidos ofreció ayuda técnica. “Hasta el momento, Estados Unidos brindó un número telefónico a una autoridad local de emergencias”, escribió en Twitter Johana Tablada, subdirectora de asuntos estadounidenses del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.

Fulton Armstrong, quien fue el analista de más alto nivel de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos sobre Latinoamérica, señaló que existen “temores entre los partidarios respecto al retorno del proceso de normalización lanzado por el presidente Obama de que el gobierno (de Biden) esté… confiando en privado en que los problemas energéticos y de otro tipo sean una prueba de que ‘el régimen’ fracasa”.

Jorge Piñón, director del Programa de Energía y Medio Ambiente para Latinoamérica y el Caribe de la Universidad de Texas en Austin, comentó que incluso antes del incendio, su modelo había predicho el “colapso total” de la red energética de la isla este verano.

También señaló que un barco petrolero ruso cargado con 115 mil toneladas de petróleo debía atracar en el puerto de Matanzas a finales de esta semana. “¿A qué lugar va a ir?”.

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