Roban el famoso retrato de Churchill de un hotel y lo sustituyen por uno falso
Sir Winson Churchill por Yousuf Karsh, 1941. Foto: Yousuf Karsh/Camera Press

La policía canadiense investiga el “descarado” robo de un famoso retrato de Sir Winston Churchill, después de que la fotografía original fuera sustituida misteriosamente por una falsa.

La semana pasada, un empleado del hotel Château Laurier en Ottawa advirtió que había algo raro en el retrato conocido como “El león rugiente”, que fue tomado después de que el líder en tiempos de guerra hablara ante el parlamento canadiense en 1941.

El marco de la fotografía no coincidía con el de los otros cinco retratos que había en la habitación, todos ellos obra del aclamado retratista canadiense-armenio Yousuf Karsh, entre cuyos sujetos figuraban Martin Luther King Jr, Albert Einstein, Ernest Hemingway y la reina Isabel II.

El hotel contactó a Jerry Fielder, el responsable del patrimonio de Karsh, para que evaluara la firma que aparecía en la impresión dudosa.

“He visto esa firma durante 43 años. Así que me bastó un segundo para saber que alguien había intentado copiarla”, comentó Fielder a The Guardian. “Era una falsificación”.

Una vez que se descubrió el robo, se le notificó a la policía de Ottawa, la cual comenzó a investigar.
“Nos entristece profundamente este acto descarado”, indicó el hotel Fairmont en un comunicado, añadiendo que se sentía orgulloso de su “impresionante” colección de fotos de Karsh.

Se desconoce la fecha en que desapareció la imagen de Churchill, que ha estado colgada en el hotel durante 24 años.

El hotel recibió 15 obras originales de Karsh, de las cuales seis se encontraban en el vestíbulo. Las cinco piezas restantes fueron retiradas hace poco, hasta que se les pueda proteger adecuadamente, informó el hotel.

Fielder, quien trabajó estrechamente con Karsh, comenta que el fotógrafo tuvo una larga relación con el hotel. El hotel albergó su primera exposición en 1936 y él y su esposa vivieron en el tercer piso durante casi dos décadas. También tuvo un estudio en el sexto piso hasta 1992.

Karsh, que huyó del genocidio armenio con su familia y pasó gran parte de su vida en Canadá, era conocido por su dominio de la fotografía, tanto en el estudio como cuando trabajaba con sus sujetos.
“Para el tipo de personas que él fotografiaba, podían detectar a un adulador o a un impostor a una milla de distancia. Y cuando estabas con Yousuf, inmediatamente sabías que era auténtico. Y creo que permite que las personas sientan que pueden ser ellas mismas”, dijo. “Tenía un don para tratar a las personas y hacer que se sintieran cómodas”.

La foto de un Churchill con el ceño fruncido fue una “excepción”, señaló Fielder.

Después de ver a Churchill pronunciar un discurso “electrizante” ante el parlamento canadiense en 1941, Karsh esperó en la sala de oradores la oportunidad de retratar a Churchill y al primer ministro canadiense, Mackenzie King.

Sin embargo, cuando los dos entraron a la sala con los brazos entrelazados, Churchill “gruñó”, recordó Karsh con posterioridad.

“Me acerqué tímidamente y le dije: ‘Señor, espero ser lo suficientemente afortunado como para hacer un retrato digno de esta ocasión histórica’. Él me miró y exigió: ‘¿Por qué no me avisaron?'”.

Karsh recordó que Churchill encendió un puro fresco, le dio una calada “con aire travieso” y después cedió para que le tomara una sola fotografía.

“Regresé a mi cámara y me aseguré de que todo estaba bien técnicamente. Esperé; él siguió masticando vigorosamente su puro. Esperé. Entonces me acerqué a él y, sin premeditarlo, pero siempre con mucho respeto, le dije: ‘Perdóneme, señor’, y le quité el puro de la boca. Cuando regresé a mi cámara, parecía tan agresivo que podría haberme devorado. Fue en ese instante en el que tomé la fotografía”.

El retrato, que “se volvió viral, pero de forma más lenta”, explicó Fiedler, fue utilizado en el billete británico de cinco libras en 2016.

“Obviamente, este robo fue planeado muy minuciosamente. No sé si alguien, algún súper fan, tal vez, quería esto para colgarlo en su sala de estar. Pero también es muy valioso. Supongo que lo robaron por su valor”, comentó Fielder.

Desde que sus negativos fueron entregados a la Biblioteca y Archivos de Canadá en la década de 1990, no se permite la impresión de la obra de Karsh.

“No permitimos las reproducciones”, dijo Fielder. “No permitimos las copias”.

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