Cientos de taiwaneses son secuestrados y obligados a estafar por teléfono e internet
Yu Tang dice que fue víctima de los traficantes de personas que la engañaron para que volara de Taipei a Camboya por una falsa oferta de trabajo, y luego la obligaron a trabajar en una operación de estafas. Foto: vía Helen Davidson

Cientos de taiwaneses forman parte de un número indeterminado de víctimas que permanecen cautivas y son obligadas a trabajar en redes de estafas en el sector de las telecomunicaciones por parte de las operaciones de trata de personas en el sudeste asiático, informaron las autoridades.

Las fuerzas policiales de Taiwán, China, Hong Kong, Macao y Vietnam iniciaron importantes operaciones para rescatar a sus ciudadanos y acabar con los grupos de traficantes.

Los traficantes, muchos de ellos vinculados a conocidas tríadas, buscan principalmente a jóvenes asiáticos a través de las redes sociales, ofreciéndoles trabajo bien remunerado y alojamiento en países como Camboya, Tailandia, Myanmar y Laos. Cuando llegan, les quitan los pasaportes y suelen ser vendidos a diferentes grupos y obligados a trabajar en oficinas que realizan estafas telefónicas ilegales o por internet.

Las principales cohortes de víctimas parecen proceder de Vietnam y Taiwán. Las autoridades de Taiwán indican que se han registrado casi 5 mil ciudadanos que viajaron a Camboya y no regresaron. La policía señaló que había identificado al menos a 370 de ellos como retenidos contra su voluntad, no obstante, las víctimas han comentado que es probable que el número sea mucho mayor.

Al menos 46 personas han regresado a Taiwán en los últimos meses, y algunas denunciaron que ellas u otras personas fueron obligadas a firmar contratos, y que fueron agredidas, violadas, privadas de comida y agua, y frecuentemente amenazadas. Las operaciones de rescate se han visto obstaculizadas o dificultadas por la inadecuada labor policial y la corrupción en Camboya. Según diversos informes, entre los perpetradores figuran taiwaneses, chinos, tailandeses y camboyanos.

En las últimas semanas se ha informado ampliamente en Asia sobre la red de tráfico de personas. La semana pasada, un video viral pretendía mostrar a docenas de vietnamitas huyendo de un casino ubicado justo en la frontera con Camboya. La multitud de personas fue perseguida por guardias que empuñaban garrotes mientras huían de un edificio y saltaban a un río para cruzar la frontera con Vietnam nadando. Al parecer, una víctima de 16 años se ahogó durante la huida.

Yu Tang, una joven taiwanesa que no quiso publicar su apellido, comentó a The Guardian que una mujer taiwanesa la contactó a través de Facebook en abril y que la había encontrado en un grupo de personas que buscaban trabajo. Le ofrecieron trabajar en el extranjero en centros de atención telefónica o de asistencia para industrias de juegos y casinos por internet. Cuando ella expresó su escepticismo, le ofrecieron pagarle un vuelo de vuelta y acordaron reunirse con ella en persona.

“No les creí, pero después nos reunimos en público”, explicó. El hombre parecía “normal”, comentó Yu Tang. Ella aceptó el trabajo y varias personas distintas la recibieron en el aeropuerto, al igual que otras personas que también buscaban trabajo.
En el aeropuerto de Phnom Penh los volvieron a recibir otras personas que “decían que eran agentes de viajes, pero tenían aspecto de mafiosos”. Los agentes se llevaron los pasaportes de los grupos, alegando que lo hacían para organizar las tarjetas SIM, pero no se los devolvieron.

“Sabía que si quería pedir ayuda, necesitaba una tarjeta SIM”, explicó Yu Tang. “En ese momento nos imaginábamos que nos venderían”.

Todos los registros de las conversaciones con los traficantes fueron borrados de los teléfonos de las víctimas, comentó Yu Tang, y las llevaron a Sihanoukville donde les dijeron que iban a trabajar en una operación de estafas telefónicas. También les indicaron que tendrían que reclutar a otras personas para pagar 17 mil dólares si querían ser liberados. Yu Tang comentó que, cuando uno de los hombres se opuso, lo golpearon hasta dejarlo inconsciente y le aplicaron una descarga eléctrica con una pistola paralizante. Explicó que ese hombre aún figura en la lista de personas desaparecidas de Taiwán.

Yu Tang dijo que pudo obtener una tarjeta SIM y que inmediatamente comenzó a investigar sobre la operación de tráfico de personas, encontrando los datos de la oficina de un político local, al que contactó a través de Facebook.

Al día siguiente llegaron al lugar policías y militares para recogerla. Yu Tang comentó que el jefe ofreció pagarles para que “fingieran que no había pasado nada”, pero que los agentes se negaron. Después, regresó a Taiwán.

Yu Tang dijo que cree que el número de taiwaneses atrapados en Camboya es mayor de lo que han confirmado las autoridades, y señaló que vio al menos a otras 50 personas retenidas en la misma oficina en la que ella fue secuestrada, además de que la zona estaba llena de edificios similares. Agregó que muchas personas fueron obligadas a firmar contratos que se le mostrarían a cualquier autoridad que cuestionara el estatus de la persona, y que cuanto más tiempo permanecían retenidas, las personas tenían más miedo de hablar.

“Cuanto más tiempo se quedaban, más cosas horribles escuchaban y veían, y se asustaban”, explicó.

Ahora, de nuevo en Taiwán, Yu Tang comentó que los familiares de las víctimas y de las posibles víctimas la contactan con frecuencia para pedirle que los ayude a escapar, y que la policía busca la información privilegiada que ella tiene. Yu dijo que hasta la fecha ha ayudado a ocho personas a regresar a Taiwán.

La policía taiwanesa informa que ha detenido al menos a 67 personas en relación con la red de traficantes, incluyendo a las 16 que arrestaron el lunes que tenían presuntas conexiones con los grupos locales.

Los esfuerzos de rescate de Taiwán se han visto dificultados por su falta de presencia diplomática en Camboya, ya que el gobierno del país reconoce la controvertida reivindicación de Beijing sobre Taiwán como provincia. El viernes, la embajada china emitió un comunicado en el que indicó que ayudaría a los “compatriotas taiwaneses”, que, según afirmó, eran ciudadanos chinos. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán afirmó que “nunca subcontrataría (la ayuda consular) para otro país”, no obstante, el Consejo de Asuntos del Continente indicó que mantenía comunicación con China sobre esta cuestión. Entre otras medidas, la policía taiwanesa patrulla el aeropuerto internacional con letreros, interrogando y advirtiendo a los viajeros que se dirigen a Camboya.

En Hong Kong, la policía informó la semana pasada sobre la detención de cinco personas, al tiempo que las autoridades creaban un grupo de trabajo para ayudar a más de 30 víctimas identificadas. China indicó que estaba colaborando con las autoridades de Camboya para rescatar a las víctimas y que recientemente habían sido rescatados 60 menores, algunos de ellos de la esclavitud sexual. El subdirector de la policía nacional de Camboya, el general Chhay Sinarith, señaló que las autoridades camboyanas habían descubierto numerosas redes ilegales en línea que tenían como objetivo a los trabajadores extranjeros y que habían detenido a cientos de personas procedentes de China y Taiwán.

El ministro del Interior de Camboya, Sar Kheng, anunció el viernes que su ministerio pondría en marcha un control nacional sobre la situación de los extranjeros que trabajan o se alojan en hoteles, propiedades alquiladas y casinos.
Información adicional de Xiaoqian Zhu.

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