¿Qué políticas aplicará Liz Truss como nueva primera ministra de Gran Bretaña?
¿Cuál es la visión de Liz Truss para Gran Bretaña?

El enfoque político del mandato de Truss como primera ministra será, inevitablemente, en gran medida un trabajo en progreso, dado que asume el cargo en medio de un período económico sumamente turbulento. Sin embargo, durante una larga campaña de liderazgo, la nueva primera ministra presentó una serie de propuestas y planes de gobierno:

Impuestos y costo de la vida

La principal prioridad económica de Truss es reducir los impuestos, una medida que, según insiste ella, reactivará una economía estancada y ayudará a los ciudadanos a afrontar las elevadas facturas energéticas. Prometió revertir el reciente aumento en los seguros nacionales y cancelar el aumento previsto sobre el impuesto a la renta, con un costo combinado de alrededor de 30 mil millones de libras al año. El equipo de Truss también propuso como moción la idea de reducir el IVA en un 5% o recortar el impuesto sobre la renta para ayudar a los presupuestos familiares.

Aunque Truss ha comentado que sus planes serán sufragados por el margen fiscal disponible y por el retraso en la devolución de las deudas relacionadas con el Covid-19, los críticos han argumentado que tendrá que pedir prestadas importantes cantidades de dinero, con tasas de interés potencialmente elevadas, y con cierto coste para la economía. Una opción podría consistir en aumentar el impuesto sobre las ganancias inesperadas de las empresas energéticas, no obstante, Truss ha manifestado que no le gusta esta opción.

También existe un gran escepticismo respecto a la respuesta a la crisis de los costos energéticos basada en un recorte de impuestos, ya que beneficiaría de manera desproporcionada a las personas que tienen mayores ingresos y no ayudaría a quienes dependen de las pensiones o las prestaciones. Truss no ha descartado la posibilidad de prestar una ayuda más directa en relación con las facturas energéticas, aunque se ha negado a explicar en qué podría consistir, y ha hablado de su aversión al “apoyo financiero”. Se trata de una postura que será puesta a prueba con la realidad económica.

Clima y energía verde

Aunque Truss ha insistido en su compromiso con el actual objetivo de cero neto de Reino Unido, y su equipo insiste en que se centrará en las energías renovables, a algunos miembros del lado más ecológico del Partido Conservador les preocupan sus prioridades.

Una de las pocas políticas concretas de Truss sobre el costo de la vida consistiría en suspender los impuestos ecológicos sobre las facturas de energía, que se utilizan para invertir en planes de energías renovables. Truss se opone a la energía eólica costera, y calificó el hecho de ver parques solares en tierras de cultivo como “una de las imágenes más deprimentes” de la Gran Bretaña moderna.

En cambio, apoya la fracturación hidráulica para obtener gas de lutitas y, al parecer, desea que se impulsen nuevas perforaciones en el Mar del Norte, y ha manifestado su apoyo a una mayor expansión de la energía nuclear. No ha mencionado las medidas encaminadas a reducir el consumo de energía, como la subvención del aislamiento térmico de las viviendas.

Salud y servicio social

Truss ha sido objeto de un escrutinio relativamente escaso en relación con sus planes para el Servicio Nacional de Salud y el servicio social, sobre todo en vista de la crisis que atraviesa el sector de la salud y de la expectativa generalizada de que la situación empeorará mucho en el invierno.

Aunque mantiene su compromiso con los planes existentes para apoyar al Servicio Nacional de Salud, existe la cuestión de que Truss prometió revocar el aumento de los seguros nacionales con el fin de proporcionar dinero en efectivo, primeramente, para ayudar a eliminar el retraso en los procedimientos del Servicio Nacional de Salud, exacerbado por el Covid-19, y en un plazo más largo para financiar una mejor atención social.

Gran parte de los problemas relacionados con los retrasos de las ambulancias se deben a que las camas de los hospitales están ocupadas por personas que no pueden acceder al servicio social. Truss necesitará un plan coherente, y pronto.

Nivelación

Esta es otra área sobre la que Truss comentó relativamente poco durante la campaña por el liderazgo, no obstante, podría adquirir mayor importancia cuando se enfrente al país, y a sus propios parlamentarios, como primera ministra.

La nivelación fue el propósito que Boris Johnson se autoimpuso, y aunque Truss ha expresado que sigue comprometida con esta agenda, se desconoce si la respaldará con un importante presupuesto. Truss ha señalado que implementará la política de nivelación “de forma conservadora”, es decir, centrándose más en la liberalización y los recortes fiscales.

Una de las razones por las que Johnson era popular entre muchos diputados conservadores del “muro rojo” era que podían citar proyectos específicos de infraestructuras financiados por el gobierno, ya fuera la construcción de un nuevo libramiento local o la remodelación de una calle principal. Si Truss eliminara esto, podría generar cierta inquietud.

Inmigración y asuntos de interior

Durante su campaña, Truss prometió reforzar la política de deportación de solicitantes de asilo y otros inmigrantes a Ruanda, y encontrar otros países que los reciban. Falta por ver cuán viable es esto, o si tendría alguna repercusión en el número de personas que cruzan el Canal de la Mancha a través de medios no oficiales, aunque algunos salieran del país.

Es probable que Truss vincule cualquier fracaso en la deportación de personas a la vigencia de la jurisdicción del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Aunque el hecho de retirar a Reino Unido de la supervisión del tribunal sería una tarea compleja y complicada, es probable que siga adelante con los planes de una denominada carta de derechos de Reino Unido, en la que se reducirían las protecciones de los solicitantes de asilo y otras personas.

Guerras culturales

Truss es más una guerrera cultural principiante que una aficionada empedernida, que mantiene a los fieles conservadores contentos en los actos de campaña electoral con críticas pasajeras a la cultura “woke” y a los derechos de las personas trans. Sin embargo, si, tal como se propuso, designa a Suella Braverman como secretaria de Interior y a Kemi Badenoch para Educación, los ánimos podrían aumentar considerablemente.

Los temas de la guerra cultural suelen centrarse más en la búsqueda del debate y las líneas divisorias políticas que en las políticas reales, no obstante, sobre todo en el ámbito de la educación, podría dar lugar a cambios de enfoque, por ejemplo, en lo que respecta a los derechos de la comunidad trans y la libertad de expresión.

Política exterior y Brexit

Es probable que la política exterior se mantenga igual, ya que Truss dirigió este tema durante el mandato de Johnson, por lo que se espera un apoyo más vehemente a Ucrania, además de errores ocasionales como su reciente negativa a determinar si el presidente francés, Emmanuel Macron, un vecino y estrecho aliado, es “amigo o enemigo”.

Truss ha hecho mucho hincapié en su firmeza con respecto al protocolo de Irlanda del Norte, y su equipo ha insinuado que podría aplicar el artículo 16, la cláusula de procedimiento de emergencia que figura en el acuerdo posterior al Brexit con la Unión Europea, a los pocos días de entrar al No. 10 de Downing Street. Sin embargo, con tantas otras crisis a las cuales enfrentarse, y con la contienda por el liderazgo terminada, Truss podría decidir que una potencial guerra comercial no es algo que necesite también.

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