Dinero, sellos y banderas: cómo cambiarán los símbolos reales tras la muerte de la reina Isabel II
Los diseños de las monedas pueden cambiar de forma más lenta que los cambios en los billetes. Foto: Malcolm Haines/Alamy

Cuando Jorge VI murió mientras dormía en Sandringham durante la madrugada del 6 de febrero de 1952, su hija mayor, la princesa Isabel, que en ese momento visitaba Kenia con su esposo, se convirtió inmediatamente en la reina Isabel II.

“El mismo proceso simultáneo ocurrirá en la muerte de la reina Isabel y la asunción del trono por parte del rey Carlos III”, comentó Robert Blackburn, profesor de derecho constitucional del King’s College de Londres, en el parlamento.

Sin embargo, tras el reinado récord de la reina, retirar su nombre, imagen e iconografía del tejido de la vida nacional en Reino Unido y en toda la Commonwealth tomará mucho más tiempo. Estas son algunas de las cosas que tendrán que cambiar.

Banderas

Desde las banderas que ondean afuera de las estaciones de policía en todo Reino Unido hasta el estandarte utilizado en un barco naval cuando un general se encuentra a bordo, miles de banderas estampadas con EIIR tendrán que ser reemplazadas. Los regimientos militares llevan los “colores de la reina”, muchos de ellos con un EIIR bordado en oro; la insignia de los servicios de bomberos incluye sus iniciales y los países en los que la reina sigue siendo jefa de Estado, entre ellos Australia, Canadá y Nueva Zelanda, tienen lo que los expertos en banderas denominan “banderas E”, es decir, banderas personales para la reina que se usan cuando está de visita.

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El estandarte real. Foto: Stocksolutions/Alamy

Es posible que también cambie el estandarte real, la bandera dividida en cuartos que ondea ahí donde reside el monarca. La versión que utiliza la reina incluye un cuarto que representa a Escocia (un león rampante), otro para Irlanda (un arpa) y dos que representan a Inglaterra (tres leones pasantes), aunque ninguno para Gales. Esta bandera ha sido utilizada desde mucho antes de que Gales tuviera su propia bandera nacional, reconocida en 1959. El próximo monarca podría incorporar un elemento galés.

Billetes y monedas

Hay 4 mil 500 millones de billetes de banco en circulación que llevan el rostro de la reina, cuyo valor total es de 80 mil millones de libras esterlinas. Sustituirlos por alternativas donde aparezca la cabeza del nuevo monarca probablemente requerirá al menos dos años.

Cuando se emitieron los últimos billetes sintéticos de 50 libras, el proceso de retirada y sustitución le costó al Banco de Inglaterra 16 meses. Cuando la reina ascendió al trono en 1952, la monarca no aparecía en los billetes. Eso cambió en 1960, cuando el rostro de Isabel II comenzó a aparecer en los billetes de 1 libra en una imagen creada por el diseñador de billetes Robert Austin, que algunos criticaron como demasiado seria. Posteriormente, se acordaría con el Palacio de Buckingham la imagen de la nueva monarca.

La cara de la reina también aparece en algunos billetes de 20 dólares en Canadá, en las monedas de Nueva Zelanda y en todas las monedas y billetes emitidos por el Banco Central del Caribe Oriental, así como en otras regiones de la Commonwealth.

Es posible que los diseños de las monedas cambien de forma más lenta si se sigue el precedente histórico: era habitual tener diferentes monarcas en la cartera, ya que el cambio en las monedas se producía de forma orgánica y no a través de su retirada.

Himno nacional

Uno de los cambios más sencillos, en teoría, será el cambio de la letra del himno nacional que pasará de “Dios salve a nuestra clemente reina” a “Dios salve a nuestro clemente rey”, aunque quizá pase algún tiempo antes de que las grandes multitudes canten la nueva versión con confianza.

El himno se ha utilizado desde 1745, cuando una primera versión indicaba: “Dios salve al gran Jorge nuestro rey, Larga vida a nuestro noble rey, Dios salve al rey”.

Oraciones

La reina fue la “defensora de la fe y gobernadora suprema” de la Iglesia de Inglaterra, y aparecen oraciones para ella en el Libro de Oración Común, que data de 1662. Una de ellas pide a Dios que “la colme de la gracia de tu Espíritu Santo, para que siempre se adapte a tu voluntad y siga tu camino”.

Se prevé que estas oraciones sean modificadas para convertirlas en oraciones para el nuevo monarca. Esto se debe hacer mediante una legislación o una orden real y la última vez que se hizo fue tras la muerte de la reina madre. Los sacerdotes también pueden modificar la oración para su uso temporal, lo que significa que las oraciones para el monarca que habitualmente se rezan en las misas dominicales y en el canto de vísperas pueden ser adaptadas rápidamente para el nuevo defensor de la fe.

En los servicios de la santa comunión incluidos en el culto común, existe una “colecta” para la soberana que pide a Dios que “gobierne el corazón de tu sierva elegida Isabel, nuestra reina y gobernadora, para que por encima de todo busque tu honor y tu gloria”. Esto lo puede cambiar el sínodo general.

Armas reales

Las conocidas armas reales, en las que aparecen un león y un unicornio rampante sobre un escudo, son ampliamente utilizadas en las dependencias del gobierno, así como en el material de papelería, y cualquier cambio resultaría costoso, pero quizás no sea necesario. Tendría que cambiar si el nuevo monarca decidiera representar a Gales en el escudo, conforme cualquier cambio en el estandarte real.

Garantías reales

Desde la empresa de amargos de Angostura, en Trinidad y Tobago, hasta el herrero de Sussex Zack Treliving, la garantía real de la reina actualmente es aplicable para más de 600 empresas que tienen un historial de suministrar a la casa real.

Entre las marcas que gozan del uso de las armas de la reina en sus materiales de mercadotecnia se encuentran los pianos Steinway, los cereales Jordans, la ginebra Gordon’s y los joyeros Swarovski, así como fontaneros, fabricantes de vallas, ingenieros de sonido, podadores de setos y molineros de harina.

Tras la muerte de la reina, podrían perder su estatus, a menos que su sucesor u otro miembro de la familia real que se convierta en garante –potencialmente un nuevo príncipe de Gales– les conceda una nueva garantía. Es posible que esto no ocurra con rapidez.

Cuando murió el príncipe Felipe, a los titulares de sus garantías reales se les concedieron dos años de gracia. El nuevo monarca podría decidir ajustar los criterios que se deben cumplir para ser titular de una garantía real, por ejemplo, aumentando el énfasis en la sustentabilidad.

Buzones y sellos

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Un buzón de correos en Regent Street, Londres. Foto: Design Pics/Alamy

Es poco probable que se retiren los buzones de Royal Mail que portan el código real de la reina Isabel, ER. Algunos de ellos que llevan la sigla GR del Rey Jorge VI siguen en uso en la actualidad, 70 años después. Sin embargo, la Oficina de Correos cambiará los sellos, utilizando una imagen de perfil del nuevo monarca.

Juramento de lealtad

Los parlamentarios no tienen permitido ocupar un escaño en la Cámara de los Comunes, participar en los debates, votar o recibir un salario a menos que juren lealtad a la corona. Desde 1952, las palabras son las siguientes: “Yo (nombre del diputado) juro por Dios todopoderoso que seré fiel y guardaré verdadera lealtad a su majestad la reina Isabel, a sus herederos y a sus sucesores, conforme a la ley. Que Dios me ayude”.

Los parlamentarios y los pares tendrán que prestar un nuevo juramento a su sucesor. A los nuevos ciudadanos británicos también se les pide que juren “guardar verdadera lealtad a su majestad la reina Isabel II, a sus herederos y sucesores”, y es probable que el Ministerio del Interior lo cambie. Los cubs y los scouts prometen “cumplir mi deber con la reina”, mientras que los nuevos miembros de las fuerzas armadas juran “ser fieles y guardar verdadera lealtad a su majestad la reina Isabel II, a sus herederos y sucesores”.

Commonwealth

La muerte de la reina supone un momento precario para algunos de los países de la Commonwealth, 14 de ellos reconocen a la monarca como su jefa de Estado. En muchos casos sus constituciones establecen que la reina, específicamente, es la jefa de Estado.

En estos países será necesario modificar las constituciones para referirse a su sucesor. En países como Jamaica, donde existe un fuerte movimiento a favor de la independencia, y Belice, estos cambios constitucionales también requerirán un referéndum, según indican los expertos de la Commonwealth. Se espera que esto implique un momento de peligro político para el nuevo monarca, que, tras la independencia de Barbados en 2021, se podría enfrentar a la pérdida de otra parte prominente de la Commonwealth caribeña.

También es probable que surjan dudas en países como Papúa Nueva Guinea, las Islas Salomón, Tuvalu, Antigua y Barbuda, las Bahamas, Granada, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas sobre si el nuevo monarca podría designar legalmente a un gobernador general, si la constitución del país en cuestión no ha sido modificada para referirse al rey, y sigue refiriéndose a la reina como jefa de Estado.

El nombre de la reina también está integrado en un sinfín de leyes que requerirán una nueva redacción, un proceso que no es fácil ni económico, especialmente para los países más pequeños que no emplean a sus propios redactores legislativos.

Entre las monarquías constitucionales, Australia, Canadá y Nueva Zelanda tienen medidas establecidas para que el nuevo monarca se convierta automáticamente en el jefe de Estado.

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