El Imperial College cerrará dos centros de investigación patrocinados por empresas chinas
El presidente de China, Xi Jinping, en el centro, recorre el Imperial College London junto al príncipe Andrés y el excanciller George Osbourne en una visita de Estado en 2015. Foto: Anthony Devlin/AP

El Imperial College en Inglaterra cerrará dos importantes centros de investigación patrocinados por empresas chinas del sector aeroespacial y de defensa, en el marco de la aplicación de medidas enérgicas contra las colaboraciones académicas con China, según se enteró The Guardian.

El Avic Centre for Structural Design and Manufacturing (Centro Avic para el diseño y la fabricación de estructuras) es una asociación que existe desde hace tiempo con el principal proveedor de aviación civil y militar de China, el cual aportó más de 6 millones de libras para la investigación de materiales aeroespaciales de vanguardia. El segundo centro es gestionado conjuntamente con Biam, una filial de otra empresa estatal del sector aeroespacial y de defensa, que ha aportado 4.5 millones de libras para proyectos relacionados con baterías de alto rendimiento, componentes de motores de reacción y parabrisas de aviones resistentes a los impactos. Los objetivos declarados de los centros consisten en hacer progresar las tecnologías aeroespaciales civiles, aunque los críticos han advertido en repetidas ocasiones que la investigación también podría favorecer las ambiciones militares de China.

Ahora el Imperial College confirmó que se cerrarán los dos centros a finales de año tras la denegación de dos solicitudes de licencia presentadas a la Unidad Conjunta de Control de Exportaciones (ECJU) del gobierno, la cual supervisa el intercambio de investigaciones sensibles con socios internacionales. Los cierres son consecuencia de la advertencia formulada en julio por los directores del MI5 y del FBI sobre la amenaza de espionaje que supone China para las universidades de Reino Unido, y destacan el endurecimiento de la actitud del gobierno en esta materia.

“Se puede decir con un alto grado de confianza que esta decisión fue tomada porque el gobierno tiene la opinión de que el hecho de continuar con la concesión de licencias posibilitaría el desarrollo militar en China, lo que está considerado como una amenaza para la seguridad”, señaló Sam Armstrong, director de comunicaciones del centro de estudios Henry Jackson Society. “El gobierno les dejó en claro a las universidades que existe un cambio general en cuanto al ambiente, de modo que estas colaboraciones ya no son posibles”.

Cuando se inauguraron los centros en 2012, el gobierno conservador se mostró entusiasmado con este tipo de asociaciones, y algunas universidades –sobre todo el Imperial College y la Universidad Manchester– aceptaron importantes fondos de empresas estatales que suministran al ejército chino aviones de combate, software de vigilancia y misiles. En 2015, el entonces canciller, George Osborne, acompañó al presidente chino, Xi Jinping, en un recorrido por el instituto de grafeno de la Universidad de Manchester en el marco de una visita de Estado.

Sin embargo, a medida que las relaciones entre China y Occidente se han ido deteriorando, con preocupaciones sobre los derechos humanos en Hong Kong y la región de Xinjiang, entre bastidores se han tomado medidas enérgicas contra las asociaciones académicas que implican tecnologías de “uso dual” que poseen usos civiles benignos, pero también potenciales aplicaciones militares.

Además de los dos centros que se cerrarán en el Imperial College, se terminaron discretamente otras cinco colaboraciones en los últimos tres años, todas menos una en Reino Unido, destacadas como de “alto riesgo” en un análisis de 2019 realizado por el Australian Strategic Policy Institute (ASPI). Esto incluye instalaciones en el Imperial College y la Universidad de Manchester patrocinadas por el productor de misiles chino Calt, de cuya empresa matriz se informa que ha suministrado drones desplegados en la región de Xinjiang. La Unidad de Control de Exportaciones del gobierno rechazó tres solicitudes de licencia presentadas por el Imperial College y cinco por la Universidad de Manchester vinculadas a colaboraciones con China desde 2018.

“El hecho de que estas dos (últimas instalaciones del Imperial College) hayan sido cerradas no resulta enormemente sorprendente”, dijo Armstrong. “Resulta difícil ver cómo se puede colaborar con Avic sin favorecer los objetivos de los militares chinos”.

Charles Parton, experto en China del Royal United Services Institute (RUSI), señaló que Reino Unido fue “sonámbulo” en asociaciones que suponían una amenaza para los intereses nacionales. “Por fin nos hemos despertado y comenzamos a hacernos una idea de lo que está pasando”, comentó. “La distinción se está estrechando entre lo que es un uso civil y militar. En realidad, no deberíamos ayudar a una potencia hostil”.

“El gobierno está intentando establecer los límites de qué tipo de colaboraciones son aceptables”, añadió. “Deberíamos colaborar, pero no en nada que pueda tener un uso militar o suscitar preocupaciones en materia de derechos humanos”.

Un vocero del Imperial College London señaló: “La investigación del Imperial es abierta y se publica habitualmente en las principales revistas internacionales y no llevamos a cabo ninguna investigación clasificada. Todas las asociaciones y colaboraciones son sometidas a un minucioso escrutinio y se revisan periódicamente, trabajando en estrecha colaboración y con regularidad con los departamentos gubernamentales correspondientes, y en consonancia con nuestros compromisos con la seguridad nacional del Reino Unido”.

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